La Reserva Federal de EEUU (Fed) insiste en su guion. Tanto que apenas lo altera en unas pocas palabras con respecto a su declaración de política monetaria del mes pasado. La institución que preside Jerome Powell se ratifica en la necesidad de mantener unas condiciones financieras "acomodaticias", aunque reconoce "progresos hacia sus objetivos" de empleo y estabilidad de precios.

En este sentido, aunque la hoja de ruta se mantiene, esta vez la institución insiste en asegurar que "continuará evaluando este progreso en las próximas reuniones". Una coletilla con la que parece querer dar respuesta a las exigencias de su ala más agresiva -hawkish en la jerga del sector-, que comienza a exigir un planteamiento serio de modulación de estímulos o tapering.

Asimismo, aunque la institución prevé que el índice de precios al consumo salte hasta el 3,4% al cierre del año, el comunicado emitido este miércoles insiste en que "la senda de la economía sigue dependiendo del curso del virus".

Recuperación incompleta

Además de apuntar directamente hacia "el progreso en las vacunas", que en las últimas semanas se ha puesto a prueba por la expansión de la variante Delta, se recuerda que "los sectores más adversamente afectados han mostrado mejoría pero no se han recuperado por completo".

Así, la institución que preside Jerome Powell ha optado por mantener en activo su vigente programa de estímulos. De este modo, seguirán vigentes las compras por hasta 120.000 millones de dólares mensuales en los mercados de deuda. Un importe que, como se aseguró el pasado diciembre, se seguirá repartiendo entre 80.000 millones al mes a emisiones del Tesoro de EEUU y otros 40.000 millones en cédulas hipotecarias.

De igual forma, los primeros espadas de la Fed han optado por mantener los tipos de interés en mínimos históricos dentro de la horquilla entre 0% y 0,25% a los que los rebajó por sorpresa en marzo del año pasado. En este sentido, cabe recordar que el mapa de puntos conocido el mes pasado marcaba un camino despejado de eventuales subidas en las tasas oficiales hasta el ejercicio 2023.

En este contexto, hay que tener en cuenta que la Fed alteró el verano pasado la base de su mandato al introducir en el mismo el concepto de "inflación promedio". Un vuelco que presentó aprovechando el simposio de Jackson Hole y que dejó la puerta abierta a tolerar tasas de IPC temporalmente superiores a la marca clave del 2% sin necesidad de corregirlas.

Nuevas operaciones 'repo'

Esta es la capacidad de maniobra a la que este jueves ha vuelto a recurrido la Fed con su decisión de aguantar sin cambios su arsenal a pesar de los últimos datos de inflación, a los que ha vuelto a restar importancia. Una vez más se ha señalado que su tirón se debe "mayoritariamente a factores transitorios".

Con esta premisa, el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés) ha acordado el establecimiento de dos facilidades de acuerdos de recompra permanentes (repo). Una para entidades nacionales y otra para autoridades monetarias extranjeras e internacionales con el objetivo de "respaldar la implementación efectiva de la política monetaria y el buen funcionamiento del mercado".

De acuerdo con esta iniciativa, la Fed llevará a cabo operaciones diarias de recompra contra valores del Tesoro, valores de deuda de agencias y valores respaldados por hipotecas de agencias, con un tamaño máximo de operación de 500.000 millones de dólares. Con una tasa mínima de oferta inicialmente establecida en 25 puntos básicos, "algo por encima del nivel general de las tasas de interés a un día", según explica el comunicado emitido.

Por lo que se refiere a la línea overnight para instituciones oficiales extranjeras se ha establecido una tasa inicial de 25 puntos básicos con un límite por contraparte de 60.000 millones de dólares. El establecimiento de esta iniciativa persigue "ayudar a abordar las presiones en los mercados globales de financiación en dólares que de otro modo podrían afectar a las condiciones del mercado financiero en EEUU".

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