En los próximos meses, asistiremos a un cambio sin precedentes en la forma en que las empresas y profesionales gestionan su relación con la administración. La entrada en vigor de la factura electrónica obligatoria y la normativa VeriFactu marca un punto de inflexión, especialmente para el ecosistema de asesorías, que se encuentra en el centro de toda esta transición.
Este no es solo un reto técnico o legal, es una llamada a la transformación del negocio. Y, como ocurre en todo proceso de cambio, quienes sepan anticiparse y liderar no solo se adaptarán, sino que podrán consolidarse como referentes en un entorno cada vez más digital, exigente y competitivo.
A lo largo de los últimos meses he tenido la oportunidad de conocer la opinión de distintos profesionales del sector, desde asesores independientes, hasta responsables de despachos consolidados. Todos coinciden en un mensaje clave: es el momento de repensar la asesoría. Por ese motivo, me gustaría compartir cinco reflexiones que pueden marcar la diferencia a la hora de adaptarse a esta nueva realidad empresarial:
La factura ya no es solo papel
Una de las reflexiones más claras sobre esta transformación la compartió con nosotros Ignasi Vidal, asesor especializado en la modernización de despachos. Según él, "VeriFactu no es solo un cumplimiento legal, es un catalizador para profesionalizar la gestión".
Y tiene toda la razón. Cuando cada factura debe reportarse en tiempo real a la Agencia Tributaria, deja de ser un simple trámite administrativo. Pasa a ser un dato valioso que puede impulsar nuevas formas de servicio, análisis y toma de decisiones.
Adoptar tecnología y transformar el negocio
Para abordar este tema, nuestro equipo pudo hablar con Leire Gil, fundadora de Pagoa Consultoras y pionera en la implantación de factura electrónica en Guipúzcoa, con la que extraigo el error más común: empezar directamente por "elegir un software".
En sus propias palabras: “No se trata solo de elegir software. Hay que analizar procesos, reorganizar equipos y adaptar el servicio a cada cliente. La clave está en anticiparse”. En definitiva, una transformación real empieza con una mirada honesta hacia el interior de nuestro propio despacho, nuestros empleados, cómo se trabaja, con qué visión, y con qué cultura de servicio.
Reconfigurar los servicios hacia un modelo de valor
Automatizar tareas repetitivas no es solo ganar eficiencia, es liberar tiempo para aportar más valor a los clientes.
En nuestras conversaciones con Ana Tanco, directora de Solfico, nos contaba cómo su despacho ha logrado mejorar la rentabilidad sin subir precios: "Gracias a automatizar procesos y enfocar los esfuerzos en lo que realmente aporta valor". Esto implica un cambio de foco: de gestor a consultor, de procesar datos, a interpretarlos.
Adaptar el perfil del equipo al nuevo modelo
La digitalización está transformando los organigramas. Patricia Larraín, gerente de Grupo Consultant Asesores afirma que los perfiles operativos irán perdiendo peso frente a perfiles tecnológicos y consultivos.
El asesor del futuro será, sobre todo, alguien capaz de traducir datos en decisiones, tecnología en eficiencia, y normativa en ventaja competitiva para el cliente.
Liderazgo y mentalidad abierta
Una de las frases más interesantes que Ignasi Vidal ha compartido con nosotros es la siguiente: "Muchos despachos siguen anclados en modelos artesanales, sin liderazgo empresarial ni procedimientos definidos".
La tecnología no transforma por sí sola. Hace falta liderazgo, mentalidad abierta y una cultura interna dispuesta a evolucionar. La transformación técnica solo es sostenible si va acompañada de una transformación cultural.
Además de estas cinco claves, existen otros aprendizajes que considero que no deberían pasar desapercibidos. Leire Gil, por ejemplo, valora la importancia de segmentar la base de clientes y diseñar una planificación adaptada a cada tipología para que la transición sea eficiente y escalable.
A su vez, Patricia Larraín destacó, en conversaciones con el equipo de Qonto, la necesidad de que los nuevos perfiles no solo dominen la tecnología, sino que también sean capaces de anticiparse a las necesidades del cliente y acompañarlo estratégicamente.
Automatización, visión estratégica y talento especializado ya no son conceptos de futuro: son realidades del presente. Las asesorías que entiendan esta transición no como una imposición, sino como una palanca de profesionalización, estarán en posición de liderar una nueva etapa para el sector. La pregunta ya no es si adaptarse, sino quién está dispuesto a tomar la iniciativa.
***Carles Marcos es director general de Qonto en España.
