Hace tiempo que leemos y oímos hablar sobre las tierras raras, nos cuentan que tienen un valor elevado y que se buscan en todas partes, desde Ucrania hasta España, aunque sucede lo mismo en otros muchos países del mundo.

La verdad es que viendo las políticas arancelarias de Donald y viendo que, como matón que es, quiere liarla y empezar una guerra comercial a nivel mundial… me pregunto si no deberíamos dejar de buscar tierras raras y asumir que actualmente vivimos en una Tierra muy rara, gobernada por radicales que buscan simplificar las cosas hasta niveles que rayan el absurdo, buscando la polarización y la violencia para su propio beneficio.

Resulta que Donald decidió bautizar al 2 de abril de 2025, al día en el que puso aranceles de represalia a todo el mundo, como el Liberation Day. Supongo que eligió ese día porque sabe que el día de los Santos Inocentes es su país y en otros tantos se celebra el 1 de abril y se llama April Fools’ Day; y le pareció que nadie se creería las noticias derivadas de sus acciones.

Sea como sea, no sabemos muy bien de qué o de quién necesita liberarse Estados Unidos (¿o sí?), pero está claro que sus actos tienen consecuencias desestabilizadoras enormes y que está jugando a provocar una recesión global con una inflación más que relevante.

De ahí que The Economist decidió rebautizar ese día como Ruination Day y escribió que "Los aranceles descabellados del presidente Trump causarán estragos económicos. Pero el resto del mundo puede limitar el daño". Este artículo empezaba diciendo que "Si no viste cómo Estados Unidos está siendo saqueado, expoliado, violado y desvalijado por naciones cercanas y lejanas, o cómo se le niega cruelmente una oportunidad para prosperar, entonces, felicidades: tienes una visión más clara de la realidad que el presidente de Estados Unidos".

No sé muy bien en qué mundo vive el Sr. Trump – igual sólo se informa a través de la casi difunta Twitter–, ni si la culpa es suya, de su cohorte de asesores de relumbrón con nombres como Peter Navarro o Elons Musk. Pero las consecuencias de sus pocos meses de su segundo mandato están siendo nefastas para la economía y para los mercados bursátiles. Pobres aquellos que le votaron pensando que con él la inflación estaría bajo control.

Es posible que nos esté brindando una oportunidad para liberarnos de la tiranía a la que nos tienen sometidos. El sufrimiento del corto plazo puede servir para espolear el crecimiento de campeones Europeos que reduzcan nuestra dependencia de países y/o líderes poco estables.

Sabemos que esto es una partida de poker y que Europa se está guardando sus cartas para usarlas en función de cómo se desarrolle la misma. Pero, también sabemos que antes del anuncio de los sorprendentes aranceles del miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que Europa tiene muchas cartas para usar, desde el comercio hasta la tecnología y el tamaño de nuestro mercado. Asimismo, indicó que esta fortaleza también se basa en nuestra disposición a tomar contramedidas firmes. Todos los instrumentos están sobre la mesa.

Aunque Donald tenga una visión sesgada e interesada de la realidad, aunque únicamente haya tenido en cuenta el déficit comercial de bienes del resto del mundo con Estados Unidos; la realidad es que la Unión Europea es su mayor socio comercial en bienes, servicios e inversión, y el comercio entre ambos bloques está prácticamente equilibrado considerando tanto los bienes como los servicios.

Esperemos que el matón apriete, pero no ahogue y que afloje pronto. Porque si persiste en el tiempo veremos que una guerra comercial de esta magnitud tiene un gran impacto en la economía, en la innovación y en el emprendimiento porque se va a reducir el tamaño de la tarta y va a crecer la aversión al riesgo. 

Espero que el matón se dé cuenta de que no todos los países se dejan amedrentar por sus mensajes no basados en hechos, ni por sus amenazas y que la UE no se vea obligada a usar todas las cartas que tiene en su mano. Estos días estoy oyendo a gente hablar de que la  respuesta a los aranceles estadounidenses podría ser un ataque a las grandes tecnológicas mediante regulaciones y otras restricciones o la creación de un arancel específico a los proveedores de nube pública y eso tendría muchas consecuencias negativas.

Seguro que lo tenéis claro, pero os voy a dar unos datos para que podamos hacernos una idea de qué magnitudes estamos hablando. Según la Guía Mundial de Gasto en Software y Servicios de Nube Pública de IDC, el gasto en nube pública en Europa ascenderá a 221.000 millones de dólares en 2025 y alcanzará los 373.000 millones de dólares en 2028.

Esperemos que el sentido común prevalezca para evitar todas las consecuencias negativas de las tarifas de represalia que anunció el Sr Trump y que no volvamos al pasado, que no retrocedamos un siglo. Porque es innegable que el mundo es un sitio mucho mejor, al menos para los que disfrutamos del estado del bienestar imperante hasta hace muy poco.