La importancia de la industria de los semiconductores ha sido más que demostrada tanto por su uso diario en la vida cotidiana como por los problemas que generó la falta de chips durante la pandemia de 2020.

Tanto la Unión Europea con la iniciativa de CHIPS ACT de 2023, como el gobierno español con el programa nacional de PERTE CHIP, han detectado correctamente la importancia vital que tienen estos dispositivos para cualquier sector tecnológico y han actuado adecuadamente.

Dentro del plan estratégico de PERTE CHIP se han incluido diferentes tipos de ayuda, tanto para empresas como para centros de investigación. Nuestra empresa siendo un proveedor de instrumentación para la industria de los semiconductores, tiene una visión muy cercana a todo lo que ocurre en el camino desde una promesa o un plan de inversión hasta la vida real. Esa vida real a veces no es un camino de rosas para una start up o un centro de investigación.

Empezando por los casos de las startups del sector de los semiconductores, voy a utilizar una frase que dijo durante el evento Madrid Semicon, prof. Guillermo Carpintero, Catedrático del Departamento de Tecnología Electrónica de la Universidad Carlos III de Madrid y fundador de una start up sobre semiconductores; "el camino de una startup en España es como un camino en el desierto".

En primer lugar, la mayoría de las ayudas económicas disponibles son de tipo de préstamo ICO u otros. Estos prestamos suelen tener unas condiciones un poco mejores que los típicos préstamos bancarios, pero siguen siendo préstamos. La inversión del estado en proyectos empresariales a fondo perdido es muy baja o inexistente en España.

En otros países que consideramos tecnológicamente avanzados como EEUU, Israel o Alemania, el Estado apuesta por una cierta tecnología y está dispuesto a perder el dinero en el caso que una idea no funciona. Pero de todos los proyectos de tecnología que financian, algunos triunfan y, por esa tecnología, paga todo el mundo después.

Hay que tener en cuenta que la instrumentación para la fabricación de los materiales semiconductores tiene un coste muy elevado. Si la inversión necesaria es solamente de forma de préstamo, el riego personal es también muy elevado para quién se atreve a crear una startup de semiconductores.

Otro factor limitante para la solvencia y el crecimiento de una startup de semiconductores es que el acceso a la financiación tiene muchos requisitos que difícilmente cumple un gran número de empresas. A veces la empresa es muy joven mientras que en otras es muy antigua. A veces su proyecto está muy verde y otras muy maduro. Todos los empresarios nuevos en el sector de los semiconductores han pasado por ese proceso de rechazo por una razón o por otra y, eso en general, crea pesimismo y desánimo.

Por la cantidad de dinero disponible en diferentes rondas de financiación, está claro que se podrían beneficiar muchas más empresas si los criterios no fuesen tan estrictos. Es un fallo del sistema si no llega a utilizarse todo el dinero disponible para una ronda de financiación pública o se destina a empresas grandes que sí que cumplen con los requisitos pero que realmente no lo necesitan.

Por último, se debe mencionar el papel de los centros de investigación en el sector de los semiconductores. Los centros de investigación son fundamentales para los primeros años de vida de las start up del sector. Por un lado, porque ofrecen servicios de fabricación, a un coste normalmente accesible, que permite el desarrollo de nuevos dispositivos sin una inversión inicial muy grande por parte de la start up. 

Pero el papel más importante de los centros de investigación es que nutren todo el sector de los semiconductores con las personas con el talento, el conocimiento y la experiencia. No hay que olvidar que la mayoría de los dispositivos nuevos que forman parte de los primeros productos de una startup de semiconductores, han sido parte o el resulto de un proyecto de investigación. Pero justo allí es donde falla la inversión en los centros de investigación.

Aunque los centros de I+D en España tienen acceso a financiación europea para la adquisición de instrumentos, la parte de los salarios de los investigadores corre a cargo del gobierno local o nacional. Esa inversión pública hacía personal de investigación es muy baja.

Por nuestra experiencia en España hay centros de investigación con una oferta tecnológica muy alta y muy completa, pero con muy escaso personal, especialmente de investigadores post-doctorales.

La iniciativa de PERTE CATEDRA correctamente invierte en la creación de talento, pero también debe tener como objetivo ofrecer estabilidad laboral una vez haya acabado el tiempo otorgado por el PERTE.

En general, siendo una empresa proveedora de tecnología para la fabricación de los semiconductores, no podemos negar el cambio de la política de inversión en nuestro sector hacía un camino más que positivo.

Pero creemos que la ayuda hacía las pequeñas empresas tiene que estar un poco más accesible mientras que la ayuda hacía la estabilidad laboral del personal de investigación tiene que ocupar un lugar más alto en las prioridades de esta política de inversión.

***Nikos Ekizoglou es cofundador y director comercial de Irida Ibérica.