Tokiota ha crecido en los últimos años como una de las compañías tecnológicas más sólidas del ecosistema Microsoft en España. Pero lejos de seguir la senda clásica de muchas consultoras, su evolución se ha basado en una premisa poco común en el sector: no prometer lo que no se domina. “Si tú me pides algo en lo que no tengo las capacidades, te lo voy a decir. No toco ese ámbito”, reconoce con humildad Manuel Matos, director general de Tokiota, en conversación con DISRUPTORES - EL ESPAÑOL. “Somos muy honestos con los clientes, y eso se agradece”.
Fundada con una fuerte vocación tecnológica, Tokiota nació como una firma especializada en responder a retos muy concretos: mover infraestructuras, migrar a la nube, desplegar soluciones avanzadas. Pero el mercado, cuenta Matos, fue pidiendo más: “Empezamos a dar pasos atrás para entender el reto de negocio detrás de cada desafío técnico. Aunque no somos consultores de negocio ni expertos por industria, sí buscamos entender el impacto de la tecnología y qué beneficios puede aportar. Eso nos permite plantear proyectos más ambiciosos y con más retorno”.
Tener en mente esa perspectiva de los beneficios de un desarrollo tecnológico es imperativa en la era de la inteligencia artificial, justo cuando muchas enseñas prometen el oro y el moro en estas lides. Esta consultora, empero, apuesta por una estrategia más pragmática. Entre sus proyectos más avanzados está la implantación de una plataforma de IA generativa para una gran empresa energética. “Están desplegando casos de uso para toda la organización: desde automatizar y medir el clima en contact centers hasta apoyar nuevos negocios en energía”, explica. Pero lo más relevante, apunta, es que “no se trata solo de hacer pruebas: quieren que esto llegue a mucha gente, impulsar un cambio cultural real”.
Matos es muy claro respecto al estado de la IA en España: “Hay mucho ruido y pocas nueces. La mayoría de empresas están en fase de pilotos, pero muy pocas han escalado. Pero ya tenemos clientes que han hecho pruebas, que han demostrado retorno y que están dibujando hojas de ruta claras, con presupuesto. No son muchos, pero ya existen”.
Otro frente clave para Tokiota es la modernización de aplicaciones, un área tradicionalmente compleja y poco agradecida. “La modernización siempre ha sido un dolor. Te gastas una pasta y el retorno para negocio es cero, a veces hasta negativo”, admite Matos. “Pero con IA generativa eso empieza a cambiar. Estamos aplicándola no solo a la codificación, sino a todo el ciclo de desarrollo: generación de requisitos, pruebas, mantenimiento...”.
Una consultora entre dos aguas
Tokiota mantiene un perfil propio en el ecosistema Microsoft, sin competir frontalmente con grandes consultoras ni boutiques de nicho. “Estamos en ese punto intermedio. No somos generalistas ni ultraespecializados por industria, pero sí ofrecemos una conexión real entre negocio y tecnología. Y eso, hoy, vale mucho”, resume a este medio Manuel Matos. Un enfoque que les ha permitido trabajar con empresas como Iberostar, AENOR, Barceló o Meliá.
El crecimiento, sin embargo, no es una obsesión. “No tenemos una estrategia agresiva de fusiones o adquisiciones. Hemos crecido un 42% en nuestro negocio de servicios el último año, pero lo hemos hecho desde la confianza, con clientes a largo plazo”, indica el directivo. La clave está en acompañar: “No buscamos proyectos de cuatro meses y adiós. Queremos relaciones donde cada año podamos aportar más valor”.
En un sector con altas tasas de rotación, Tokiota también presume de cultura. “Cuidamos a nuestras personas. Les damos proyectos chulos y flexibilidad. Atraemos talento desde cualquier lugar, desde Madrid hasta un pueblo de Lugo”, señala. “Quizás no pueda competir con Google o Amazon en salario, pero sí puedo ofrecer retos y un entorno en el que apetezca estar. No se trata de contratar a cuatro personas de golpe y salir a vender. Hay que tener cultura, formación y un equipo sólido”.
