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Un equipo de investigadores, entre los que se encuentran miembros del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM) del CSIC, han creado un material basado en algas que es capaz, a la vez, de generar electricidad y de prevenir incendios. En concreto, se trata de una espuma multifuncional que tiene dos propiedades aparentemente opuestas: por un lado, la conductividad eléctrica y, por otro, el aislamiento térmico y la capacidad ignífuga.

Según han explicado desde el CSIC, esto se produce al combinar un compuesto biodegradable proveniente de dichas plantas marinas (alginato) junto a MXene, un tipo de material conductor compuesto por titanio y carbono que posee propiedades similares al grafeno.

Uno de los autores del trabajo e investigador en el ICMM-CSIC, Bernd Wicklein, ha precisado que su objetivo al diseñar la espuma, en un principio, era investigar cómo la porosidad influye en la generación de carga eléctrica y, por otro lado, en el aislamiento térmico.

Así, ha contado que se decidieron por la espuma por sus propiedades físicas, caracterizadas por la ligereza, la estabilidad y el aislamiento térmico. A esto se sumó la capacidad conductora gracias a fabricarlas con los mencionados MXenes y el alginato, un biopolímero que ya se usa para la generación de energía. Además, la conexión de la espuma con los sistemas eléctricos permitió que esta diese la alerta por inicio de fuego, lo que le otorgó su capacidad de protección contra incendios.

Los autores han precisado que este trabajo supone un avance clave para reducir el consumo energético global. Actualmente, han explicado, la calefacción y la refrigeración de los edificios consumen aproximadamente el 25% de la energía que se utiliza en todo el mundo, a lo que se suma el gasto relacionado con la fabricación de los aislantes. Por ello, contar con este material, que es capaz de aislar térmicamente una estancia, a la vez que genera electricidad para iluminarla y que previene de posibles incendios, se constituye como un hito significativo.

También, es relevante la sustitución de los compuestos químicos que se utilizan, tradicionalmente, para evitar la capacidad inflamable de las espumas por el alginato, que es totalmente biodegradable.

"Hemos conseguido un compuesto para la construcción que genera electricidad, que puede ser un elemento de seguridad contra incendios y que es térmicamente aislante, por lo que además nos permite un ahorro energético muy importante", ha celebrado Wicklein.

Junto a los científicos del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM), también participan investigadores del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea, de la Universidad Politécnica de Turín (Italia) y de la Universidad Drexel (Filadelfia, EEUU).