“Nuestro objetivo es que cualquier persona, en cualquier lugar, pueda pagar con facilidad y seguridad”, resume Susana Rubio, vicepresidenta de Productos y Soluciones de Mastercard en España.
El encuentro con DISRUPTORES-EL ESPAÑOL se produce durante la celebración del evento insignia de la compañía en nuestro país, Mastercard Innovation Forum 2025, que reunió a clientes y partners durante una jornada para ponerles al día de los hitos de los últimos meses y de lo que vendrá en los próximos.
En esta ocasión, congregó a cerca de 900 asistentes, a los que el director de Mastercard en España, Juan Pablo Vivas, trasladó su inminente hoja de ruta: pagos seguros, transparentes y accesibles para el usuario final, tanto empresas como consumidores, y en “estrecha colaboración” con bancos, comercios y socios tecnológicos.
Y para que esos mensajes no se quedaran flotando entre las butacas del auditorio -creado para la ocasión en el Palacio de Vistalegre, en Madrid-, la compañía desplegó alguna de sus últimas innovaciones en una zona de demostraciones.
Junto a las diferentes intervenciones que se sucedían en el escenario, se intercalaron conexiones con esa zona de demos, desde la que Rubio presentó soluciones pensadas específicamente para “igualar la experiencia de pago de todos los usuarios”, incluidas las personas con algún tipo de dificultad cognitiva o de movilidad.
Brazos robóticos y pagos accesibles
Entre ellas, una de las más llamativas fue un brazo robótico, ya operativo en el aeropuerto de Barcelona, que prepara pedidos en una máquina de café de forma autónoma e integra el sistema de cobro.
También se mostró la app Háblalo, que lee en voz alta la información contextual de la operación y ofrece atajos a quienes tienen dificultades de comunicación. “Escaneas un código QR en el terminal y la aplicación te informa del importe o te guía en el proceso; incluso puede vocalizar lo que seleccionas”, explica la directiva.
"Queremos igualar la experiencia de pago de todos los usuarios, incluidos aquellos con alguna dificultad cognitiva o física"
A ello se suman los códigos de la española Navilens, similares al QR, que el teléfono móvil del usuario es capaz de reconocer a una distancia de aproximadamente 90 centímetros. Una vez identificado, se inician las instrucciones para orientar a personas ciegas o con baja visión hacia máquinas o puntos de pago
“Buscamos soluciones universales de accesibilidad para que pagar sea tan sencillo para ellos como para cualquiera”, añade Rubio.
Este enfoque en la accesibilidad no se limita únicamente a los dispositivos. Mastercard también ha reforzado el trabajo con diferentes colectivos para entender de primera mano las barreras reales que tienen en su día a día. “Hemos colaborado con la ONCE y realizado un barómetro específico para identificar las dificultades a las que se enfrentan estas personas e impulsar soluciones muy concretas”, señala Rubio.
La idea es trasladar todo este aprendizaje a escenarios cotidianos, como el transporte público, el turismo o los servicios de micro movilidad, para implementar el pago sin fricciones: “que un visitante pueda validar un viaje con un simple gesto de tarjeta o que acceda a una bicicleta compartida con el mismo nivel de sencillez y seguridad que el resto de los usuarios”.
Pagos invisibles y seguros
Sus innovaciones en la zona de demos no se quedan ahí, y muchas de ellas dirigidas a los agentes más numerosos del tejido empresarial de nuestro país: las pymes, con necesidades muy diferentes a las de las grandes corporaciones.
“Desde Mastercard impulsamos soluciones de emisión (tarjetas de pago) como de adquisición (TPV para cobrar) adaptadas al caso de uso, lo que incluye desde un restaurante que integra el TPV con su sistema de facturación hasta un autónomo que cobra en movilidad y requiere un dispositivo ligero.”, describe Rubio.
"Incorporamos IA generativa para aprender y predecir mejor”
En el punto de venta, apuestan por experiencias de pago más invisibles sin renunciar a la autenticación. “Tenemos un TPV que permite pagar con la palma de la mano y un registro en tres pasos; la clave es reducir la fricción manteniendo la seguridad”, explica mientras realiza una demostración con el dispositivo.
Por eso, su propuesta es integrar la ciberseguridad en sus soluciones. “Una de cada cuatro pequeñas empresas nos dice que, si sufre un ciberataque serio, deja de operar”, cuenta la directiva.
Rubio haciendo una demostración de uno de sus nuevos sistemas de pago en MIF 2025.
Para ello, se apoyan en tecnologías de tokenización y biometría para que la verificación ocurra con el menor esfuerzo posible por parte del usuario, pero con iguales garantías para el comercio y el emisor. “Es una autenticación que el cliente apenas percibe, pero que deja un rastro verificable y coherente para todo el ecosistema”, asegura.
Sin dejar el tema de la ciberseguridad, sale a relucir en la conversación la inteligencia artificial. Una tecnología que en esta financiera-tecnológica ya vienen usando para compartir el fraude. “Ahora incorporamos IA generativa para aprender y predecir mejor”, apunta. “El objetivo es adelantarse a patrones emergentes, reducir falsos positivos y elevar el nivel de protección”.
Agentes 'tokenizados'
Con la vista en 2030, Mastercard resume su visión en tres pilares: tokenización de credenciales, autenticación biométrica y trazabilidad de extremo a extremo. Una base sobre la que van a abordar el siguiente gran cambio en el comercio electrónico: las compras iniciadas por agentes. “Si los agentes van a comprar por nosotros, el ecosistema necesita estándares”, subraya Rubio.
La compañía ha presentado un framework para aceptar pagos iniciados por agentes en el comercio electrónico: “Queremos que comercio, agente y emisor compartan la información mínima necesaria para autenticar la intención de compra”, resume.
"Comercio, agente y emisor han de compartir la información mínima necesaria para autenticar la intención de compra”
La propuesta contempla tokens específicos por agente y del contexto de la transacción. Rubio pone como ejemplo una acción que prevé que se convierta en cotidiana: usar un agente para realizar compras automáticas cuando un producto baje de precio. “Hoy no siempre hay visibilidad plena de cómo se ejecuta el pago, con qué credenciales y en qué condiciones”.
Lo que pretende Mastercard es que toda esa información (la intención del cliente, el agente que actúa en su nombre, el comercio que la recibe y el emisor que autoriza) viaje de manera unida y verificable.“Se trata de poder probar la voluntad del usuario y el origen de la orden sin ambigüedades”, resume.
Sobre esta innovación, Rubio asegura que hay interés, pero también dudas razonables, especialmente entre las pymes. “Hemos planteado distintos niveles de integración para que cada comercio se adapte sin rehacer toda su infraestructura, asegurando que la transacción siga siendo segura”, explica.
En todo caso, la seguridad, la transparencia y la accesibilidad siguen guiando la hoja de ruta de una compañía que aspira a sostener la confianza de sus usuarios mientras, poco a poco, se hace invisible.
