Las startups del sector audiovisual español y europeo han dado en esta recién clausurada 73 edición del Festival de San Sebastián toda una lección de empoderamiento del ser humano ante los desafíos de la inteligencia artificial en Zinemaldia Startup Challenge.
Esta tecnología, la más decisiva y transformadora de todo cuanto conocemos y nos rodea -desde la economía a la sociedad, pasando por nuestra propia visión del mundo- exige más que nunca un arduo trabajo para no dejarse arrastrar por la gran ola en marcha.
Pese a la singularidad del momento, no debe obviarse que la tecnología per se no tiene valor y que tan sólo cuando mejora la vida de las personas e impacta en su día a día alcanza verdaderamente su razón de ser. La IA no escapa -o no debería- a esta máxima.
Contar con espacios de discusión y reflexión donde la industria audiovisual aborde hacia dónde debe evolucionar el modelo europeo y cómo implementar la IA en las nuevas narrativas es una prioridad inaplazable. Para el audiovisual de hoy pero, sobre todo, para el que vendrá mañana.
El Centro de Cultura Contemporánea Tabakalera se ha consagrado en ese pequeño gran foro europeo de discusión desde donde lanzar año tras año un mensaje al mundo: la IA debe sumar para forjar un audiovisual más complejo, donde esa robustez se sustente en un mayor abanico de sensibilidades y colectividades, lejos de una industria simplificada y uniforme.
No es una cuestión sencilla ni baladí. La mesa redonda Más allá de la IA. Tecnologías inclusivas en el sector audiovisual, desarrollada en el marco de Zinemaldia Startup Challenge, ha sido especialmente clarificadora al respecto.
Las participantes -Adriana Moscoso, directora general de GESAC; Selva González, Film & XR Producer, y Anna Giralt, cineasta y cofundadora de Artefacto- han coincidido en señalar el momento crítico que atraviesa la adopción de la IA en esta industria y todo lo que está en juego.
De izquierda a derecha: AC Coppens, de The Catalysts; Adriana Moscoso, directora general de GESAC; Selva González, Film & XR Producer, y Anna Giralt, cineasta y cofundadora de Artefacto, durante la mesa redonda ‘Más allá de la IA. Tecnologías inclusivas en el sector audiovisual’.
Es ahora, en este momento todavía temprano de su aterrizaje de la IA en el audiovisual, cuando se debe fomentar la educación y la discusión en su seno para, de la mano de la esfera pública y el sector privado, diseñar la hoja de ruta a seguir.
El modelo europeo del audiovisual se juega 'cómo quiere ser de mayor' y establecer cuáles van a ser sus señas de identidad frente a otras formas de entender esta industria en otras geografías del mundo está en juego, según han relatado las expertas.
De esta forma, Zinemaldia Startup Challenge se resiste a rendir pleitesía a la tecnología del momento. Importa el cómo se implementa, pero también el para qué. Y es que sí, hay vida más allá de la IA.
Nadie discute que el futuro estará inexorablemente marcado por esta tecnología, pero la innovación es mucho más una tendencia tecnológica. Hay emprendedores que miran donde muchos antes lo hicieron y ven lo que nadie vio antes.
Y ahí, la IA -al menos por el momento- no ha tenido nada que ver. Es precisamente lo que sucedió con la historia de Quickets, una plataforma española que ayuda a los cines a completar el aforo y a la ciudadanía a volver a las salas a un precio muy asequible que reconecta esta industria con las nuevas generaciones.
Felipe Ortiz detectó este necesidad tras la pandemia. Y para ello, pisó la calle o, mejor dicho en este caso, las salas y cines. Necesitaba empaparse de esa realidad que diera sentido a su proyecto.
"He estado en todos y cada uno de los cines que trabajan con Quickets", profiere orgulloso. DISRUPTORES-EL ESPAÑOL le aborda minutos después de saberse ganador de la presente edición de Zinemaldia Startup Challenge en la categoría 'Mejor proyecto español' y conseguir, además, un inédito doblete con la distinción 'Mención al emprendimiento'.
Su propuesta ha destacado entre el resto de propuestas y eso que su pitch ha sido el último de la jornada, por lo que mantener la atención del jurado y del público era, ya de partida, todo un reto.
Pero Felipe no sólo ha dominado el escenario, sino que contaba con el respaldo que da un proyecto maduro y aterrizado ya en el mercado: Quickets ha vendido más de 450.000 entradas este 2025-más de 70.000 en el último mes- y está presente en más de 65 cines de toda España.
"Hay innovación muy interesante que no siempre incorpora IA. Sólo cuando aporta valor y está justificado con el proyecto tiene sentido"
Además, la startup huye del flash fácil que puede brindar la IA y al que es fácil acudir cuando detrás no hay una sólida propuesta. Felipe Ortiz no descarta explorar su implementación en la plataforma más adelante pero, por ahora, lo descarta.
"Hay innovación e iniciativas muy interesantes que no siempre incorporan la IA. Sólo cuando aporta valor y está justificado con el proyecto tiene sentido. Nosotros, de momento, no sumamos IA, ya veremos en el futuro", nos explica el emprendedor madrileño.
Felipe Ortiz posa con el 'doblete' en premios cosechados en Zinemaldia Startup Challenge 2025.
Y es que la filosofía de Quickets pasa por mantener los pies en el suelo, apostar por la moderación y el avanzar sin prisa, pero sin pausa. De ahí que la compañía se haya financiado hasta la fecha con recursos propios y, de momento, no contemple abrir ronda.
Aun así, Felipe Ortiz y su equipo son conscientes de la repercusión que su premio conllevará a partir de ahora. Bien lo sabe Alejandro San Agustín, CEO de Dubme, startup española que se alzó con el galardón el año pasado.
Un año después, esta redacción se reencuentra en Tabakalera con el emprendedor que, en esta ocasión, acude como parte del prestigioso jurado. "Para nosotros este reconocimiento nos ayudó a tener credibilidad en la industria audiovisual, tener esta verificación de que somos un partner de confianza fue esencial", ha destacado el emprendedor en conversación con DISRUPTORES-EL ESPAÑOL.
Su plataforma permite "doblar el contenido de grandes productores y distribuidores en diferentes idiomas y generar valor en la distribución", una propuesta muy disruptora que sin el aval del Festival de San Sebastián hubiera sido más difícil de captar la atención de la industria.
"Este reconocimiento nos ayudó a tener credibilidad en la industria audiovisual, esa verificación como 'partner' de confianza ha sido esencial"
Y lanza un consejo a las startups ganadoras de este año: "Deben aprovecharlo para avanzar en sus proyectos como validación ante clientes, partners o posibles inversores".
Es consciente de la oportunidad que Zinemaldia Startup Challege ha dado a su proyecto, Raoul Peltier, CEO de AnthroTek, startup ganadora en la categoría 'Mejor proyecto europeo'.
Sus novedosas máscaras antiincendios combinan materiales avanzados y tecnología 3D asistida por IA -en esta ocasión sí existe ese guiño a la tecnología del momento- para permitir acrobacias seguras y realistas con fuego real en las producciones audiovisuales.
La solución de la startup de Reino Unido ya ha sido empleada en la película 28 Years Later y ofrece al sector un realismo cinematográfico sin efectos especiales (imágenes generadas por ordenador), con lo que establece un nuevo estándar de seguridad y creatividad en efectos especiales.
Raoul Peltier (primero por la derecha), CEO de AnthroTek, durante su agradecimiento tras recoger el premio a 'Mejor proyecto europeo'.
Es, precisamente ese carácter disruptivo, pionero en su campo lo que hace más necesaria si cabe la proyección y validación que le ha conferido el Festival de San Sebastián. "No saben lo importante que es para una empresa pequeña como nosotros este reconocimiento", ha manifestado emocionado el emprendedor.
El futuro del audiovisual español y europeo aún no se ha escrito. Zinemaldia Startup Challenge ha vuelto a demostrar que cuanto acontece en Tabakalera es cada vez más determinante para lo que el gran público y la crítica ve no muy lejos de allí, en el Kursaal.
Reconforta saber que crear y desarrollar tecnología por y para las personas es complejo, mucho más en tiempos del 'reinado de la IA', pero no imposible.
