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Nadie duda de que el sector del emprendimiento español goza de una madurez de la que carecía hace tan sólo unos años y que, en este proceso de consolidación, la sostenibilidad y los proyectos impulsados por la conocida como inversión de impacto son parte de sus nuevas señas de identidad.

A la emergencia climática, el crecimiento sostenido de la población mundial y la necesidad de establecer un modelo productivo menos dañino con nuestro planeta, se une en este 2025 un contexto geopolítico convulso que suma nuevos desafíos y obliga a los actores protagonistas a posicionarse y reivindicar su espacio.

Los proyectos con foco en la sostenibilidad y el crecimiento de la inversión de impacto en nuestro país en los últimos años constatan el interés del mercado y también del capital por este tipo de proyectos. Pero hace falta más, sobre todo en el campo de la inversión de impacto -la que está encaminada a generar un impacto social o medioambiental medible junto al retorno financiero-.

Según datos de SpainNAB, la inversión de impacto directa ascendió en 2023 -último año del que se disponen de datos oficiales hasta los 1.517 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 26% respecto al año anterior.

Esta cifra se corresponde con la actividad de 45 actores realizando inversión de impacto directa a través de 64 vehículos de impacto. El detalle de las cifras muestra que el principal crecimiento del sector, igual que el año pasado, viene del segmento de los fondos de capital privado, cuyos activos bajo gestión aumentaron un 32% gracias a nuevas gestoras y a nuevos fondos de las gestoras ya existentes.

Por su parte, la financiación bancaria de impacto, con ocho carteras de préstamos de entidades de banca ética, social o cooperativa, alcanzó los 1.740 millones de euros, una cifra prácticamente idéntica al año anterior.

Además, si a estas cifras les sumamos la inversión de impacto indirecta (84 millones de euros) que se ha identificado en esta edición del estudio, el total de la oferta de capital de impacto en España alcanza los 3.341 millones de euros.

Se avanza a buen ritmo, pero el peso de la inversión de impacto dentro del total del mercado de inversión sostenible todavía tiene un largo recorrido por delante.

Según el Estudio Anual de Inversión Sostenible y Responsable (ISR) 2024, elaborado por Spainsif, las inversiones generadoras de impacto representan apenas el 0,16% del total de inversiones sostenibles en España, con 369 millones de euros.

En comparación, el volumen total de inversiones relacionadas con la sostenibilidad en España supera los 236.000 millones de euros, según las mismas fuentes consultadas.

Cabe recordar que el sector de la inversión de impacto incluye tanto fondos de capital riesgo, banca ética y social, como fundaciones. Este ecosistema permite financiar tanto startups como pymes y empresas sociales y adaptarse a las diferentes necesidades de los equipos fundadores.

Incertidumbre y polarización social

"En el actual convulso y volátil entorno, las empresas y entidades que apuestan por un modelo de negocio inclusivo y responsable son fundamentales. Estas iniciativas no solo abordan los problemas estructurales que afectan a las personas y al ecosistema, sino que también demuestran que el crecimiento económico puede ir de la mano con la sostenibilidad", explica a DISRUPTORES - EL ESPAÑOL Mercedes Valcárcel, directora general de SpainNAB.

"La incertidumbre política y económica, combinada con la aceleración del cambio climático y la polarización social, ha hecho que los retos a los que nos enfrentamos sean más acentuados y diversos: la vivienda, la reutilización y el reciclaje, la gestión del agua y la diversidad, la movilidad sostenible, la formación, etc", prosigue.

"No sólo se trata de financiar proyectos sostenibles, sino de contribuir a un cambio estructural y sistémico"

Mercedes Valcárcel, directora general de SpainNAB

En este escenario, considera la directora de SpainNAB, "es cuando la inversión de impacto se convierte en una herramienta estratégica para generar soluciones duraderas. No solo se trata de financiar proyectos sostenibles, sino de contribuir a un cambio estructural y sistémico, donde las inversiones apunten a resolver problemas globales como la desigualdad social, la transición hacia una economía verde o la inclusión laboral".

SpainNAB está realizando un arduo trabajo para impulsar un modelo de negocio que no solo sea rentable, sino que también impulse la creación de un mundo más justo y resiliente.

"A medida que avanzamos en este camino, es crucial que todos los actores, desde las instituciones hasta las empresas, se alineen en una estrategia común que permita enfrentar los retos globales de manera conjunta, garantizando que el capital se dirija hacia aquellos proyectos que realmente generen un cambio positivo", concluye Valcárcel.

Para afrontar estos desafíos el liderazgo de Europa y sus empresas con punteras tecnologías limpias es una de las claves del nuevo escenario. Bianca Dragomir, al frente de la dirección Cleantech for Iberia, insiste en el momento crítico que atraviesa España y, por extensión, Europa, para reivindicar su liderazgo.

"Las inversiones en tecnología limpia innovadora aumentaron en España un 37% el año pasado, mientras que en el conjunto de la UE disminuyeron un 24%. España se está transformando en el centro neurálgico europeo de las fábricas del futuro - con inversiones en scale-ups como H2Site, Matteco o Hesstec - y una masa crítica de fondos de inversión especializados en climatech que está floreciendo", relata a esta redacción.

La representante de Cleantech for Iberia lo tiene claro: "A nivel global, vivimos un 'invierno geopolítico' de acción climática", soslaya.

"Con el Clean Industrial Deal, Europa puede movilizar esos 38 billones de euros para la reindustrialización limpia"

Bianca Dragomir, directora de Cleantech for Iberia

"Pero la magnitud del capital privado disponible para el sector de las tecnologías limpias en Europa es de 38 billones de euros y no tiene precedente. Con el Clean Industrial Deal, Europa puede movilizar este capital para la reindustrialización limpia, creando mecanismos públicos de reducción de riesgos a la inversión privada, dando una clara señal de demanda industrial de tecnología limpia de vanguardia, y aprovechando esta oportunidad única para transformarse en el hub europeo de industria limpia", argumenta.

Queda claro que seguir impulsando proyectos enmarcados en la sostenibilidad, la inversión de impacto y la construcción de un nuevo modelo productivo más compatible con la emergencia climática seguirá siendo en el corto plazo una prioridad no sólo para el ecosistema emprendedor, sino para el conjunto de Europa y que ahí la tecnología y la innovación van a ser los grandes aliados de este apasionante proceso transformador.