El sector legaltech ha experimentado una evolución acelerada en su transformación digital desde la irrupción de la pandemia en marzo de 2020. El final de la presencialidad durante la etapa más férrea de la cuarentena impuso que la digitalización de procesos se convirtiera de la noche a la mañana en la realidad del mundo empresarial.

Bigle Legal ya era por aquel entonces un referente en la digitalización de la gestión legal de corporaciones y particulares. Su CEO, Alejandro Esteve de Miguel, sostiene que la covid-19 "ha demostrado que existe una forma mejor de organizar las operaciones legales de las compañías".

Su proyecto llevaba desde 2016 haciéndolo y sumando numerosos casos de éxito en Europa y Latinoamérica, entre ellos Seguros Santa Lucía, compañía en la que Bigle Legal resultó ganador el año pasado en su programa de innovación.

Su software ha logrado que "los abogados de la aseguradora se ahorren cientos de horas al año en trabajos documentales repetitivos y puedan reorientar su tiempo a asesorar al cliente y hacer crecer el negocio", reconoce con orgullo Esteve de Miguel.

Pero ¿cómo surge este proyecto disruptivo? Bigle Legal nació en 2016, de la necesidad por dar una respuesta a un problema que afecta a corporaciones y particulares de todo el mundo.

Su evolución hacia el software 'todo en uno'

Los profesionales del sector legal dedican dos terceras partes de su tiempo a tareas repetitivas y de escaso valor añadido. Bigle Legal se fundó por dos hermanos, Alejandro y Sergio Esteve de Miguel, ambos profesionales independientes, con el objetivo de desarrollar la tecnología necesaria para automatizar esas tareas tediosas de la gestión documental.

Al principio, la startup se centró en la creación automatizada documentos pero, conforme fue dando respuesta a este aspecto, llevó a cabo una evolución natural de su proyecto hasta el desarrollo del software que también cubre otras partes del flujo de un documento.

"Esto venía acompañado de las peticiones de nuestros clientes. Se quejaban de que en el mercado no hubiera una solución única que les cubriera todas sus necesidades a nivel de operaciones legales", explica el CEO.

"Por eso decidimos convertirnos en un All-in-one document automation software y cubrirlo todo, desde creación automática, colaboración en tiempo real, negociación online en control de cambios, firma electrónica, alertas contractuales y almacenamiento cloud", matiza.

La pandemia impuso a los despachos de abogados y corporaciones la digitalización de su gestión documental.

Las principales ventajas son el aumento de la productividad y de la seguridad de sus clientes. Hasta ahora los departamentos legales trabajaban en torno a la eficacia, su prioridad era resolver las necesidades legales de la compañía y nadie se ocupaba de la optimización de costes de estos procesos o de medir la eficiencia de estas operaciones.

"A nivel de ahorro de costes, el ahorro de tiempos es del 90%. Es decir, que se ahorran mucho tiempo y por consiguiente costes, no solo en reducción de horas de la tarea, sino en eliminar papel, tóner, impresora, etc", indica el cofundador.

"Por otro lado, hay otra métrica que es la reducción de la criticalidad legal, el hacer el proceso con Bigle Legal mitiga riesgos o contingencias legales provocadas por el error humano y hace que la compañía sea más segura en su operativa", asevera.

Su estrategia de expansión a corto y medio plazo pasa por afianzarse como la solución número uno de Europa en automatización documental y ciclo de vida de contratos.

España, referente 'legaltech' en Europa

Respecto al papel que puede jugar España en el sector legaltech europeo, el CEO de Bigle Legal considera que nuestro país tiene grandes posibilidades de convertirse en un referente mundial.

"España es uno de los países con más abogados por cápita de Europa. Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, como en todo, pero una de las ventajas es que contamos con un caldo de cultivo muy bueno para el legaltech. Además, contamos con la cultura de la innovación más madura que otros países de Europa donde todavía funcionan con el papel y el bolígrafo", apostilla Esteve de Miguel.

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