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Innovar no es fácil. Aunque es un vocablo al que recurren compañías de cualquier tamaño para presumir de estar a la vanguardia tecnológica, innovar no es implantar aplicaciones de inteligencia artificial ni llevar la operativa a la nube. Es un proceso complejo que va más allá de una idea que rompe moldes y cuya puesta en marcha requiere voluntad, talento y presupuesto, pero sobre todo agilidad.

En las grandes corporaciones, además, se generan atascos en prácticamente todos los departamentos que deben validar un proyecto, lo que provoca que se llegue tarde, mal y que muchas pruebas de concepto no salgan de ahí y acaben en el olvido.

Patio Campus nació con el propósito de no convertirse en otra aceleradora que acumulara ideas sin ejecutar. “Iteramos, medimos y volvemos a iterar para que la colaboración entre corporaciones y startups no se quede en una demo, sino que escale”, explica María Barrié, directora de Innovación en L’Oréal, en entrevista con DISRUPTORES – EL ESPAÑOL.

Constituida como una asociación privada y sin ánimo de lucro, los fundadores de Patio partieron de la premisa de ser un “modelo vivo e incremental”. Aunque la iniciativa partió de la multinacional francesa, convencieron a otras siete enseñas para sacar adelante el proyecto.

Junto a L’Oréal, BMW, Iberia, Inditex, L’Oréal, Mahou San Miguel, Merlin Properties, Moeve y Pascual están detrás de su arranque, pero la red ya supera la veintena de firmas. “No es un club cerrado, la vocación es abrir y sumar ventures, pymes, sector público y academia”, subraya Barrié.

“Patio nació con vocación de ser un punto de encuentro y potenciador del ecosistema emprendedor. Una iniciativa en la que grandes corporaciones colaborasen para aunar recursos, acelerar nuevas propuestas e introducirlas más rápido y de forma más efectiva en el mercado”, añade Jaime Ruiz, responsable de Innovación y Sostenibilidad en BMW Group Iberia

“Queríamos un espacio donde la innovación no se quedara solo dentro de Iberia, sino que respirara del talento y la visión de otros sectores… Patio es un catalizador que multiplica nuestra capacidad de innovar y nos ayuda a estar a la vanguardia”, apunta Martín Beitia, responsable de Innovación, Diseño e Investigación en Iberia.

Desbloquear proyectos

El comienzo de esta aceleradora fue discreto. En diciembre de 2023 lanzaron una convocatoria abierta junto a la Comunidad de Madrid en relación con el sector público. “Hicimos pruebas, aprendimos y perfilamos el modelo, queríamos tener claro dónde éramos capaces de aportar valor”.

La presentación oficial no fue hasta octubre de 2024, cuando se instalaron en un edificio aledaño a la Torre Picasso, el mismo donde las tecnológicas IBM y SAP trasladaron sus oficinas en Madrid hace ya más de un año, y donde tiene lugar el encuentro con este medio.

El método que siguen está diseñado para que, tal y como pregonan, las ideas se ejecuten y no acaben guardadas en un cajón. “Tras cada pitch organizamos reuniones one-to-one de 30-45 minutos. Después hay sesiones periódicas para desbloquear los procesos que haga falta en relación a compras, compliance, stakeholders…”, cuenta Barrié. “Cuidamos mucho el formato: preferimos encuentros pequeños y muy seleccionados con las personas adecuadas, a grandes auditorios donde no sale negocio”.

Trabajan en cuatro verticales: sostenibilidad, inteligencia artificial, talento y cultura, y nuevas generaciones de clientes, como las conocidas como silver economy y Gen Z. También han lanzado un grupo de innovación corporativa para explicar “cuándo tiene sentido contar con un vehículo de inversión, cómo pasar del POC [prueba de concepto] al despliegue o qué alianzas con universidades aceleran”, apunta Barrié.

Acuerdos reales

Tras un año desde la presentación oficial, ya se están viendo los primeros resultados. Es el caso de Lumio, startup especializada en autoconsumo y comunidades energéticas que comparten energía solar para reducir emisiones y costes, que avanza en un piloto con Mahou San Miguel.

“La energía generada con paneles solares se compartirá con clientes Horeca, situados en un radio de hasta 2 kilómetros, para reducir emisiones y optimizar la factura eléctrica”, resume Alexis de las Heras, cofundador de Lumio. “Patio nos ha dado acceso, velocidad de validación y oportunidades reales de despliegue”.

Para tener certezas sobre si el proyecto de Patio Campus va por el camino trazado, hacen uso de indicadores muy concretos. “Medimos horas de formación, proyectos en marcha y una comunidad que ya ronda las 120 startups. Pero la métrica decisiva es otra: la capacidad de convertir una prueba en estándar. No coleccionamos POCs, buscamos POCs escalables”.

Dentro de esta dinámica, desde Iberia explican que suelen recurrir al modelo de venture client: “Probamos en operación real y, si aporta valor, nos convertimos en el primer cliente de la startup a través de acuerdos comerciales. También existe la opción de escalar en el Grupo IAG e, incluso, invertir vía IAGi Ventures”, añade el portavoz de Iberia.

Cruce de compañías

Procedentes de industrias diferentes, cada corporación tiene sus necesidades en función del impacto, la agilidad de implantación y el retorno, pero también lugares comunes. Por eso, un comité directivo, formado por los responsables de innovación de cada firma, establece cuáles son las prioridades.

“Ese encaje provoca una polinización cruzada: una startup puede entrar para trabajar con una compañía y acaba colaborando con tres o cuatro”, asegura la portavoz de L’Oréal. Así, CoCircular, empresa emergente dedicada a digitalizar y trazar la gestión circular de residuos para su valorización y cumplimiento, no ha puesto en marcha un piloto, sino dos.

Colaboramos con Iberia para digitalizar su proceso de gestión de residuos con criterios de IAG, información veraz en tiempo real y cumplimiento; y con L’Oréal para recuperar y valorizar todo el material PLV, evitando que acabe en vertedero”, explica Paula Sánchez, cofundadora y CEO de CoCircular.

Lo ocurrido con Gravity Wave sirve para ilustrarlo: “Mini trabaja con ellos desde hace varios años y, como resultado de su participación en la Open Call de Economía Circular, surgió hacer extensible la colaboración con todo el grupo”, apunta Ruiz , de BMW Group Iberia. “Además, les hemos facilitado un espacio de trabajo para amplificar su presencia y oportunidades”.

Cambiar inercias

En este aterrizaje, los equipos de las compañías son clave. “Patio es un caballo de Troya cultural: traes a tu gente, se sienta, habla y trabaja”. Como ejemplo, la directora de Innovación de L’Oréal cita a 700 empleados de una empresa con una plantilla de 2.000 que han pasado por este espacio “para entender qué es la innovación y cambiar inercias”.

Además de las mesas mensuales de seguimiento, hay grupos organizados por los verticales y encuentros con startups. “Vivimos en el barro, bajamos de la slide al uso real”, insiste Barrié. Por eso, esa conversación entre empresas emergentes y multinacionales tiene que acabar, sí o sí, en un caso de uso.

Barrié reconoce -y casi advierte- que la innovación es un proceso que requiere de un cambio de mentalidad. “El principal bloqueo no es la tecnología, es la comunicación. Nuestro papel es ser traductores: que la startup hable el idioma de la corporación y que la corporación explique bien el reto para que lo pueda abordar una startup”.

“Nuestra misión es acelerar la colaboración real: abrir, traducir y escalar. No hay otra”, concluye.