Puertollano está considerada, como más de una vez ha publicado D+I, como una de las 'capitales' de la energía en nuestro país. Allí se ubica el Centro Nacional del Hidrógeno, epicentro de un polo tecnológico referente en innovación energética.

Y, al calor de este polo, a todo lo relacionado con el medio ambiente, la sostenibilidad o la economía circular se le otorga una importancia capital.

Un ejemplo de ello es la biorrefinería del proyecto Castilla-La Mancha Bio-Economy Region (CLAMBER), impulsado desde 2015 por el gobierno autonómico y que año tras año está demostrando, desde Puertollano, su aportación al mundo de la agricultura.

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Hace unos días se celebró en esta localidad una jornada sobre aprovechamiento de subproductos agrícolas en la que se demostró lo anterior.

Clamber ha mostrado sus capacidades, a partir de cuatro proyectos de revalorización de los residuos de la berenjena de Almagro, la nuez de Nerpio, los pistachos y los subproductos de la vinificación.

La valorización de la berenjena, por citar un ejemplo, consiste en la obtención mediante extracción de ácido clorogénico, presente en la berenjena del Campo de Calatrava en gran cantidad y superando a otras variedades a nivel mundial.

El ácido clorogénico es un antioxidante muy potente cuyo consumo presenta grandes efectos sobre la salud: es neuroprotector frente a enfermedades degenerativas como el Alzheimer o la ELA, protector frente a enfermedades cardiovasculares, antiinflamatorio, hipoglucémico, reductor de triglicéridos y colesterol, prevención de la artritis séptica y estimulante.

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Su producción actual se realiza a partir del café verde con el inconveniente de que viene asociado a la cafeína y se realiza fuera de Europa. Valorizar dichos subproductos exitosamente en el Campo de Calatrava gracias a la biorrefinería de Puertollano, explican desde sus instalaciones, puede revertir en una mayor sostenibilidad del cultivo de la berenjena, en una mayor viabilidad económica del cultivo y en convertir el Campo de Calatrava en una de las mayores productoras de clorogénico a nivel mundial.

Es una muestra de cómo estas instalaciones pueden contribuir a dar un valor añadido a los residuos vegetales.

"En general, estos cuatro proyectos se caracterizan por la obtención de polifenoles, que tienen capacidad antioxidante y un efecto muy beneficioso para la salud", apunta el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo.

En este caso "es fácil contarlo, es fácil de entender por parte de los consumidores", manifiesta Martínez Arroyo, que ha explicado que "en todos esos productos vegetales, tenemos posibilidades de generar valor en lo que sobra", destacando que "esa valorización de los subproductos acaba en el mercado cosmético, en el mercado farmacéutico, incluso en el mercado de la alimentación con nuevos alimentos".

El consejero ha expuesto que, gracias a iniciativas como ésta, "estamos extrayendo todo el jugo de nuestra agricultura para hacer más rentable la actividad para nuestros agricultores y ganaderos", consiguiendo, además, hacerlos "aquí, en nuestra tierra" y situando a Puertollano "a la vanguardia".

El taller celebrado en Puerto llano se convirtió también en un punto de encuentro entre los generadores de los subproductos, las personas que investigan sobre su valorización, los interesados en valorizar dichos subproductos a nivel comercial y los usuarios finales de los mismos. Y es que, la I+D+i agraria "debe pensar en su rentabilidad y su sostenibilidad para poder seguir avanzando".

Ventajas

Entre las ventajas de la biomasa agroalimentaria destaca que sea una fuente de materiales natural, local y sostenible, destacan desde la Junta de Castilla-La Mancha.

Con su revalorización, se transforman los residuos en nuevos productos con valor añadido, convirtiendo un problema en una oportunidad y aumentando la rentabilidad, a la vez que se promueve la economía circular, se revitaliza la economía rural y se genera empleo de calidad, siendo respetuoso con el medio ambiente.

En ello se está especializando precisamente Puertollano, cuyo alcalde, Adolfo Muñiz, es muy consciente de ello.

"Esta biorrefinería de CLAMBER es una instalación innovadora que ha atraído la atención internacional por su capacidad para producir biocombustibles avanzados a partir de residuos agrícolas y forestales", reconoce.

CLAMBER es un "ejemplo de cómo la innovación y la tecnología pueden contribuir al desarrollo sostenible y al crecimiento económico en armonía con el medio ambiente, desarrollando iniciativas que no sólo promueven la utilización de recursos renovables y la reducción de emisiones contaminantes, sino que también generan empleo y fomentan la investigación y el desarrollo de soluciones más eficientes y sostenibles, representando lo mejor de la colaboración entre el sector público y privado en la búsqueda de soluciones ambientalmente sostenibles y económicamente beneficiosas", explica el alcalde.