Era cuestión de tiempo, era más pronto que tarde; pero la piel del oso no conviene venderla antes de cazarlo, y menos tratándose de trámites urbanísticos. El caso es que Cantabria ya puede decir que el proyecto clave para su posicionamiento tecnológico puede comenzar su desarrollo.
Se trata del mega campus de centros de datos -conocido con el nombre de Proyecto Altamira- que gestionará el grupo Stoneshield en unos terrenos ubicados en los municipios de Piélagos y Villaescusa.
Y era en estos terrenos donde estaba la clave para que la iniciativa pudiera estar más cerca de convertirse en una realidad. Esta semana, el consejo de gobierno de VIPAR, sociedad formada por las empresas públicas SEPIDES, dependiente del Gobierno central, y SICAN, adscrita a la Consejería de Industria, Empleo, Innovación y Comercio del gobierno de Cantabria, ha autorizado la venta al citado grupo, por un importe de 9,4 millones de euros, de los terrenos.
Ya se había anunciado la licitación de la venta de los terrenos e incluso se había publicado que sólo había una oferta, pero faltaba por confirmar la venta, algo que se ha producido esta semana.
Explican fuentes del gobierno de Cantabria que de esta forma "se pone fin a más de 18 años de inactividad en estos terrenos y se consolida el primer paso para la activación de un enclave industrial y tecnológico estratégico para Cantabria".
Esta primera fase se desarrollará mediante un Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR) que ya ha sido redactado y cuya tramitación ya ha comenzado, tramitación que concluirá con la aprobación definitiva por parte el Consejo de Gobierno, previsiblemente, en diciembre de 2025.
Estos terrenos fueron adquiridos por SEPIDES el 27 de diciembre de 2006, constituyéndose entonces la sociedad VIPAR para el desarrollo y comercialización de suelo industrial en ellos.
El pasado 25 de noviembre de 2024 la Junta General de Socios aprobó iniciar la comercialización de la parcela con un precio mínimo de venta de 7,8 millones de euros. Ese mismo día se publicaron en la Plataforma de Contratación del Estado y en la web de SEPIDES las condiciones de venta de la parcela, proceso al que únicamente se presentó el grupo Stoneshield Capital.
Este hito supone la confirmación del compromiso firme de Stoneshield con Cantabria y un paso importante para el Proyecto Altamira, que movilizará una inversión de más de 3.600 millones de euros, generará más de 2.900 empleos y posicionará a Cantabria como referente tecnológico europeo.
Liderado por XDC Properties, filial del grupo Stoneshield Capital, y con la colaboración del gobierno de Cantabria, el proyecto contempla la construcción de un Campus Tecnológico de Centros de Datos de gran capacidad, "uno de los más grandes y avanzados de Europa, enfocado a la inteligencia artificial y al desarrollo del cloud computer".
Con esta iniciativa, Cantabria se posicionará como uno de los principales hubs tecnológicos de Europa, al nivel de Madrid, Milán, Frankfurt o Londres. O esa, al menos, es la previsión que tienen desde el ejecutivo autonómico.
El Proyecto Altamira incorporará a la comunidad autónoma a la revolución tecnológica que supone la transformación digital y orientará el modelo productivo regional hacia los sectores con mayor valor añadido, que es uno de los objetivos de la Primera Agenda Digital de Cantabria y del gobierno de María José Sáenz de Buruaga.
Esta revolución tecnológica se ve impulsada, por otra parte, por la llegada a Santander de uno de los cables submarinos con los que META conecta Estados Unidos –desde Carolina del Norte- y Europa.
Como ya ha ido contando DISRUPTORES, el pasado mes de octubre, la empresa de Mark Zuckerberg anunció Anjana, un cable submarino que iba a conectar ambos continentes y que cuenta con una capacidad de casi 500 Terabits por segundo, convirtiéndolo en el sistema de cable de mayor capacidad del mundo.
Esto convertía a Cantabria, desde ese momento, en un lugar especial en términos tecnológicos. El gobierno de María José Sáenz de Buruaga fue rápidamente consciente de ello y se puso a trabajar, hasta que ha logrado uno de los objetivos que perseguía: atraer una inversión histórica.
Tal y como han detallado las fuentes consultadas, la previsión es que las obras de la primera fase empiecen en menos de un año, en enero de 2026, una vez que concluya la tramitación del proyecto singular de interés regional (PSIR) que ya está redactado y que el Gobierno espera aprobar en diciembre.
El objetivo es que las obras de las fases dos y tres, que también se acometerán a través de un PSIR, comiencen en 2028, de manera que el Campus Tecnológico de Centros de Datos Altamira comience a operar en 2032.
