Un invernadero subterráneo y una bioincubadora en la superficie, demuestran que el gobierno de Asturias no solo está muy comprometido con la I+D+I, sino que lo hace en varios planos, algo insólito en el resto del país.
La primera iniciativa forma parte de la estrategia del ejecutivo del Principado de dar un nuevo uso a las infraestructuras mineras. En una comunidad con más de 5.000 kilómetros de galerías subterráneas, la administración regional trabaja para transformarlas en espacios de desarrollo tecnológico y científico ligados a nuevas actividades económicas como la agroalimentación avanzada, el almacenamiento de datos o la investigación sobre la habitabilidad de la Luna.
Es la agroalimentación la que ha dado los primeros resultados de esta estrategia. Y es que se ha puesto en marcha un proyecto singular e innovador que convierte una antigua bocamina del pozo Carrio, en Laviana, en el "primer invernadero subterráneo del país".
Se trata de una iniciativa pionera de agricultura minera, enmarcada en el programa Agroalnext, financiado con fondos regionales y europeos Next Generation, que busca sentar las bases de la agricultura del futuro: verde, digital y resiliente al cambio climático.
El consejero de Ciencia, Industria y Empleo, Borja Sánchez, ha visitado recientemente las instalaciones del proyecto experimental, que ensaya cultivos en condiciones extremas mediante un sistema de hidroponía –un sistema de cultivo que prescinde de la tierra- en un ambiente controlado sin luz natural, sustentado con iluminación led.
El ensayo piloto se desarrolla en la galería La Raya del pozo Carrio e incluye cinco variedades vegetales: brotes de uso culinario, plantas aromáticas, hojas verdes, wasabi, guisantes, hongos y salicornia, una planta halófita que se adapta a ambientes extremos.
El objetivo es analizar qué especies pueden adaptarse a entornos subterráneos, con el fin de abrir una nueva vía de producción agroalimentaria, sostenible y energéticamente eficiente.
El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) se ha encargado de la puesta en marcha de este proyecto en el marco del polo de innovación de Carrio y con la colaboración de la empresa minera Hunosa, propietaria de la bocamina.
El desarrollo técnico corre a cargo de la compañía asturiana Cantábrica Agricultura Urbana, especializada en cultivos de interior mediante sistemas de agricultura vertical, capaces de reciclar el agua y funcionar sin exposición a la luz solar.
Borja Sánchez ha destacado esta iniciativa como clave para dar un nuevo uso innovador y tecnológico a las antiguas minas: "Este invernadero subterráneo representa un paso firme hacia la agricultura del futuro. El proyecto combina ciencia, tecnología y sostenibilidad para desestacionalizar los cultivos e impulsar formas de producción que nos ayuden a afrontar los retos del cambio climático y el desarrollo territorial".
El uso de infraestructuras como minas o búnkeres para instalar invernaderos cuenta con experiencias en países como Reino Unido, Italia o Finlandia, pero es la primera vez que se utilizan antiguas galerías mineras para este fin en España. Las instalaciones subterráneas garantizan temperaturas y humedad constantes, reducen el consumo energético y permiten ciclos de cultivos continuos.
El proyecto de agricultura minera alinea sus objetivos con la estrategia europea 'De la granja a la mesa' y con enfoques como One Health, que conectan alimentación, salud y sostenibilidad. Asturias apuesta así por una agricultura moderna, eficiente y respetuosa con el entorno, capaz de generar empleo, fijar población en las zonas rurales y dar una segunda vida a su patrimonio industrial.
Pero el hecho de que el subsuelo esté empezando a generar innovación no es óbice para que en la superficie se baje la guardia.
La bioincubadora
El director ejecutivo de la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación (Sekuens), David González, y el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, han firmado un convenio de cesión de parte del espacio del Vivarium de Ciencias de la Salud, ubicado en La Corredoria, en Oviedo, para albergar en sus instalaciones una bioincubadora dedicada a la investigación preindustrial y de cultivos celulares para el desarrollo de nuevos fármacos.
Este convenio dotará al equipamiento de un espacio de alto contenido científico-tecnológico con el que se persigue poner a disposición de compañías y startups una infraestructura inexistente en Asturias y apenas desarrollada a nivel nacional, donde se pueda desarrollar todo el proceso regulatorio de ensayos clínicos y cultivos celulares.
"No podemos depender de que nuestras empresas tengan que irse a Francia o Alemania para hacer todos los procesos de regulación; necesitamos químicos, físicos y biólogos que tengan dónde trabajar con recursos y dónde llevar a cabo todo ese proceso", ha explicado el director de Sekuens, quien ha destacado que la bioincubadora tendrá un carácter "innovador y disruptivo", puesto que por vez primera habrá ingenieros que vayan a trabajar con el HUCA.
González también ha indicado que se mantienen los plazos con el objetivo de que las obras de acondicionamiento del Vivarium estén finalizadas a mediados de 2026.
El proyecto cuenta con una financiación de dos millones, de los que 1,2 proceden de fondos Feder, a través del programa de la Fundación Instituto Cameral para la Creación y Desarrollo de la Empresa (Incyde), y el resto correrán a cargo de la Consejería de Ciencia, a través de la Agencia Sekuens. Los presupuestos del Principado para 2025 incluyen una partida de un millón.
La incubadora ocupará 580 metros cuadrados cedidos por el Ayuntamiento de Oviedo. En estos espacios se distribuirán dos laboratorios destinados a la instalación de empresas, equipados con sendas salas blancas modulares, y almacenes; una sala de cultivos celulares de uso común, dotada con autoclaves, ultracongeladores, cabinas de flujo laminar o sistemas de aspiración; una sala de escalado a producción de uso común, que se equipará con autoclaves, fermentadores y equipos de agua ultrapura; un local de unos 50 metros cuadrados destinado al centro de hibridación de ingeniería y salud y al espacio de coworking; y el centro de hibridación, un espacio para apoyar las necesidades de innovación de la asistencia clínica, el desarrollo y validación de dispositivos médicos y la optimización de procesos asistenciales.
Con la puesta en marcha de este proyecto se pretende favorecer la creación de 15 empresas, apoyar a 35 compañías y realizar actuaciones de sensibilización y dinamización en otras 200. Además, se aspira a generar unos 115 puestos de trabajo: 50 de ellos directos y otros 65 indirectos.
