El Pentágono ha sido noticia en los últimos días por dos motivos: sus problemas a la hora de aclarar a dónde han ido a parar más de un billón de dólares de sus presupuestos y, por otra parte, su interés por prepararse para la guerra del futuro, en la que la inteligencia artificial desempeñará un papel fundamental.
Más de 1600 expertos trabajaron en una auditoría del Departamento de Defensa de Estados Unidos para aclarecer cómo distribuye su presupuesto de casi cuatro billones de dólares. Estados Unidos es el país del mundo que más invierte en defensa militar.
Una ley federal introducida en los años 90, exige a todos los departamentos públicos del país pasar auditorías obligatorias. El Pentágono no comenzó este proceso hasta el año 2018 y, aunque ha habido algún que otro avance en sus últimas auditorías, el desfase en las cuentas sigue siendo notorio. Esto es lo que ha llevado al Congreso de Estados Unidos, a aprobar una ley que garantice que el Pentágono pueda pasar, con éxito, su próxima auditoría.
¿Debería el Pentágono destinar una parte de su presupuesto a una herramienta de inteligencia artificial que le ayude a controlar sus gastos de cerca? La idea no es tan descarada, más si se tiene en cuenta que el Departamento de Defensa del país cuenta, en la actualidad, con más de 800 proyectos en funcionamiento donde se hace uso de la inteligencia artificial.
Las herramientas de aprendizaje automatizado, que ya están siendo utilizadas en el campo de batalla, serán clave para la guerra del futuro. Un futuro que es inminente. Por este motivo, el gobierno de Estados Unidos no quiere que los potentes chips desarrollados por Nvidia lleguen a manos de sus rivales chinos. Estos chips son esenciales para propulsar herramientas desarrolladas con la inteligencia artificial y que China está empleando para hacer avances tecnológicos importantes en sus fuerzas armadas.
El pasado mes de agosto, el Pentágono anunciaba su iniciativa ‘Replicator, un programa que aspira a producir miles de vehículos autónomos impulsados por la inteligencia artificial. El objetivo de EE.UU. es estar a la par con China para el año 2026.
¿Tendrán lugar las guerras de este futuro detrás de las pantallas de un súper ordenador encargado de tomar decisiones cruciales en las guerras? Existe un temor en el mundo científico por el hecho de que “se esté armando a la inteligencia artificial”, que es capaz de tomar decisiones de manera autónoma. Desde el Pentágono aclaran que “siempre habrá humanos con total control sobre la situación”.
Consciente del riesgo exponencial de las nuevas tecnologías, la administración Biden ha tomado la iniciativa de emitir un tratado de uso responsable bautizado como la “Declaración política sobre el uso militar responsable de la inteligencia artificial y la autonomía”. China, Rusia, India, Irán y Pakistán no han querido adherirse a este acuerdo internacional.
El nuevo departamento de la Fuerza Espacial, creado durante la administración Trump, también se está adentrando en el desarrollo del aprendizaje automatizado y de la visión artificial con el prototipo de su herramienta ‘Machina’. Se trata de un sistema, totalmente autónomo, capaz de observar más de 40.000 objetos que operan en el espacio y determinar si plantean alguna amenaza. Todo esto es posible gracias a una red de telescopios globales y millones de datos recolectados durante años.
En la actualidad, la inteligencia artificial es usada por el Pentágono para verificar el mantenimiento de su flota de aviones, controlar el estado físico de los soldados y para detectar posibles lanzamientos de misiles en suelo enemigo. El uso de las nuevas tecnologías permite a las fuerzas armadas detectar posibles fallos en sus aviones, varias horas antes de que estos ocurran y reducir, de manera significante, las lesiones entre los soldados.
Ahora, el gran desafío del Pentágono será intensificar los esfuerzos en la contratación de especialistas en inteligencia artificial que ayuden al Departamento de Defensa cumplir con sus ambiciosos objetivos.