El pasado 13 de febrero se publicaba en el BOE la convocatoria de las ayudas para iniciativas de innovación empresarial consideradas estratégicas en determinados sectores de actividad, las conocidas como 'Misiones CDTI'. Se trata de uno de los instrumentos más utilizados por los proyectos emprendedores (tanto pequeñas como grandes empresas) de base científica y tecnológica, con 70 millones de euros en financiación (ampliable en otros 25 más). Y, durante cuatro meses, los negocios que optaban a estas ayudas han estado preparando toda la documentación asociada para llegar en plazos a la fecha límite.

Pero la sorpresa saltaba ayer, apenas 48 horas antes de que finalizara el período para presentar esas solicitudes. El Ministerio de Ciencia e Innovación, que dirige Pedro Duque, ampliaba hasta el 23 de julio este plazo. Así lo anunció el propio CDTI en sus canales digitales y ha sido publicado en el BOE del día de hoy, 3 de julio. No hay nada extraño en que se produzcan este tipo de alteraciones, normalmente para tratar de atraer más iniciativas o por alguna dilación o casuística burocrática que obligue a alargar esos tiempos. Lo raro viene al comprobar que esa modificación del decreto viene motivada por algo muy distinto...

"De acuerdo con los objetivos establecidos en el 'Plan de Impulso a la cadena de valor de la Industria de la Automoción: hacia una movilidad Sostenible y Conectada"' los proyectos relativos a esta misión que desarrollen tecnología relacionada con el vector H2 renovable se financiarán de forma prioritaria", reza el BOE. Dicho de otro modo: las startups y empresas relacionadas con el sector de la automoción tendrán preferencia absoluta sobre el resto de verticales a los que se dirigen estas ayudas.

Hasta ahora, los cinco sectores a los que afectan las 'Misiones CDTI' entraban en juego en las mismas condiciones: energía, movilidad, agroalimentario, industria y salud (envejecimiento). Sin embargo, esta decisión de Duque altera este principio de igualdad y competitividad en el acceso a este programa, algo que además no se había estipulado en la convocatoria inicial del pasado febrero lo que genera además asombro y cierta inseguridad jurídica al saber que cualquier convocatoria de este tipo puede alterar un principio tan básico como este en el último suspiro. 

Javier Campo Marquina, socio director de Eurosubvenciones, es uno de los primeros en elevar sus quejas a este movimiento: "Hoy es un día bastante triste. El Ministerio de Ciencia e Innovación ha cambiado a última hora las reglas de juego de una ayuda importantísima para la I+D española, beneficiando claramente a alguna empresa en concreto y perjudicando claramente a las empresas que habían trabajado en la solicitud e iban a cumplir con todo lo requerido para presentar la ayuda en plazo".

Su dardo, compartido por muchos más profesionales del sector, es claro: esta alteración de las reglas de juego a 48 horas de la línea de meta responde a una medida claramente dirigida a ayudar a la industria de la automoción tras la decisión de Nissan de abandonar su actividad en nuestro país. De ser así, se estaría inflingiendo el principio de competitividad del programa, al favorecer a un sector o empresas concretas en detrimento del resto del ecosistema.

Por si fuera poco, se da otra circunstancia que parece esclarecer más esta intencionalidad por parte del Gobierno de convertir las 'Misiones CDTI' en un salvavidas para Nissan y su cadena de valor, así como las demás empresas de automoción. No en vano, la orden viene fechada el pasado 25 de junio a las 21 horas, pero no fue publicada en el BOE ni publicitada de ninguna forma hasta el día de ayer, mediante Twitter y un cambio en la web del propio CDTI, y hoy con su oficialización en el propio BOE. Los afectados por esta decisión consideran que este secretismo y ocultismo corroboran esta motivación alejada de los objetivos fundacionales de las 'Misiones CDTI'.

Y es que, recordemos que este programa no busca ayudar a empresas afectadas por el cierre de una fábrica o similar. Las 'Misiones CDTI' persiguen impulsar iniciativas intensivas en I+D que cuentan con participación relevante de organismos de investigación, centros tecnológicos y universidades, alineadas siempre con los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por Naciones Unidas en la Agenda 2030.