La noticia la contaba el jueves el corresponsal de D+I en la costa Oeste de EEUU, Pablo Ortega. Los Ángeles, ciudad en la que reside el periodista extremeño-americano, ha superado a San Francisco en oferta de empleos digitales en enero. Es decir, Silicon Beach, como se conoce al entorno de la ciudad del cine y los casinos, ha desbancado a la capital del mítico Silicon Valley. Según un reciente estudio realizado por CompTIA, una asociación destinada a analizar el mercado laboral tecnológico, en el mes de enero se necesitaban 13.300 empleos tecnológicos en la primera, mientras que en la segunda la cifra era de 12.100.

El dato en sí no tiene trascendencia. Máxime cuando Los Ángeles y San Francisco se encuentran en las posiciones número cuatro y cinco respectivamente dentro del ranking. Nueva York, Washington DC y Dallas consiguen colarse entre las tres primeras capitales con mayor oferta de empleo en el sector.

Pero sí demuestra que hasta los mercados más consolidados como Silicon Valley empiezan a tener competencia real de atracción de talento. Ya no es necesario estar en el valle del silicio para triunfar. No en vano, California sigue ocupando como Estado la primera posición con 45.500 puestos ofertados en enero, pero seguido de cerca por Texas, con 32.000, donde la Tesla de Elon Musk anunció que se mudaba en el mes de diciembre, tras sus discrepancias con el gobernador del Estado Dorado. 

Con todo, no le pierdan la matrícula a California porque es el estado con la mayor economía de Estados Unidos al representar el 14,6% de su PIB. Si California fuera un país independiente, ocuparía el quinto puesto en el ranking mundial, sobrepasando a países como Reino Unido, Francia, Canadá y España.

¿Y quién más viene pisando fuerte? Miami, como viene anunciando con sus crónicas Rosa Jiménez, la corresponsal de D+I allí. Y la clave es hacer de puente con Latam. Antes Miami era puente de migraciones de latinos buscando una oportunidad, pero con escasa formación o problemas políticos. Ahora en la globalidad, su posicionamiento permite que el Estado de Florida necesite más de 18.000 empleos tecnológicos en un mes como enero.

 Y además de competir en atracción de talento también lo hacen lógicamente en el lanzamiento de iniciativas disruptivas. En Los Ángeles no es extraño toparse con los robots de Postmates o Coco, empresas que circulan por las aceras para el reparto de paquetes a domicilio. Sus robots circulan entre humanos. Pero desde Silicon Valley (Mountain View), la startup Nuro quiere acabar con la masificación de robots por el lugar reservado para los viandantes, y trasladarlos a las carreteras, con un primer coche autónomo de reparto, como les contaba D+I el lunes. 

La España vaciada y tecnológica

Hoy que todos los ojos políticos en España están puestos en Castilla y León y en el efecto que tendrá el partido de España Vaciada, nos detenemos en Palencia para seguir con el ejemplo de que cualquier cosa es posible con la tecnología.

Roams es una startup que desde Palencia ha permitido a más de 15 millones de personas en todo el mundo elegir su mejor tarifa en telefonía, electricidad o seguros. Y ahora entra en el ámbito de la banca para ayudar a decidir la mejor hipoteca. Cuando no existía internet y los periódicos intentaban comparar hipotecas, era imposible lograr el objetivo. Las presiones publicitarias lo complicaban todo. La tecnología cambia incluso los dominios de las reglas del mercado. 

El papel que pueden hacer las administraciones regionales con sus competencias en sanidad y educación es muy importante para la atracción o retención de talento. En educación vemos pocos avances, quizás el sindicalismo público no ayuda. Pero en el caso de la salud da la impresión de que no ocurre lo mismo. El miércoles, D+I contaba cómo La Rioja está analizando con inteligencia artificial qué patrones ambientales pueden causar determinados tipos de cáncer. Imagínense la luz que se puede aportar a esta cruel enfermedad si de repente con la tecnología podemos descubrir cómo podemos evitarlo.

Pero para experiencia, la de Cantabria, que ya les hemos contado aquí en otra ocasión. Por fin, el experimento tiene voluntarios. Y nos referimos al proyecto Cohorte que ha conseguido 10.000 personas voluntarias para ser monitorizadas de por vida con el fin de que sus datos se usen para la investigación médica. 10.000 "donantes de datos", que obedecen sobre todo a mujeres de entre 40 y 50 años. Les prometemos hacer seguimiento para esta experiencia pionera en España.

Los grandes movimientos

Entre los grandes, en este resumen de lo mejor de la semana de Disruptores e Innovadores (D+I), hay que destacar la alianza de IBM y SAP para ayudar a las empresas a compartir cargas de trabajo en la nube. Estamos hablando del concepto de nube híbrida, el traslado de las cargas de trabajo y aplicaciones críticas, que son la columna vertebral de su operación empresarial, pero que requiere de un entorno cloud altamente seguro y fiable.

La seguridad, y no sólo en la red, sino en el suministro de chips, también ha hecho a la UE replantearse ciertas políticas con la pandemia. El martes, la presidenta Ursula von der Leyen anunció que Bruselas va a destinar 43.000 millones de euros en inversiones público-privadas para impulsar la industria de los chips dentro del territorio comunitario.

Es decir, que Europa apuesta por ser una potencia en la fabricación de chips en 2030, un reto que vendrá reforzado por una Ley Europea de Chips. El reto es reforzar la soberanía digital de la región y fortalecer, en paralelo, las relaciones con Estados Unidos y Taiwán -principal productor de estos componentes- para evitar cortes en la cadena de suministro.

15 años, la vocación

La semana ha tenido sin duda un día clave. El viernes 11 fue el día de la mujer en la ciencia. Y D+I hizo todo un despliegue especial con casi todos los temas dedicados ese día a analizar la situación, con varios colegios implicados en despertar las vocaciones en carreras STEM. De todas las buenas piezas que se escribieron ese día, me quedo con un dato: los 15 años. La edad en la que se despierta o hay que despertar la vocación para estas carreras más tecnológicas que permitan igualar los ratios en edades más maduras y en puestos de responsabilidad. 

Porque es justo ahí, en el momento en que una joven asume que no está preparada para cursar estas carreras o, simplemente, cuando no se interesa por ellas al no sentirse identificada -en la mayoría de los casos de manera inconsciente-, la desigualdad gana la batalla y todos perdemos.

Y acabamos con traca de startups. Interesante es la iniciativa de Lugfy, bilbaínos que plantean solucionar el problema de ir cargados con una maleta por una ciudad hasta llegar al hotel. En ocasiones debes asistir a reuniones paseando la maleta. La solución la da una app que te pone en contacto con profesionales autónomos o redes de VTC, donde se acuerdan los precios entre las partes.

Una scale up veterana de la industria es la de los valencianos Mesbook. Uno de sus socios fundadores, Diego Sáez de Eguilaz, reflexionaba esta semana desde su amplia experiencia en el sector que "más del 90% de las empresas, en cuanto a digitalización, están en la Edad Media". Lo hacía con ocasión de la presentación de la formación que ha iniciado para sus asociados Femeval, federación del metal, que está impulsado con la Politécnica de Valencia e Inndux (editora de D+I).

Y concluimos con Pep Gómez, fundador de Fever, este unicornio español que acaba de lograr 200 millones de inversión en una ronda liderada por Goldman Sachs. La creó con 19 años y la profesionalizó, algo poco común cuando, siendo CEO y máximo accionista, dejó la startup de digitalización de experiencias de ocio en manos de los gestores. 

Pep Gómez cree que "hay que saber escuchar y reponerse de los errores". Escuchando o leyendo sus palabras, cerramos esta columna con la misma tesis que la abrimos. Porque Pep además hoy nos ha hecho el trabajo, el de clausurar siempre con la pregunta que encabeza de forma permanente esta pieza: "Hoy una compañía global puede nacer en cualquier sitio; es cuestión de preguntarse... ¿Y por qué no?"

** Rafa Navarro es editor de D+I y CEO de Inndux Digital Group.