La digitalización y el emprendimiento son "dos caras de la misma moneda. La digitalización no se entiende sin emprendimiento e innovación y lo digital es clave para promover nuevos modelos de negocio y nuevas oportunidades de creación de empleo". La reflexión la lanzó el viernes la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, en la presentación del estudio Global Entrepreneurship Monitor (GEM)

¿Qué dice el informe? Pues que la pandemia, como es lógico, ha reducido la tasa de emprendimiento. No teníamos buena posición. Ahora tampoco. En 2019 apenas el 6,1% de los españoles entre 18 y 64 años emprendía un negocio, frente al 9,6% de la media Europea. El año pasado en España se lanzaron el 5,2%, en Europa el 8,1%.

Hasta ahí, al margen de nuestra poca iniciativa a crear empresas, todo normal. Pero lo que llama la atención del informe es que donde verdaderamente está aumentando la tasa de emprendedores españoles es entre los mayores de 55 años. En la última década ha duplicado la tasa, del 2% al 4%. Y el motivo es "ganarse la vida porque el trabajo escasea". 

Tomando como base las palabras de Artigas y los datos del estudio, podemos concluir un par de cuestiones. La primera es que si todas las empresas tienen que digitalizarse y este cambio va ligado al emprendimiento, todos tenemos que ser emprendedores, dentro o fuera de nuestras empresas. Bien porque las empresas fomenten el intraemprendimiento, bien porque cualquier trabajador tome esa posición de iniciativa al cambio, empezando por ser consciente de que si no actualiza su perfil al mundo digital, va a tener una amenaza laboral.

Y la segunda conclusión es que quizás una de las pocas salidas a los parados de más edad sea ayudarles al emprendimiento. Y no se trata de una salida residual, varias veces hemos comentado aquí que las mejores startups que hemos visto son de personas con experiencia en sus sectores que, unidos a desarrolladores tecnológicos, saben crear los mejores productos que necesitan ahora las empresas. Al menos en el B2B, en las startups que trabajan como proveedores de otras empresas.

El lenguaje, primera barrera

Uno de los mejores ejemplos de lo anterior es Lorenzo García. Le conozco desde que decidió dejar su cómoda postura en grandes bancos de negocios y reclutar un grupo de programadores para transformar la banca desde una fintech, The Logic Value, premiada y reconocida en España y Europa como uno de los puntales de la transformación digital.

Lorenzo es buen un ejemplo a seguir tanto para esas miles de personas que van a salir de la banca como para los que se van a quedar. Para todos ellos, y no sólo a los del sector bancario, les recomiendo el artículo completo de reflexiones que publicaba D+I el lunes y que pueden leer pinchando aquí

El lenguaje va a ser la primera barrera tanto para los que emprenden como para los empleados que van a tener que tratar con el nuevo mundo digital. "La primera barrera fue el metalenguaje propio de la programación. Tuve que comprar y estudiar muchos libros para afrontar este reto. Incluso pensaba que, después de tantos años en banca, sería fácil entrar a ofrecerles la solución que habíamos creado… Pero no, ahí ves que hay otra barrera del lenguaje", según el CEO de The Logic Value.

Entre otros, ése es uno de los motivos por los que Lorenzo García se ha lanzado a dirigir el curso que le hubiera gustado, en algún momento de su anterior etapa profesional, recibir; cierta formación tecnológica para que el salto no hubiera sido tan vertiginoso. 

Emprendedores como Lorenzo y líderes de áreas tecnológicas de multinacionales han creado el primer curso de Experto en Fintech para reciclar los perfiles de la banca que impartirá on line en septiembre la Digital Skills School, una iniciativa de la Universidad Camilo José Cela y de Inndux -coeditora de D+I-

"En mi caso -relata Lorenzo- yo no era consciente de todo lo que tenía que aprender. Comprendí que no se puede dar ese salto al vacío sin formación. Tienes que saber las dificultades que te vas a encontrar a la hora de planificar tu estrategia vital. Puede ser que tu estrategia sea quedarte en el banco donde llevas muchos años, pero estarás mejor posicionado de cara al futuro si eres capaz de combinar tu experiencia con la tecnología". 

No debemos tener miedo a lo que viene. No se trata de que todos sepamos programar. Cualquiera sabe usar un móvil, pero no tenemos por qué saber cómo se ha hecho. En este cambio ocurre lo mismo. Pero sí es cierto, como indica Lorenzo, que debemos refrescar nuestra visión laboral, aunque sólo sea por el lenguaje.

Alexandre Paruschke, experto en InsurTech y en eHealth, tiene una visión similar. Él asimila la actitud emprendedora de los empleados al término "incomodidad útil". "En estos momentos, en estos sectores, debemos buscar siempre una incomodidad útil, basada en la confianza en uno mismo, que es uno de los factores determinantes que van a ser clave para probar cosas nuevas cuando tengas un cargo de responsabilidad en tu compañía".

Alexandre dirige los cursos de Experto en Insurtech y en eHealth de la Digital Skills School, que también lanzará en septiembre otro de Transformación Digital genérico.

Del campo al turismo

Esta semana se ha celebrado en Bilbao el congreso Food 4 Future, un evento para encontrar el mundo de la transformación alimentaria y la digitalización. Una tendencia que está invadiendo a todas las ferias, la conexión entre el mundo que hemos conocido y el que viene. Son dos mundos que se deben de entender y eso implica a ese metalenguaje. 

La conexión entre la digitalización del campo y la agroindustria va a ser vital. La tecnología va a permitir no sólo la trazabilidad blockchain desde el árbol o la granja al plato, sino la previsión. Porque en el mundo agrario la gran aportación de la tecnología va a ser reducir las numerosas incertidumbres que encarecen los precios o hacen complejos sus planes de negocio. Hoy ya podemos hacer que las máquinas recojan cada fruta en el punto de maduración exacto para que, incluido el transporte, llegue al supermercado de Berlín o al de Chicago en el estado que le gusta al cosumidor, del que también tendremos sus preferencias.

Por eso, no es de extrañar que una tierra con tanta tradición culinaria como el País Vasco apueste por un proyecto público-privado de digitalización para los Next Generation. Un PERTE denominado The Food Global Ecosystem de 500 millones y 60 empresas implicadas según anunciaron sus responsables en el Gobierno vasco esta semana, como publicó D+I el miércoles.

En términos similares podemos hablar del turismo. Una tierra de casi monocultivo como Baleares que es ya la tercera región con más sensores del país, según el estudio de Sigfox que se publicó en estas páginas el martes. El motivo es triple. Por un lado porque el turismo va a encontrar en el Internet de las Cosas un gran aliado para fidelizar al cliente anticipándose a sus deseos. Y el segundo y el tercero, es por su apuesta por el eHealth y el cuidado y estudio medioambiental.

Ejemplos claros de que todos vamos a tener que aprender ese nuevo lenguaje. Si queremos alguna certeza en nuestro futuro laboral debemos adaptar nuestros perfiles, nuestros skills. La experiencia actual es vital para la nueva digitalización, nuestro futuro laboral va a ser de co-creación, de combinar la experiencia y conocimiento que tenemos con las nuevas oportunidades que nos da la tecnología. Y los primeros en hacerlo serán los primeros en copar los mejores puestos, en no tener ante sí un vacío laboral al que verse abocados.

Estamos en el inicio del cambio. Debemos adaptarnos a él y lo mejor es formarse y dejarse guiar por los que ya tienen algunos años de experiencia en esto. Quizás el próximo otoño, con la vuelta a la normalidad, sea el mejor momento para dar ese paso... ¿Y por qué no?

** Rafa Navarro es editor de D+I y CEO de Inndux Digital Group.