Parece que ni la desastrosa gestión de la COVID-19 ha apartado a Donald Trump de una de sus particulares obsesiones: hundir al tejido tecnológico chino y, en concreto, a la joya de la corona asiática, Huawei. Tanto es así que, el pasado 15 de mayo, el gobierno norteamericano ha redoblado la presión sobre la empresa al añadir restricciones adicionales en el acceso a componentes producidos en el extranjero utilizando software y tecnología de Estados Unidos. 

Lo curioso de las guerras, máxime cuando son absurdas como la que nos ocupa (justificada en argumentos inverosímiles sobre ciberseguridad), es que rara vez hay alguien que saque algo en claro de ellas. Por lo pronto, Trump ha fracasado en su meta de que Huawei desaparezca y restablecer de este modo la (inexistente) industria de tecnologías 5G en su territorio. Al mismo tiempo, ha condenado a muchos operadores locales de telecomunicaciones a paralizar o reducir sus despliegues de redes móviles al perder el acceso a la tecnología económica de este fabricante.

Y, por su parte, Huawei ha reconocido un impacto de 12.000 millones de dólares en sus ingresos de 2019 por culpa de esta batalla. Y lo que es más preocupante: ni tan siquiera se atreve a pronosticar resultados para el presente curso ante tamaña incertidumbre.

Una contienda que tampoco beneficia en nada a la innovación en su máxima expresión. Huawei, que ha sido clave en el desarrollo del 5G sin ir más lejos, ha incrementado su gasto en I+D un 30% durante 2019. Pero no lo ha hecho para seguir en la vanguardia de la técnica, sino para suplir las trabas impuestas por EEUU. De hecho, Guo Ping, CEO rotatorio de la multinacional, ha reconocido que sus ingenieros han tenido que reescribir más de 60 millones de líneas de código por culpa de las limitaciones estadounidenses. Ping también ha admitido que su prioridad ha sido "arreglar los agujeros" que Trump les ha ido haciendo en su línea de flotación. 

"Si el gobierno de EEUU persiste en atacar a Huawei, ¿qué traerá eso al mundo?" , se preguntaba el mandamás chino en un encuentro con analistas.  Gran cuestión, porque ahora mismo lo que parece es que Huawei no hace otra cosa que dar vueltas en círculo, esforzándose sobremanera para seguir en el mismo punto.