El actual escenario de pandemia mundial a causa del Covid-19 está poniendo de manifiesto dos de los factores claves, no solo para su solución a corto plazo, sino también del futuro paradigma económico y formativo resultado de esta crisis global: el talento y la tecnología.

La tecnología está resultando un factor decisivo en las mejores prácticas a nivel mundial para contener la propagación del virus. Es el caso de China. Con una de las redes más potentes a nivel mundial de 5G, este país está utilizando robots móviles de patrulla que ayudan a la policía para controlar el uso de mascarillas y la temperatura corporal en lugares públicos. Estos robots están equipados con cámaras de alta resolución y termómetros infrarrojos que son capaces de escanear simultáneamente la temperatura de 10 personas en un radio de cinco metros.

En el caso de detectar una alta temperatura o la ausencia del uso de mascarillas, los robots envían una alerta a las autoridades. Asimismo, todos estos millones de datos se transmiten a un centro de control que permite conocer la situación en tiempo real y tomar decisiones. Son vehículos de guiado automático que ya son comunes en los aeropuertos y centros comerciales de las grandes ciudades.

Otro ejemplo son los robots móviles que están siendo utilizados en China y otros países para esterilizar el transporte público y los espacios de hospitales afectados por el coronavirus. De manera fácil y autónoma, estos robots pueden realizar tratamientos rápidos y eficaces de desinfección sin que las personas puedan verse contagiadas en espacios como urgencias, quirófanos, consultorios, etc.

Todos estos ejemplos son posibles gracias a los servicios de computación en la nube o cloud (los mismos que nos están permitiendo teletrabajar sin depender de las infraestructuras en nuestros lugares físicos de trabajo) y las tecnologías de big data junto a sistemas de detección ambiental y machine learning que permiten tanto el movimiento autónomo y la interacción del comportamiento del robot con su medio.

Estas tecnologías habilitadoras de la conocida habitualmente como cuarta revolución industrial o industria 4.0 son las que de manera más eficaz nos ayudarán a superar esta crisis sanitaria, junto al talento de las personas que las han creado y el talento y profesionalidad de nuestros servicios médicos, científicos y de investigación.

Vemos cada día con más claridad conforme avanza la pandemia que son aquellos países que más han apostado e invertido en los últimos años en tecnología, I+D+i y desarrollo del talento los que no solo mejor están afrontando esta crisis (China, Corea del Sur, Singapur, Taiwan y Japón), sino los que también antes y más fortalecidos saldrán de esta crisis.

Sabemos que los perfiles profesionales más demandados en el campo de la industria 4.0 y la transformación digital están asociados a los ámbitos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Perfiles como analistas de datos, especialistas en inteligencia artificial y machine learning o expertos en big data. Pero también que estos perfiles se combinan e hibridan con competencias como la innovación, el pensamiento analítico, el aprendizaje a lo largo de la vida, la creatividad, la inteligencia emocional, la originalidad, la iniciativa o el pensamiento crítico. Justamente, muchas de aquellas competencias y el talento que no puede desempeñar un robot o la inteligencia artificial: crear y sentir las emociones del otro.

Estos perfiles y estas competencias, la tecnología y el talento, son, por tanto, las dos palancas que debemos abrazar en clave de oportunidad para superar esta crisis y visualizar la economía y la formación en un mundo postcovid-19.

Frente al miedo que algunos discursos destilan frente a la automatización y la robotización del empleo, el futuro del trabajo en la era postcoronavirus estará todavía más marcado por el talento y la tecnología –mucho más que si esta pandemia no se hubiese producido.

Por tanto, una vez pasada esta crisis tendremos y tenemos ya que enfocar la importancia de la formación y la educación en las áreas STEM. Serán millones los españoles que a la vuelta de cinco o seis meses se encontrarán sin trabajo y en la necesidad de actualizar sus competencias profesionales para encontrar un nuevo empleo. Seamos audaces y preparemos los planes de formación ahora dependientes de educación para fortalecer nuestra formación en los perfiles y competencias arriba mencionados.

Mostremos a nuestros jóvenes los ejemplos de los países que mejor lo están haciendo en esta crisis para que sean conscientes de la importancia del talento y la tecnología y, si así lo desean, se decanten por su formación en áreas STEM.

Estimulemos una economía y un tejido empresarial donde los sectores de la robótica, el IoT, el big data, la inteligencia artificial y la ciberseguridad sean claves. El escenario al que deberemos enfrentarnos a la vuelta del coronavirus está lleno de aprendizajes en clave de oportunidad. Seamos conscientes que esta crisis no ha hecho sino acelerar el calibre y la importancia de los dos factores claves de la cuarta revolución industrial: el talento y la tecnología.  

Roberto Ranz, director de ASTI Talent & Tech Foundation