Hablamos tanto de innovación que corremos el riesgo de que el termino pierda valor. No paramos de hablar sobre la necesidad de innovar para ser competitivos. La innovación cambia el mundo, la innovación nos hace avanzar, la innovación nos saca de la cueva…

Ser capaz de plantear ideas, aun siendo un avance, no hace que se logre nada. Lo que nos ha hecho progresar, lo que ha hecho que viajemos al espacio, hayamos desarrollado internet, los smartphones, etc. ha sido la capacidad de ejecutar. El convertir las ideas en realidad.

Siempre se ha dicho que hay dos tipos de personas, las que piensan y las que hacen. Las empresas, necesitan a las dos. Según un reciente estudio llevado a cabo por VMware y Cass Business School, la mayoría de las empresas han desarrollado los mecanismos para facilitar la creatividad en las organizaciones, pero luego falta la gente adecuada, los procesos y la tecnología para materializar esa creatividad en resultados tangibles, esto es lo que se llama la “brecha entre innovación y ejecución”.

Esa brecha es más dañina de lo que parece en un principio; ya que se tiende a pensar que facilitando la creatividad ya se ha hecho todo el trabajo, hemos cumplido, podemos decir que la Empresa apuesta por la innovación… pero nos hemos quedado en la parte “académica” por llamarlo de alguna manera, falta la ejecución, hemos caído en la autocomplacencia y el marketing barato.

Esa es la brecha que diferencia a las empresas exitosas y sostenibles de las que no lo son.

Pero ¿qué se puede hacer para acortar esta brecha? Una de las mejores aproximaciones para “materializar” la innovación es analizar las sinergias interdepartamentales e interpersonales, romper silos y abrirse a un ámbito más allá de la propia empresa, facilitar la compartición de iniciativas y buscar los puntos de ejecución común.

Si hay una industria que ha aprendido esto es la industria de la Tecnología de la Información (TI). Ha aprendido a reconocer que en el proceso de innovación ejecutable existe una cadena de valor extramuros y que Competir, tal y como se ha entendido siempre, sólo fragmenta y ralentiza el resultado en detrimento de los consumidores, los clientes y los ciudadanos. Es hora de Coopetir, de poner por encima de las Empresas un bien común mucho mayor.

Un buen ejemplo de las iniciativas para desarrollar esa “Coopetición Extramuros” ha sido la pasada edición en Barcelona del VMworld. Un foro en el que VMware convoca a más de 14.000 asistentes que tienen oportunidad de ver como se colabora con más de 100 compañías de la industria TI , tales  AWS, HPE, IBM, Microsoft , Fujitsu o DELL desarrollando soluciones conjuntas que van más allá del ámbito de cada empresa .

Quiero destacar que muchas de esas empresas compiten entre sí, no obstante, colaboran en la materialización de la innovación digital y el clima que se respira entre todos los asistentes es como el clima de una sola empresa con un objetivo común …acortar la brecha de transformación digital.

No hay llaneros solitarios; el sentimiento de comunidad prevalece, la empresa pasa a la dimensión de ecosistema empresarial… y se pasa a la ejecución.

A veces me pregunto si los partidos políticos podrían contagiarse del espíritu del VMworld.

María José Talavera, directora general de VMware Iberia