Lo hemos visto en todas las series de médicos, incluida en la de mi favorito, el doctor más borde de todo el panorama televisivo. El paciente siempre miente, decía el doctor House, por eso hay que investigar en su día a día, en las cosas que no cuenta, para encontrar las razones que le han hecho enfermar. Porque el diagnóstico es prioritario, fundamental, decisivo, es cuestión de vida o muerte. Pero no termina ahí la historia.

Cuando sabes cuál es el diagnóstico, y si hay que operar algo complicado; un tumor enraizado abordar un nuevo acceso; el paciente y el médico se enfrentan a lo inesperado.

Pero en una camilla, cuando la anestesia ya ha hecho efecto, no se permiten los errores, ya no hay marcha atrás, cualquier cosa puede salir mal, así que hay que prepararse una y otra vez antes, porque las segundas oportunidades aquí no existen.

En el fondo, lo que se necesitan son operaciones a medida, lo que se hace cada día en miles de hospitales es ese tipo de intervenciones, porque cada cuerpo es un mundo donde cambian las formas, se alteran los niveles y hay complicaciones… 

Y como hemos visto en las películas, o tal vez en la vida real, los cirujanos se entrenan antes de hacer ciertas operaciones. Algunos usan dispositivos de plástico que imitan a la perfección ciertas partes del cuerpo humano, otros prefieren los simuladores virtuales, que además te dicen cómo lo estás haciendo.

Los últimos se enfrentan a un problema, y es que un videojuego no te entrena para un partido real, Nadal hace mil rutinas en gimnasio, pero también se entrena en pista, aunque cambie el oponente.

Así nació Surgitrainer, una herramienta de simulación realista para que los médicos que lo necesiten puedan entrenar sus habilidades quirúrgicas y entrar al quirófano con los deberes hechos. Este método es una mezcla de los dispositivos plásticos y de los simuladores. 

Está claro que la perfección se puede conseguir, pero para ello hay que repetirlo una y otra vez. Así, lo que empezó en el mundo de la ginecología, se fue extendiendo, y ahora esta empresa española puede preparar a los cirujanos para reparar espinas bífidas o para realizar intervenciones mínimamente invasivas en cirugía fetal.

Si cada paciente es un universo distinto, hay que investigar y tratarlos de forma diferente. Si la práctica ayuda a mejorar, aprendamos, practiquemos e innovemos. El mundo necesita preparación, porque los preparados, si tienen oportunidades, siempre triunfan.