Horas y horas en plena oscuridad, vigilantes, sin querer parpadear para no perder un dato, una cifra, una señal que indique por donde viene el peligro. Si lo que haces es lo correcto no te daría miedo trabajar con luces y taquígrafos. Si lo que haces no es ilegal, no tendrías que dar saltos y más saltos para intentar borrar tus pasos y que no te localicen.

Los ataques no paran. En la vida real pueden ser directos, sutiles o pasar desapercibidos. En el mundo cibernético, que no deja de ser vida real, pasa exactamente lo mismo. Los malos, que cada vez saben más y son mejores, consiguen pasar desapercibidos. Muchos han vivido el susto de saber que les han robado datos de redes sociales, de bancos, las contraseñas etc. Y de repente te da la sensación de que tu vida queda al descubierto, de que tus datos más sagrados están en manos de personas que los utilizarán para robarte. 

Según la información que tiene la empresa Blueliv, el 70% de los ataques no llega a detectarse y las empresas tardan de media dos meses y medio en descubrir que han sido atacadas. Para ahondar aún más en el peligro, esta empresa catalana señala además que muchas tardan más de dos meses en conseguir contener el ataque. En fin, que se van los días, las semanas y los meses antes de volver a tener bajo control todo; demasiado tiempo, para entonces los malos ya han hecho su papel, han vendido lo robado o nos han robado directamente.

Blueliv es una empresa de guerreros informáticos que buscan, identifican y señalan a estos ladrones cibernéticos que, protegidos por el anonimato, se sientan frente a una pantalla de datos con el único objetivo de robar lo que no es suyo. Su negocio consiste especialmente en prevenir esos ataques para que no lleguen a penetrar en el sistema. Monitorizan el ecosistema y detectan al intruso antes de que llegue a entrar y cause daño en la empresa.

Pero los buenos y los malos juegan en la misma cancha. En el fondo es como un partido de fútbol de dos equipos rivales que se conocen bien, ambos hacen un "buen trabajo", y sólo el seguimiento y el trabajo constante puede convertirte en vencedor. En este mundo globalizado los malos no descansan; se lanzan ataques cada segundo las 24 horas del día desde los lugares más remotos con las intenciones más oscuras. Si no quieres que algo se sepa, no lo hagas, porque hay gente deseando penetrar en tu sistema y robarte ese oscuro secreto para hacerlo público. En internet la justicia no existe, ya lo demuestran los trolls, y el valor de la información secreta sube como la espuma.