En el siglo XVIII Suecia contaba con la revista Den Goteborg Spionen sobre novedades tecnológicas. La norma 166.006:2018 define la vigilancia tecnológica como un proceso organizado, selectivo y permanente de captar información del exterior y de la propia organización sobre ciencia y tecnología, seleccionarla, analizarla, difundirla y comunicarla para convertirla en conocimiento que permita tomar decisiones con menor riesgo y anticiparse a los cambios.

La vigilancia tecnológica incluye métodos como Delphi, análisis de escenarios, cartas salvajes o paneles de expertos y ciudadanos.

Además, este proceso también incluye herramientas como las alertas, buscadores y bases de datos especializados, marketplaces, software especializado y analíticas abiertas.

El Millennium Project realizó un estudio con paneles de expertos de todo el mundo para evaluar las inquietudes e identificar las acciones que podrían ayudar a pensar estrategias a largo plazo para abordar la interacción del trabajo y la tecnología para el año 2050.

El estudio analiza el impacto de tecnologías como inteligencia artificial, robótica avanzada, impresión 3D / 4D, biología sintética, drones, nanotecnología, ciencia computacional, blockchain, computación en la nube, ciencia cognitiva, inteligencia humana aumentada, computación cuántica, tecnología-consciente y futuras sinergias entre éstas.

En el estudio se proponían tres escenarios mundiales:

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  • Escenario 1: Es Complicado: Un Poco de Todo.
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  • Escenario 2: Agitación político-económica. La desesperación futura.
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  • Escenario 3: Si los humanos fueran libres: la economía autorrealizadora.
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