Antonio García Marcos, presidente de Teldat.

Antonio García Marcos, presidente de Teldat.

Tecnológicas

El ‘gran hermano’ de las redes corporativas

La empresa española Teldat suma las comunicaciones satelitales, móviles y fijas para crear la red de banda ancha de una empresa desde la nube en cualquier lugar del mundo

27 junio, 2018 07:00

La siguiente generación de las redes corporativas se ha gestado en el Parque Tecnológico de Tres Cantos, dentro del laboratorio de innovación de Teldat. Esta ingeniería ha crecido adecuando los equipos para las redes corporativas a cada sector, y ahora las revoluciona subiéndolas a la nube con SD-WAN (siglas del inglés, redes corporativas definidas por software).

Se trata de un pequeño terminal que permite conectar los puntos de acceso a cualquier tipo de red (móvil, satelital, de fibra óptica o de cobre), y diseñar desde la nube una red de banda ancha corporativa a medida de cada empresa, aunque sus instalaciones estén en medio de un desierto. Ni una quincena de empresas tiene una solución similar en el mundo, Grupo Teldat es la única de capital europeo, y nos abre los laboratorios para contárnoslo.

"Es revolucionario, la inteligencia de la nube diseña la red, y decide la capacidad requerida para comunicar los equipos informáticos de las instalaciones de la empresa. En un país sin fibra óptica y sin ADSL en alta velocidad, por ejemplo, puede sumar la capacidad de varias líneas de cobre o añadir líneas móviles, para hacer una red en alta velocidad. O sumar una línea satelital para ampliar la red hasta una sito remoto, y sin redes tradicionales", cuenta Antonio García-Marcos, presidente y fundador de Grupo Teldat.

Hasta ahora, las conexiones privadas de oficinas o tiendas de una empresa, ubicadas en distintas ciudades o países se realizaban instalando equipos físicos sobre redes dedicadas o IP. La inteligencia estaba en los equipos, y los técnicos debían acudir a las oficinas a instalarlos. La solución SD-WAN sube la inteligencia de las redes a la nube y cualquier persona es capaz de conectar las redes de telecomunicaciones al terminal SD-WAN, que se envía por mensajería.

No solo eso. SD-WAN vigila la red desde la nube, alerta de incidentes o señala la necesidad de nuevas capacidades. Es el gran hermano de la comunicación corporativa. "El cliente lleva el control desde un solo punto de todos los equipos a través de la nube. Poco a poco, la nube irá aumentando funcionalidades hasta adaptar los equipos de forma dinámica a nuevas necesidades. Estamos investigando con herramientas de inteligencia artificial para llegar a ello", explica Ignacio Villaseca, CEO de Teldat.

Clientes

La solución de Teldat puede instalarse en toda la red o en algunos de sus tramos para reducir la carga de inversión inicial. Una decena de grandes clientes españoles de Teldat y otros cinco mexicanos (con redes de hasta 500 oficinas) están probando SD-WAN, antes de realizar el despliegue. "Son bancos y organismos de la administración pública, como servicios de salud o escuelas", puntualiza Ignacio Villaseca.

En Alemania adaptarán el equipo a las pymes. Grupo Teldat tiene medio millón de clientes en todo el mundo, y más de 400.000 son pequeñas y medianas empresas alemanas, la práctica totalidad del resto son corporaciones. "Alemania es nuestro primer mercado, hace el 45% de los ingresos. Allí lanzaremos la versión SD-WAN para la pyme y desde Teldat haremos el control de la nube a los clientes más pequeños", añade Ignacio Villaseca. La venta del nuevo equipo cambiará el modelo de negocio de la ingeniería madrileña, que evolucionará desde la venta al cobro por suscripciones anuales del software, como hace Microsoft, por ejemplo.

Teldat crecerá con la explosión del mercado de las redes corporativas definidas por software, aunque quiere mantener la investigación para evolucionar el resto de los equipos de su portfolio. La empresa ha diseñado más de 300 modelos diferentes, con un millón y medio de unidades vendidas.

La firma española es asimismo líder español en equipos para comunicaciones empresariales de voz y de datos. "Trabajamos de forma vertical para especializar los equipos por sectores. Los dos verticales más importantes son para el transporte y para las redes eléctricas", aclara Ignacio Villaseca. Están en las comunicaciones de los trenes de alta velocidad, los bomberos, la policía, autobuses como los de la EMT (la madrileña empresa municipal de transportes) y demás redes de flotas de vehículos.

El segundo gran vertical de Teldat se centra en las smart grids, las redes inteligentes que están poniendo en marcha las empresas eléctricas para leer el contador de la luz a distancia, y para que los consumidores conozcan el detalle horario del consumo. "Vendemos el equipamiento que concentra las lecturas en la infraestructura de los transformadores de las empresas eléctricas", indica Ignacio Villaseca.

Laboratorio

Poco a poco, Teldat irá subiendo la inteligencia de estos equipos a la nube, su configuración y mantenimiento será más sencillo, y lo hará desde su laboratorio de Tres Cantos, el cerebro de la empresa. 90 de los 256 empleados de Teldat son ingenieros dedicados a I+D, que idean, diseñan y realizan las pruebas de los equipos antes de ir a fábrica. Están en los laboratorios de la empresa y suman 159.670 horas de trabajo. Trabajan con potentes ordenadores de diseño y cálculo, y con simuladores de redes de telecomunicaciones para probar los equipos antes de enviarlos a fábrica.

Los laboratorios de Teldat ocupan 1.200 metros cuadrados, 400 están en la sede alemana, en resto en la sede central de España. El centro del laboratorio madrileño es el CPD (centro de proceso de datos), un corazón que da vida a la nube de la empresa, con conexiones a las de Google y Microsoft. Los equipos son fabricados por terceros en plantas españolas, alemanas y chinas.

Un 20% para I+D

Teldat invierte el 20% de sus ingresos en I+D, es un esfuerzo realizado desde el nacimiento de la empresa, hace 30 años, que la ha encumbrado al liderato. Comercializa sus equipos en 44 países. En 2017 facturó 66,7 millones de euros (20% más que en 2016), realizó casi el 45% en Alemania, otro 30% en Iberia y el resto repartido, sobre todo, en Europa y América.