Recuperar material genético de muestras conservadas en resinas fósiles de hace millones de años es uno de los grandes desafíos del mundo de la paleontología. Hasta ahora habían resultado infructuosas todas las iniciativas de la comunidad científica para recuperar el ADN de seres vivos atrapados en copal o ámbar hace miles o millones de años.

Sin embargo, ahora un equipo internacional ha recuperado el ADN de escarabajos atrapados en muestras de resina recogidas de 2013 a 2017 en bosques de Madagascar, En un trabajo con nutrida presencia española y publicado en la revista PLOS ONE, se exploran nuevos límites de la conservación del material genético en muestras resiníferas.

En este sentido, la roca de origen orgánico que mejor conserva los organismos del pasado es el ámbar: "Si observas los restos de organismos dentro de las resinas o el ámbar, puedes ver los cuerpos en tres dimensiones y con todos los caracteres conservados. En especial, la resina conserva muy bien los exoesqueletos de los artrópodos —formados sobre todo por quitina— o las hojas de los árboles productores. Ahora bien, los órganos blandos internos suelen descomponerse cuando el organismo ha quedado atrapado en una resina. Si una molécula tan lábil como el ADN se pudiera conservar en el tiempo, el contenedor que la preservara debería ser el ámbar. Por eso ha habido tanta controversia respecto a intentar extraer material genético de dinosaurio —pensemos en Parque Jurásico— contenido en el ADN preservado en los apéndices chupadores de sangre de algunos mosquitos del Cretáceo", explica Xavier Delclòs, uno de los autores del trabajo.

En este estudio, el equipo ha establecido un protocolo estricto para garantizar la corrección de los resultados y así eliminar posibles errores que han sido motivo de polémica científica respecto a estudios anteriores. Esta metodología ha permitido recuperar el ADN de escarabajos ambrosia —o barrenadores de la madera— atrapados en muestras de resina de Hymenaea verrucosa. Dichas muestras se extrayeron directamente de los árboles en hábitats boscosos malgaches en el marco de diferentes expediciones que tuvieron lugar en 2013 y 2015 para estudiar cómo los árboles resiníferos podían originar yacimientos de ámbar con abundancia de insectos atrapados.

A pesar de la fragilidad del material genético, los expertos pudieron detectar el perteneciente a los escarabajos conservados en la resina —del género mitosoma— mediante la técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Como explica David Peris, uno de los líderes de esta investigación, "la técnica nos permitió mucha plasticidad para hacer comprobaciones cruzadas y constatar que, si detectábamos ADN en nuestros experimentos, era de los escarabajos conservados en la resina".

El estudio abre nuevos horizontes en el estudio de la evolución temporal de la degradación del ADN y del tiempo máximo durante el que una resina puede conservar en su interior el ADN de los organismos del pasado.

Liderado por los expertos David Peris —doctorado en la UB bajo la dirección de Xavier Delclòs— y Kathrin Janssen, ambos de la Universidad de Bonn (Alemania), el estudio también está firmado por Xavier Delclòs, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Tierra y miembro del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la UB, Enrique Peñalver, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), y Mónica M. Solórzano Kraemer, del Instituto de Investigación Senckenberg de Frankfurt (Alemania), entre otros expertos.