La investigadora Rajshree Ghosh Biswas de la Universidad de Toronto.

La investigadora Rajshree Ghosh Biswas de la Universidad de Toronto.

Investigación

Esta resina para la impresión 3D viene del aceite de las freidoras de McDonald's

Este producto sostenible, creado por la Universidad de Toronto, presenta altas propiedades térmicas y estructurales

4 febrero, 2020 13:00

El aceite de fritura usado es un peligro para el medioambiente y para la salud humana. El reciclaje es una fase obligada en su vida. Se puede utilizar para jabones o lubricantes, pero ¿y si se pudiese obtener un producto de valor añadido? Esa idea es la que ha llevado a la Universidad de Toronto a crear en una resina biodegradable con propiedades avanzadas para la impresión 3D a partir del aceite usado, en concreto, en las freidoras de McDonald’s.

Utilizar el aceite sobrante de la cocina tiene un potencial tremendo para la impresión 3D, “ya que es más asequible y los plásticos que se generan a partir de él pueden eliminarse de forma natural”, señala la Universidad de Toronto en comunicado de prensa.

“Los plásticos son un problema porque la naturaleza no ha evolucionado hasta el punto de gestionar los químicos producidos por los humanos”, dice el profesor Andre Simpson, ‘padre’ de la nueva resina. “Como estamos usando un producto natural, la naturaleza lo puede manejar mucho mejor”.

Esta idea vino a la cabeza de Simpson cuando adquirió una impresora 3D hace tres años. Tras darse cuenta de que las moléculas que se utilizaban en las resinas comerciales eran similares a las grasas del aceite frito, se preguntó si se podría crear un químico utilizando estos residuos.

Su primera necesidad fue obtener estos restos de aceite de algún restaurante para usarlos en el laboratorio. Así que contactó con todas las grandes cadenas de comida rápida que operan en Canadá. Solo obtuvo respuesta de una: McDonald’s.

En el laboratorio, Simpson y su equipo utilizó un proceso químico directo sobre cerca de un litro de aceite usado para crear 420 mililitros de resina. Los resultados fueron sorprendentes: la resina se podía utilizar para fabricar una mariposa de plástico que mostraba detalles por debajo de los 100 micrómetros y era estable tanto térmica como estructuralmente. Es decir, no se podía deshacer o fundir.

La mariposa fabricada con impresión 3D a partir de residuos de aceite. Foto: Universidad de Toronto

La mariposa fabricada con impresión 3D a partir de residuos de aceite. Foto: Universidad de Toronto

“Descubrimos que el aceite sobrante de McDonald’s tiene un potencial excelente como resina para la impresión 3D”, dice Simpson en comunicado de prensa.

Además, pueden tratarse con la luz solar, abriendo la posibilidad de disponerlas como un líquido para formar la estructura en el lugar de trabajo.

Otra ventaja añadida es la biodegradabilidad. Los investigadores han descubierto que, tras enterrar un objeto de plástico impreso en 3D con esta resina, perdió un 20% de su peso en dos semanas.

“Si lo entierras, empezará a desintegrarse porque básicamente es grasa”, apunta Simpson. “Es algo que a los microbios les encanta comer y hacen muy bien su trabajo descomponiéndolo”.

El aceite usado supone un problema medioambiental global. Aunque existen algunos usos comerciales de estos residuos, Simpson cree que faltan opciones para reutilizarlos como una ‘commodity’ de alto valor como es una resina para impresión 3D. Además, señala que se eliminarían algunas de las barreras financieras del reciclado de aceite, ya que muchos restaurantes tienen que pagar para deshacerse de él.

Las resinas de alta resolución convencionales cuestan unos 525 dólares por litro porque derivan de recursos fósiles y requieren de un procesado muy largo, dice la Universidad de Toronto. Como las creadas por Simpson pueden ser recicladas, el coste bajaría hasta los 300 dólares.