En 1890 nacía la Sociedad de Aguas Potables y Mejoras de Valencia S.A. El objetivo era modernizar el abastecimiento de agua de la ciudad de Valencia mediante la construcción de balsas, filtros y depósitos a orillas del río Turia.

La forma de vida, la extensión de la urbe y el grado de consumo del agua a finales del siglo XIX eran otros, muy diferentes a los de hoy.

Durante su más de un siglo de vida, esta compañía, nacida con el propósito de gestionar los recursos hídricos, ha evolucionado a la par que lo hacía la sociedad e intentando mantener su ritmo de exigencia.

Ahora, opera bajo el nombre de Global Omnium y supervisa el suministro de agua de más de 400 ciudades, incluidos proyectos internacionales que le han llevado a expandirse en Europa y a estar presente en África, Oriente Medio y Latinoamérica.  

Hace más de una década comenzó su proceso de digitalización. Lo hizo a partir de la extracción y análisis de datos provenientes de sensores instalados en el campo, en un momento en el que el uso de estas técnicas aún era poco común. Este proceso desembocó en el desarrollo de la solución GoAigua.

'Digitalizar' el agua

Esta plataforma, creada por expertos a partir de su experiencia sobre el terreno, se ha perfeccionado y convertido en una propuesta consolidada para la gestión del ciclo integral del agua en tres variables: potable, residual y de riego. Para su comercialización se creó Idrica. Su propósito: ofrecer un software modular capaz de satisfacer las necesidades de cada cliente en el camino hacia su transformación.

“Las empresas todavía no han interiorizado que la digitalización es un proceso imprescindible. Está en los discursos de la industria, pero la realidad es que es complejo hacerla efectiva, pues transforma el corazón del negocio y se suele postergar tomando medidas superficiales”, sostiene Jaime Barba, CEO Global de Idrica, que ahora es una compañía tecnológica independiente y que también ofrece otros servicios como consultoría o mantenimiento. 

Barba apunta a tres factores que cualquier compañía debería contemplar antes de iniciar ese cambio. En primer lugar, “hay que realizar una labor divulgativa que explique esa necesidad de digitalizarse, liderada desde las instituciones y que cuente casos de uso reales que inspire a los equipos que se lo están pensando”.

Además, se debe tener en cuenta que en cualquier industria siempre van a ser imprescindibles las personas y su conocimiento: “Una máquina sabe de optimizar un proceso pero no sabe mezclar tres disciplinas para crear algo nuevo”. Y, por último, argumenta que es imprescindible establecer planes estratégicos de digitalización sectoriales porque “cada industria requiere de una especialización y adaptación a la hora de desarrollar e implementar esa transformación”.

Idrica comercializa su plataforma para la gestión integral del agua en países de todo el mundo.

“En nuestro sector –añade–, la gestión de los recursos hídricos se está convirtiendo en una prioridad a nivel global. La digitalización del ciclo integral del agua es más necesaria que nunca para la optimización eficiente y transparente de los procesos que gestionan ese bien común”. Aunque reconoce que no son pocas las ocasiones en que ese paso no se termina de dar porque requiere de una importante inversión en hardware. 

“Hay que invertir en la implantación de sensores y, todavía más importante, en su posterior mantenimiento para garantizar su sostenibilidad. Este es un reto muy difícil de afrontar por las empresas que prefieren invertir en infraestructuras tradicionales industriales donde el presupuesto y el proyecto son ya conocidos por todas las áreas”, advierte Barba. 

Por eso, ve en los fondos Next Generation EU una oportunidad para el sector del agua, siempre y cuando “se traduzcan en una utilidad real y práctica”. Y concreta: “Se debería priorizar la sensorización de las industrias y sus instalaciones. Ese es el primer paso para que luego las propias organizaciones generen software y casos de uso por encima de esa sensorización”. 

Desde Idrica ven en el despliegue de las redes 5G una oportunidad para acelerar esa trasformación que traerá “una revolución en la gestión del agua”. Su baja latencia y su capacidad para conectar millones de dispositivos en un área reducida, hará posibles nuevas oportunidades de negocio y servicios de valor añadido.

“La operación autónoma de las infraestructuras, la conexión masiva de dispositivos o el uso de datos en tiempo real van a marcar la diferencia durante este año, evidenciando cómo ayudará el 5G a la gestión de infraestructuras del ciclo integral del agua”, enumeró hace unos días Chema Nebot, director de Desarrollo de Negocio de Idrica. “Su versatilidad, junto con los avances en otras áreas como la sensorización, construirá empresas gestoras de agua más inteligentes”. Promoviendo así un uso más adecuado y sostenible de este recurso natural. 

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