Rocío García, responsable del programa Galileo en Thales Alenia Space España y líder de Women in Aerospace Europe (WIA-E) en Madrid.

Rocío García, responsable del programa Galileo en Thales Alenia Space España y líder de Women in Aerospace Europe (WIA-E) en Madrid.

Gran Empresa AEROESPACIAL

García (Thales): "Los fondos europeos situarán al sector espacial a la vanguardia tecnológica y empresarial"

Rocío García lidera el grupo WIA-E en Madrid con el objetivo de dar a conocer las salidas profesionales del sector aeroespacial para las mujeres. 

14 mayo, 2021 02:10

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Rocío García es la responsable en España de las actividades que la compañía Thales Alenia Space lleva a cabo en la Segunda Generación el programa europeo de navegación Galileo. Un desempeño profesional que compagina con su participación en diferentes iniciativas que promueven la visibilidad de la mujer en el sector aeroespacial.

Su último compromiso es liderar el grupo local de Women in Aerospace Europe (WIA-E) en Madrid. El objetivo de esta asociación sin ánimo de lucro es incentivar la participación de las más jóvenes en este ámbito. Con el de Madrid, ya son 16 los equipos de trabajo en diferentes ciudades europeas. A sus actividades contribuyen tanto hombres como mujeres.

García, con más de dos décadas de experiencia, ha sido testigo de la evolución que ha experimentado esta actividad largamente masculinizada. Como en el resto de la sociedad, se empiezan a notar los cambios: “Las mujeres cada vez son más reconocidas y su participación en el sector, aunque a ritmo lento, va en aumento”, afirma en una entrevista con D+I.

“Las empresas se están dando cuenta de que la falta de mujeres supone la pérdida de una fuente de talento importante, de una manera de negociar, organizar, gestionar y liderar diferente y valiosa”, defiende.

Y hace alusión a cómo equipos con una composición equilibrada de hombres y mujeres “aumentan el compromiso, la retención de empleados, la fidelización de clientes y los beneficios de sus proyectos, frente a otros donde la mujer tiene menor participación”. 

El sector aeroespacial busca talento femenino y financiación

Según el ‘Libro Blanco de las mujeres en el ámbito tecnológico’, en Europa solo el 30% de los empleos en este sector está ocupados por féminas. En España, se reduce al 15,6%. Una de las razones es la falta de interés de las niñas por materias de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) en edades tempranas.

En un estudio más reciente, el Índice ClosinGap señala que las mujeres cuentan con mayor educación universitaria que los hombres, pero, en proporción a ellos, optan menos a las carreras técnicas. Por eso, uno de los planes de acción de WIA-E es dar visibilidad a un sector industrial todavía desconocido en nuestro país. 

Queremos poner de relieve el papel trascendental que juegan los satélites en la vida diaria, que las jóvenes perciban este tipo de carreras como una alternativa real sin que se vean condicionadas por prejuicios o estereotipos.

“Queremos poner de relieve el papel trascendental que juegan los satélites en la vida diaria: para geolocalización, navegación y posicionamiento, en la conectividad global, en la predicción del tiempo, en la protección del medioambiente, etc.”, enumera García.

En este sentido, defiende que los fondos europeos abren ahora "una oportunidad para que las empresas espaciales puedan contribuir a la recuperación económica y social, así como a la modernización de la industria española". Durante la entrevista, recalca que "pueden contribuir a fortalecer y extender el tejido industrial, manteniendo al sector espacial a la vanguardia tecnológica y empresarial, además de crear empleo de calidad, lo cual es clave para atraer y retener el talento".

Entre los planes de WIA-E figura la colaboración con colegios e institutos a través de actividades y talleres que promuevan el interés por estudios STEM; y también con las universidades, para dar a conocer las oportunidades de trabajo. “Nuestro objetivo es que las jóvenes perciban este tipo de carreras como una alternativa real e interesante, y que se dediquen a lo que les guste sin que se vean condicionadas por prejuicios o estereotipos”.

Esta profesional sabe bien de lo que habla. Cuenta a D+I que fue su tutora de COU –el equivalente al actual título de bachiller– quien, al comprobar su interés por las matemáticas y la física, le recomendó estudiar ingeniería de telecomunicaciones. Recuerda que “fue entonces cuando me informé sobre el plan de estudios y me atrajo mucho la variedad de posibilidades que ofrecía, como comunicaciones por radio, por cable, electrónica, programación, etc. Así que me decidí por ella y fue todo un acierto”.

Redes profesionales para eliminar sesgos

La asociación también cuenta con la colaboración de 25 miembros corporativos y organizaciones, que son su columna vertebral financiera y un factor clave para sacar adelante este proyecto.

Varias empresas han apoyado la creación del grupo local de Madrid como Airbus, Alter Technology, GMV y Thales Alenia Space; y entidades como el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España (Isdefe) y la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE)

Las organizaciones empiezan a ser conscientes de que fomentar la diversidad les convierte en más innovadoras y, por tanto, más competitivas.

“Queremos potenciar la creación de redes de profesionales, generar espacios de intercambio de experiencias y mentoring para apoyar a las recién tituladas, o a aquellas profesionales que quieren reorientar su carrera”, añade la presidenta del grupo local en Madrid de WIA-E. Porque después de su formación llega el salto al mundo laboral, donde se enfrentan a su segundo reto.

“En el entorno en el que he trabajado, las mujeres hemos sido siempre una minoría, pero, en mi caso particular, eso no ha sido un impedimento para desarrollar mi carrera y abrir camino a otras compañeras en algunas áreas como la gestión de proyectos. Incluso liderar grupos de trabajo integrados sólo por hombres”, dice orgullosa.

En la actualidad, “las organizaciones empiezan a ser conscientes de que fomentar la diversidad les convierte en más innovadoras y, por tanto, más competitivas”, defiende García. La inclusión de planes de conciliación y de igualdad son alicientes que animan a las más jóvenes desarrollar su carrera profesional, pero donde todavía queda un amplio margen de mejora.

“La realidad nos muestra que en los puestos de máxima responsabilidad o dirección la presencia de mujeres ha sido, y sigue siendo, muy escasa”, apunta García. Quien hace referencia al techo de cristal que existe en las empresas y a la brecha salarial, que se estima en un 12,2%, según datos de un estudio de la CEOE y PwC.

Como ejemplo de situaciones que se dan en el entorno laboral, menciona la falsa creencia de que las mujeres no saben “marcar el territorio” en una negociación o la presunción de que la maternidad las hace “desconcentrarse” del trabajo.

“En ocasiones, estos sesgos están muy arraigados y se convierten en estereotipos que condicionan los procesos de selección. Por eso –incide esta ingeniera– es muy importante concienciar sobre su impacto y las consecuencias en las organizaciones para poder combatirlos y fomentar una cultura inclusiva y diversa”.