Ana Maiques, cofundadora y CEO de Neuroelectrics, es la mejor embajadora de su empresa creativa, fundada en la ciudad condal en 2011, con sede en Boston desde 2014. Estudió Economía en la Universidad de Barcelona y se graduó en la University of Wolverhampton de Reino Unido, además de realizar un MBA en la London Metropolitan University.

Su equipo trabaja a partir de tecnología de estimulación cerebral eléctrica, no invasiva (de alta definición) para una neuromodulación personalizada. Lo que pretenden es medir y modificar la función del cerebro para restaurar su salud, minimizando las discapacidades que éste pueda tener y aportando mejor calidad de vida a pacientes con distintas enfermedades, como la depresión, el alzhéimer o la epilepsia.

En el caso de la última (a modo de ejemplo), el área focal que suele estar hiperexcitada. A través de Starstim, dirigido a los sectores médicos y de investigación, Neuroelectrics es capaz de definir un protocolo para inyectar corrientes catodales a una zona concreta del cerebro y reducir el nivel de excitación, evitando que se genere la crisis epiléptica.

“Hicimos un estudio clínico en el Boston Children’s Hospital para el que contamos con, aproximadamente, cien pacientes, con el objetivo de poder reducir los ataques epilépticos en los niños que no respondían a la medicación”, recuerda Maiques, quien comparte unos resultados alentadores que redujeron las crisis de los pequeños, después de diez días de sesiones de 20 minutos.

“Con esas mismas corrientes podemos construir un modelo 3D del cerebro del paciente y decidir cuánta corriente tenemos que inyectar, con qué intensidad, para mejorar las diferentes patologías cerebrales”, cuenta Ana Maiques, que también ostenta el Advanced Management Program, a través de la IESE Business School, y explica que su tecnología es más sencilla de lo que aparenta. Lo que se pretende, sobre todo, es excitar la actividad neuronal para personalizar el tratamiento del paciente, según su patología.

Terapias combinadas de electroestimulación

Junto al Starstim original, Neurolecetrics ha desarrollado Starstim-Home, líder en la industria de neurociencia, el primer dispositivo híbrido, multicanal, preparado para ser utilizado desde casa, que incluye una plataforma diseñada con las mejores prácticas para hacerla más segura y accesible. “También se aplica en campos como el dolor crónico, la depresión y los trastornos adictivos, añade Maiques.

Hasta la fecha, muchos de los tratamientos farmacológicos recetados son genéricos. Starstim es posible a día de hoy porque que existe la necesidad de innovar y desarrollar más procedimientos no invasivos, individuales y avanzar con el diagnóstico de diferentes patologías, a través de la neurociencia. El equipo de Neuroelectrics está formado por diferentes departamentos que incluyen la modelación de cerebro, operaciones clínicas, atención al cliente, ingeniería de software y hardware, normativa y calidad, marketing, etc.

Como recuerda su cofundadora, el proyecto surgió de un momento en el que detectaron en un cruce de oportunidades, cuando la empresa en la que Maiques y su socio, Giulio Ruffini, trabajaban, quebró. “Al decidirnos a emprender, decidimos optar por la neurociencia y centrarnos en el cerebro, que en la actualidad continúa siendo un gran desconocido”, explica Maiques y confiesa que siempre les ha movido la pasión por la ciencia, con la convicción de que hay que utilizarla para tener un impacto social.

“Ahora mismo, nos encontramos realizando un estudio clínico FDA en epilepsia en EEUU, con el objetivo de demostrar que nuestra tecnología puede dar lugar a terapias que no existen y reducir crisis epilépticas en pacientes que no responden a la medicación. También estamos haciendo un estudio enteramente a domicilio para pacientes con depresión”.

Una de sus tesis defiende que la actividad eléctrica del cerebro (llamada Electroencefalograma o EEG) puede contener información y llegar a ser predictiva de diferentes enfermedades neurodegenerativas, como el desarrollo temprano del Parkinson o el Alzheimer.

La investigación y el análisis de datos que este tipo de terapias combinadas pueden aportar, permiten entender con mayor precisión qué tipo de lesiones están ocurriendo en el cerebro y cómo combatirlas. Neuroelectrics traza el paso de señales eléctricas por el mapa cerebral, es decir, recrean el efecto que una corriente tiene en el cerebro, siendo el machine learning (o aprendizaje automatico) un factor decisivo en el proceso, que origina la creación de nuevos algoritmos.

“Cuando juntamos la electroestimulación y el machine learning, damos paso a una terapia innovadora que consigue un efecto neuromodulador a nivel neuronal y una práctica de utilización de algoritmos para parsear datos, aprender de ellos y luego ser capaces de hacer una predicción o sugerencia”, analiza.

Un trillón de conexiones neuronales sobre las que investigar

Partiendo de la premisa de que el cerebro humano constituye la estructura más compleja del cuerpo, es importante saber que la tecnología es capaz de unir 100.000 millones de neuronas con un trillón de conexiones (neuronales) y se comunican entre sí a través de sustancias químicas llamadas neurotransmisores o “palabras químicas”, que envían un mensaje de una neurona a otra.

“Las neuronas controlan absolutamente todo lo que hace un cuerpo humano. Al comprender mejor cómo interactúan las células cerebrales con ellas, podemos encontrar formas de controlar algunos trastornos y mejorar la calidad de vida de las personas”, manifiesta Ana Maiques.

Por otra parte, en noviembre de 2020, Neuroelectrics cerró una ronda de financiación serie A. Su equipo comparte que va a ir destinada a la realización de ensayos clínicos centrados en la epilepsia y depresión en Estados Unidos, para conseguir la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) a sus terapias no invasivas de estimulación cerebral.

“En USA, como en Españãa, hay un talento increíble, pero una de las principales diferencias que detecto es que Boston es un ecosistema más maduro en escalabilidad de las empresas y con muchos más recursos financieros disponibles para startups”, reivindica Ana.

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