"Sin el exit no hay nada". Puede sonar categórico, pero esta afirmación evidencia una realidad del sector del emprendimiento español sobre la que no siempre reparamos lo suficiente. Y en D+I entonamos el mea culpa desde la parte que nos toca como medio de comunicación.

Las luces y los focos se fijan, no en pocas ocasiones, sobre el nacimiento y primeras etapas de crecimiento de las startups, donde rondas de financiación presemilla y semilla, primero; y series A, B y C en la fase growth, después, captan toda la atención del ecosistema y relegan a un espacio mucho menos luminoso lo que ocurre al otro lado del ciclo vital de estas compañías.

Inversores y fundadores bien saben que sin un buen exit, el proceso vital de toda startup no habrá alcanzado realmente su objetivo, de ahí la importancia de contar desde el principio con una estrategia de exit y, a poder ser, con unas correctas prácticas de buen gobierno para que todas las partes obtengan el máximo beneficio de la operación.

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Durante el exit, la startup puede optar por la venta, salir a Bolsa o, en un escenario menos idílico y desgraciadamente más presente en nuestros tiempos desde que el 'invierno inversor' llegó hace casi dos años, en el cierre de la compañía -más forzado que planificado en este caso-.

D+I conversa con inversores destacados del sector del emprendimiento español para radiografiar cómo ha afectado el endurecimiento de los requisitos del capital desde 2021 a los exits y qué escenario es previsible contemplar a partir de 2024 y a más largo plazo.

Porque cuando se habla del ciclo final de una startup es obligatorio ampliar el foco y mirar a más largo plazo, algo que, a tenor de los testimonios recabados por D+I, puede ser muy beneficioso para la eclosión de un nuevo ecosistema emprendedor mucho más dinámico y fortalecido en los próximos años en España.

"Sin el exit no hay nada, es el final del camino y lo que hace que el capital se vuelva a reinvertir en el ecosistema, que haya emprendedores que ya han triunfado una vez y los fondos puedan dar buenos números a los inversores y puedan levantar otros fondos. Es parte de esa espiral positiva que tenemos que seguir potenciando".

Iñigo Lauricica, Investment Manager en Samaipata.

Habla Íñigo Lauricica, Investment Manager de Samaipata, responsable de proferir la frase con la que arrancábamos y que, sin titubeos, suscriben los demás miembros del ecosistema inversor que colaboran en este artículo.

Pero, antes de entrar en las reflexiones e interpretaciones del escenario actual, las cifras.

Los últimos datos oficiales de 2022 de la patronal SpainCap revelaban que el volumen de desinversión en España registró una cifra estimada -a precio de coste- de 1.711,6 millones de euros en 307 deals, lo que supone un retroceso del 36% en volumen respecto a 2021 - cuando hubo 2.668 millones en 361 desinversiones-.

Desde la asociación lo achacaron entonces al panorama económico mundial y, sin lugar a dudas, la espiral inflacionista de los últimos años y la concatenación de acontecimientos bélicos en el mundo -guerra de Ucrania, guerra de Israel y Palestina, etc- lleva visos de prolongar esta situación de incertidumbre, al menos, durante la primera parte del año que viene, según confirman estos expertos.

Las desinversiones alcanzaron los 980 millones en el primer semestre de 2023, un 22% menos que un año antes

Entre los informes que señalan los datos oficiales más recientes de 2023, el elaborado por la Fundación Innovación Bankinter apunta en la misma línea. Entre enero y junio de este año también disminuyó el volumen de exits por precio pagado, al igual que el número de operaciones, con 980 millones, un 22% menos que en el mismo periodo de 2022 y 31 operaciones recogidas, un 40% menos que un año antes.

"Este escenario nos indica que no es un buen momento para los exits. Estamos en fase de resistencia o, si llegan a producirse, en muchos casos son exits forzados, no deseados, porque las rentabilidades que se van a obtener en este momento no son las que fundadores e inversores querrían. Hasta que no se despeje la incertidumbre, no volverán los exits".

Diego Camilleri, General Partner en LANAI Partners.

Es el pronóstico que hace para D+I Diego Camilleri, General Partner de LANAI Partners, quien matiza que en los próximos meses habrá más exits impuestos o forzados.

"Las startups que no tenían que quemar caja para continuar, pueden tener en esta coyuntura incluso una oportunidad para repensar; pero otras no podrán. Y lo vamos a ver, el cierre de una compañía es un exit posible que, desgraciadamente, van a continuar en los próximos meses".

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Por su parte, Victoria Majadas, presidenta de BIGBAN Inversores Privados, asegura que es un momento para hacer divulgación entre los protagonistas del ecosistema para fomentar prácticas de buen gobierno en las startups y dar un salto cualitativo que revierte en beneficio de todas las partes.

"Lo ideal para que el ecosistema avance es que la rueda gire, que hay inversiones y desinversiones. Y en relación con esto, estoy muy encima de promover el buen gobierno en las startups: primero, para funcionar mejor; y segundo porque dentro de esa buena gobernanza está contemplado que el fundador sea consecuente que sus inversores iniciales, aquellos que llevan con él más tiempo, deberían de tener opciones de salir de la compañía".

Victoria Majadas, business angels y presidenta de la asociación BIG BAN Inversores Privados.

Llegados a este punto, con un escenario macro que no invita a un cambio de tendencia a corto plazo y con un sector del emprendimiento en España donde no han abundado hasta la fecha ni los grandes exits y las continuas salidas a Bolsa... ¿qué podemos esperar en el futuro, en cinco o siete años?

Es aquí donde todos los inversores consultados coinciden en el diagnóstico más que nunca y disipan todos los nubarrones que hasta ahora acompañaban a esta fase del ciclo vital de las startups en España.

Los responsables de esta visión optimista a largo plazo hay que buscarlos en el seno del mismo ecosistema en forma de talento, madurez empresarial, fundadores de éxito de segunda generación, mayor interés de los fondos internacionales por las startups españolas y, cómo no, el revulsivo que ha representado la Ley de Startups y la Ley Crea y Crece en el último año.

Estos textos normativos, aún con las mejoras y actualizaciones continuas que deberán abordar en el futuro, han consolidado un entorno legal que favorecerá en los próximos años la llegada de talento y capital a nuestro país y, como consecuencia, el fortalecimiento del conjunto del ecosistema.

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Juan Orbea, analista de Swaalab, es partidario hacer de la necesidad virtud, aceptando que la situación macro permanecerá todavía en el tiempo y poniendo el foco en aquello que sí controla el ecosistema y que se está cocinando a fuego lento para eclosionar dentro de unos años.

"Ya hay en España un capital humano que tiene experiencia montando compañías tecnológicas, innovadoras en diferentes sectores; hay emprendedores que ya van por su tercera startup exitosa, y que en ocasiones incluso se convierten en business angels y financian a gente que ha trabajado con ellos para que empiecen otros proyectos... es un ciclo virtuoso", describe Orbea.

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"La curva de aprendizaje en España está siendo rápida y en cinco o diez años el ecosistema español va a estar con exits cada mes y con nuevas compañías creadas cada semana. La tendencia general es de crecimiento, aunque ahora estemos en un entorno de incertidumbre. El ecosistema no se para, avanza, con las cartas que tiene para jugar, pero continúa adelante", insiste el representante de Swaalab.

El mayor interés de los fondos internacionales por nuestro ecosistema es la prueba del nuevo estadio de mayor madurez de las startups. "Cada vez hay más fondos internacionales invirtiendo en España, y haciéndolo en las fases tempranas pero, también cada vez más, en las posteriores. Ese es el gap que tenemos en España porque aún no tenemos fondos que inviertan 100 millones en una startup".

Juan Orbea, analista de Swanlaab.

Esa realidad está cambiando y así lo justifican las cifras: durante el primer semestre de 2023 se mantuvo el apetito inversor de los fondos internacionales por España que contribuyeron con el 75% del volumen invertido de enero a junio, según datos de la patronal SpainCap.

Los frutos tangibles de esta situación todavía tardarán en llegar, pero lo más importante es que el ecosistema emprendedor español sabe cómo avanzar sin quedar inmerso en una parálisis por la situación macroeconómica para dar el salto definitivo cuando la situación así lo permita. 

Puede que los exits no sean por su volumen y número de operaciones el elemento definitorio del ecosistema emprendedor español. Pero sí lo es la resiliencia. Y el aprendizaje rápido. Lejos del foco mediático que acaparan otras operaciones financieras más vinculadas a los primeros pasos de una startup, se cocina a fuego lento toda la estructura que en unos años dará paso a un nuevo escenario de prosperidad. Sin prisa pero sin pausa. No lo olvidemos.