Uno de cada tres ictus está causado por una fibrilación auricular, por lo que una forma de prevenirlos es detectar este tipo de arritmias a tiempo. Esta lucha contra el ictus es lo que motivó hace siete años el proyecto de una startup valenciana, Rithmi, y su CEO, Óscar Lozano, que tras crear un blog de divulgación sobre esta enfermedad y una app de salud, se ha lanzado al desarrollo de un wearable, una pulsera, que monitoriza tu corazón para descubrir y alerta de cualquier anomalía.

La aventura de estos jóvenes se remonta a 2011, cuando se presentaron al concurso de un laboratorio alemán que buscaba proyectos 2.0 de prevención de ictus. La idea de estos valencianos se llevó el primer premio. Desde entonces ha llovido mucho, pero, por fin, pudieron empezar a trabajar en la idea que siempre había tenido el padre de Óscar Lozano, médico especialista en estudios cardiovasculares: desarrollar un dispositivo para detectar una fibrilación auricular, es decir la arritmia que causa uno de cada tres ictus.

Así, sus ingenieros han desarrollado un software y unos algoritmos propios para que esta pulsera, a través de una tecnología llamada fotopletismografía, monitorice las 24 horas al paciente. En el caso de que detecte una fibrilación, avisa al paciente para que pueda realizarse un electrocardiograma con la propia pulsera.

“Utilizamos esta doble tecnología porque el electrocardiograma es una señal que puede interpretar y diagnosticar el médico, que tiene la última palabra, pero, además, se añade la información que aporta la fotopletismografía”, un sensor que mide la intensidad de luz reflejada por la superficie de la piel y de los hematíes que están debajo para determinar el volumen de sangre del área en cada momento. “Con estos datos obtenemos una onda de pulsos del corazón para determinar cuándo se produce cada latido del corazón”.

La pulsera envía los resultados al propio paciente en una app, que almacena todos los datos. Incluso, puede compartir los resultados con otro usuario, como su médico, o ser establecer que sea el propio médico el que reciba también alertas si se detectan anomalías en las pruebas. “Con el doble check tecnológico se consigue una fiabilidad mucho más alta para evitar los falsos positivos”.

Este papel de los médicos es fundamental para los fundadores de Rithmi, porque además de la venta online de la pulsera, la clave será que los propios cardiólogos “prescriban o recomiende Rithmi y que, incluso, el paciente pueda acudir a cualquier farmacia a comprarla”. Este es el objetivo de su estrategia de venta y marketing, pero Lozano reconoce que están empezando ahora a hablar con el sector farmacéutico para ver cómo abordarlo.

Según sus planes de negocio, el próximo verano (entre junio y septiembre) podrán lanzar este wearable al mercado. Ahora están inmersos en cerrar el prototipo con las nuevas funcionalidades que les ha recomendado sus advisors especializados en cardiología y, además, están en pleno proceso de certificaciones para la fabricación del dispositivo. Para ello, están en negociación con un par de partners, especializados en productos médicos, para poder llevar a cabo la producción de las pulseras a una mayor escala.

Equipo actual de la startup valenciana.

En Rithmi en estos momentos hay trabajando, junto al propio Lozano, dos ingenieros biomédicos, dos ingenerios informáticos, así como un equipo de advisors y socios, entre los que se encuentra el padre del propio Lozano y un cardiálogo especializado en arritmias. Si la ronda de financiación en la que están inmersos ahora sale bien, la startup podrá ampliar el número de recursos con otros dos ingenieros y con dos personas especializadas en marketing y comercial.

El papel de Apple

Desde hace unos meses esta labor de divulgación resulta más fácil, porque Apple anunció que su próximo reloj digital incorporará la posibilidad de hacer electrocardiogramas. “Que un gigante como Apple diga que esto se puede hacer es como si te validaran la idea de la noche a la mañana. Ahora todos ya se creen que es posible hacer todos esto con una pulsera, desde los médicos hasta los pacientes, pasando por los inversores”. “Lo mejor es que un grande evangelice el mercado y tú ser el segundo, pero intentar ser mejor”.