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Las claves

Son muchos los ejemplo de cómo Latinoamérica no quiere quedarse atrás en inteligencia artificial. Así junto al desarrollo de su propio LLM, Latam GPT, ahora son México y Chile los que, como naciones, deciden unir esfuerzos en pro de una inteligencia artificial responsable.

Así, el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile (MinCiencia) y la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnologías e Innovación de México (Secihti) han firmado una carta de intención orientada a potenciar la cooperación bilateral en dicha tecnología. Una colaboración que busca promover la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la formación de personal altamente especializado, con el objetivo de reforzar los ecosistemas de innovación en ambos países. 

Propósitos que se materializarán a través de nuevas vías de trabajo conjunto entre instituciones académicas y centros de investigación para intercambiar conocimiento, experiencias y buenas prácticas.

Esta alianza se enmarca en un propósito común de todos los países de Latinoamérica: la soberanía tecnológica. Así lo afirmaba la secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación de México, Rosaura Ruiz Gutiérrez, al explicar que “desde la Secihti se busca construir con América Latina y el Caribe una región soberana en conocimiento, innovación y tecnología, capaz de enfrentar, desde la cooperación, los desafíos globales y promover el bienestar social y ambiental”.

En ese sentido, recordó que México avanza en la construcción de Coatlicue, la supercomputadora pública más potente de América Latina, la cual estará conectada a redes internacionales como la RedCLARA, fortaleciendo la soberanía tecnológica en la región latinoamericana: “Esta alianza estratégica tiene la visión de construir una comunidad científica latinoamericana interconectada que comparta infraestructura, talento y resultados”, afirmaba.

“Al explorar proyectos conjuntos, compartir metodologías y articular programas de formación y transferencia, Chile y México se consolidan como socios estratégicos en la construcción de un ecosistema regional de IA”, destacaba por su parte el ministro chileno, Aldo Valle.

Como el mismo apuntaba el acuerdo llega en un momento clave “pues la inteligencia artificial ha adquirido un rol central en el mundo y en la región, generando impactos tecnológicos, sociales y ambientales que exigen avanzar con responsabilidad, protegiendo los derechos fundamentales, promoviendo el desarrollo sostenible y asegurando que la tecnología esté al servicio del bienestar de la sociedad”.