Juan Daniel Vélez (Colima, México, 1995) creó su startup casi por inercia, pero sobre todo por necesidad. Sus padres tenían academias de informática y tanto él como su hermano acudían a las clases donde aprendieron a programar desde niños. A su hermano sí le despertó la pasión por los ordenadores; él se decantó por Negocios Internacionales, quizá con la intención de forzarse a ser más social, más comunicativo.

Su adolescencia la recuerda como un dolor en muchos sentidos: “Estuve sufriendo en silencio. Yo trataba de ser normal, pero no tenía amigos. De los 14 a los 20 años no fui a una sola fiesta, ni a una”, confiesa. Tanto es así, que quiso quitarse la vida. “Por suerte, salió mal”, dice. Y ese fue el punto de inflexión en su trayectoria.

“Sabía lo que podía hacer el bullying, lo sufrí cinco años. Cuando quise ir a un especialista me di cuenta de que el sistema no funciona. Los procesos son deficientes y no es muy accesible”, explica. Tras un primer estudio de mercado calculó en 50 millones los potenciales clientes en América Latina y se decidió a arrancar un proyecto con su hermano como aliado técnico. En 2017 Terapify dio sus primeros pasos y entraron en RetoZapopan, la aceleradora local de Jalisco.

Ayuda urgente y gratuita en el terremoto

Su gran lanzamiento fue como respuesta a una emergencia, el terremoto –o sismo, como suelen decir en México– de 2017 que tuvo especial incidencia en Puebla y Ciudad de México. Sin demora, se puso manos a la obra. Publicó un formulario de Google en el que se dieron de alta psicólogos voluntarios. Sumaron 300 en solo tres horas.

Mientras su hermano programaba la página web, Vélez empezó a conectar por Facebook, y de forma manual, a los psicólogos con aquellas personas que pedían ayuda ante la incertidumbre de no saber el estado en el que se encontraban sus seres queridos. Eran las 2 de la mañana del 20 de septiembre. Siguieron así, ofreciendo ayuda gratuita, hasta casi final de año.

En 2018, a medida que crecían, se dieron cuenta de algunas carencias. Si querían conseguir más clientes necesitaban posicionarse mejor en internet. Invirtieron 99 dólares en un curso de SEO de Platzi y contrataron a varios escritores venezolanos.

Eran profesionales de la psicología y las circunstancias de su país hacían que fueran una opción muy asequible para Terapify. Ambas decisiones fueron un acierto que se tradujo en 544 citas contratadas online durante 2018. En 2019 la cifra superó las 3.500 citas. Tenían cada vez más tráfico. 

En 2018 ganaron la competición de startups Demoday de Platzi. A raíz de ahí, conocieron a los fundadores, Freddy Vega y Christian Van Der Henst, que les orientaron para seguir adelante.

Tuvieron un breve paso por Parallel18, la aceleradora de Puerto Rico, para sumarse a 500 Startups, que invirtió en ellos. La moral de Juan Daniel estaba alta, un año antes ambos programas le habían rechazado: “Estaba acostumbrado al rechazo y no me parecía un factor importante. Me servía para escribirles queriendo saber más y conseguir un feedback que resultaba muy valioso”.

Más de un millón de dólares de inversión 

Cuando llegó la pandemia ya eran rentables. Tuvieron su primer inversor, ArkFund, de México. En septiembre se presentaron para formar parte de la siguiente hornada de Y Combinator. En octubre les confirmaron la entrada al Olimpo de las Startups, que incluye 125.000 dólares en inversión.

En total, han conseguido más de un millón de dólares de inversión en su ronda semilla. Durante los próximos 12 meses llegará la serie A, siempre que consigan crecer 10 veces. Esa es su obsesión, el crecimiento. “Y Combinator te pone metas ambiciosas, te impulsa a crecer. Nos han hecho ver que somos la primera startup de salud mental en español”, remarca.

Sus usuarios están en México, Estados Unidos –donde lo utilizan los latinos de habla hispana– Canadá, Alemania y Colombia. También funciona en Argentina y España, donde quieren avanzar.

Los psicólogos de la plataforma son mexicanos. Todos con al menos cinco años de experiencia clínica verificada. El precio es de 29,99 dólares la sesión de 50 minutos y 39,99 si es terapia de pareja. De media, los usuarios contratan 14 sesiones. “No pensamos tanto en si contratan muchas o pocas sesiones, sino en su salud mental y estabilidad emocional, en que se recuperen. Hice esto pensando en mi propia situación, no como una métrica de recurrencia”, subraya.

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