Dos exdirectivos de Repsol y CaixaBank, Joaquín Uris y Antonio Massanell, se han desvinculado este miércoles ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón de la contratación del comisario José Manuel Villarejo en 2011 para investigar el pacto de sindicación que el expresidente de Sacyr Luis del Rivero había alcanzado con Pemex para tomar el control de la petrolera. 

Ambos exdirectivos han asegurado que no tuvieron relación alguna con esa contratación, que el juez del macroproceso Tándem investiga para determinar si el proyecto Wine, nombre que Villarejo dio al encargo de Repsol y la Caixa, fue delictivo, esto es, si estas compañías contrataron al expolicía sabiendo que en aquel momento estaba en activo y por ello podía acceder a datos privilegiados y si el encargo incluyó la investigación de aspectos personales e íntimos de Del Rivero y personas de su entorno. 

Massanell y Uris son los primeros de una relación de directivos de la Caixa y Repsol que deberán comparecer en la Audiencia Nacional como investigados, incluidos el expresidente de CaixaBank, Isidro Fainé, y el presidente de Repsol, Antonio Brufau.

La citación de Uris y Massanell se ha debido a que los departamentos de seguridad de Repsol y la Caixa estaban encuadrados en las áreas de las que ellos eran responsables. Los directores de seguridad de ambas entidades (Rafael Araujo y Rafael Girona, en el caso de Repsol, y Miguel Ángel Fernández Rancaño, de la Caixa) son los primeros a los que el juez dio la condición de investigados en esta pieza del caso Tándem, la número 21, abierta el 18 de diciembre de 2019.

Auditoría en una cafetería

Massanell, que se jubiló en 2017, ha manifestado que despachaba "ocasionalmente" con Fainé y dependía del entonces consejero delegado, Juan María Nin.

A preguntas de la Fiscalía, ha indicado que en 2019 le llamó la directora de la auditoría interna del banco para preguntarle lo que recordara sobre la contratación de Villarejo. Fue, dijo, una "charla de café" -que, de hecho, se celebró en una cafetería de Barcelona- y en la que Massanell no pudo aportar mucha información porque "no recordaba" unos hechos ocurridos tantos años antes.

Indicó que no recordaba haberle dicho a Fernández Rancaño que tratara con Fainé lo relativo al encargo a Villarejo, pero añadió que si el exdirector de seguridad lo ha manifestado así en su declaración judicial, "será así". 

El pasado 15 de diciembre, Fernández Rancaño declaró al juez que él despachaba directamente con Fainé lo relacionado con la investigación sobre el acuerdo Pemex-Sacyr dado que así se lo indicó Massanell. Éste ha manifestado hoy que "lo que dice Fernández Rancaño tiene toda la lógica del mundo. Él se veía con el presidente y lo lógico era que esto lo tratara con él".

Massanell aseguró que no vio los informes elaborados por Cenyt, la empresa de Villarejo. Lo que sí reconoció fue haber firmado una de las facturas, emitida el 15 de diciembre de 2011 por un importe de 88.500 euros. Explicó que lo hizo porque hubo un fallo en el proceso automático de contabilización de facturas y tuvo que firmar de forma manual, si bien no verificó los servicios prestados.

Añadió que "no era normal" que un contrato fuera verbal salvo que hubiera motivos de urgencia y manifestó que él no conocía ni a Cenyt ni a Villarejo, y supone que sería Fernández Rancaño el que recabaría la información y documentación necesaria sobre el proveedor.

La contratación de la empresa del excomisario no fue decidida por la Caixa, afirmó, sino que vino determinada por Repsol. Por lo que le dijo Fernández Rancaño, sabe que éste fue a visitar al director de seguridad de la petrolera para hablar del encargo a Villarejo y acordaron pagarlo a medias. El juez intervino para subrayar que el investigado hablaba "por referencias", es decir, por lo que le relató el entonces responsable de seguridad.

"Gran inquietud"

También Joaquín Uris, director corporativo de gestión patrimonial de Repsol hasta 2015, manifestó conocer por referencias lo relativo al contrato con Villarejo.

Según dijo al juez, fue Rafael Araujo, entonces director de seguridad de la compañía, el que le informó de que se estaba realizando un trabajo de inteligencia sobre el pacto entre Sacyr y Pemex. "Existía una gran inquietud en Repsol por los efectos que podría tener el acuerdo", subrayó.

En todo caso, Uris aseguró que no intervino ni en el encargo ni en la supervisión de los trabajos y tampoco vio ningún informe.

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