Alicante

Playas desiertas, locales comerciales cerrados y avenidas con apenas unas siluetas. La estampa de ciudades turísticas como Benidorm en los últimos meses ha estado marcada por las restricciones de movilidad, que han llevado a la Comunidad Valenciana a ser la región con la incidencia más baja de España pero también la que más empleo destruye (40.000 puestos en el primer trimestre de 2020).

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció este lunes que el 9 de mayo no recurriría a ningún instrumento para tratar de prorrogar el cierre perimetral de la autonomía, que lleva activo desde el mes de octubre y que depende del estado de alarma.

Sí habrá otras limitaciones aún por concretar, como el toque de queda, aunque para que permanezcan activas tendrá que pronunciarse el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana.

Esta decisión ha sido acogida con entusiasmo por los hoteleros valencianos, quienes tenían dudas de que la región se reabriese sin más debido a la firmeza que ha mostrado Puig hasta ahora para mantener sus restricciones.

Ciudades como Benidorm y sus más de 120 hoteles tienen actualmente abiertos una cuarta parte de los establecimientos. La patronal Hosbec, la mayor de la Comunidad Valenciana, estima que el ritmo de aperturas se acelerará las próximas semanas y la idea es "llegar al 50%" en el mes de junio.

Hotel de Benidorm cerrado, en imagen de archivo.

¿Por qué la prudencia? Por el mercado internacional. Las fuentes consultadas indican que con el mercado nacional no basta para tener un "verano normal", tal como sucedió en 2020, y que para una "recuperación parcial" es fundamental el comportamiento de Reino Unido, que sigue sumido por la incertidumbre en su plan de desescalada.

De hecho, compañías como Jet2 o TUI ya han cancelado todos sus vuelos hacia España hasta finales de junio, por lo que el sector turístico ya da prácticamente ese mes por perdido.

La Comunidad Valenciana ha sido una de las más castigadas por las restricciones de movilidad. Los datos del INE indican que la caída del turismo extranjero ocasionó en 2020 pérdidas de 7.200 millones de euros de gasto turístico. Ese año la región recibió 2,5 millones de turistas de otros países, un 73,3% menos.

En este sentido, los empresarios cuentan con que la puesta en marcha de un pasaporte Covid suponga un balón de oxígeno para la industria, pero no se fían de la burocracia europea ni de sus plazos.

Recuperación en V

Una de las claves que maneja el sector turístico valenciano es que su recuperación será en V en la medida en que las restricciones desaparezcan. Cuando Boris Johnson anunció que permitiría los viajes a partir del 17 de mayo, las reservas desde Reino Unido a la Comunidad Valenciana se multiplicaron por cinco.

Todo eso se desvaneció apenas una semanas después, cuando un asesor del primer ministro aseguró en una entrevista en la BBC que sus compatriotas no podrían viajar en verano. El Gobierno británico ha evitado concretar desde entonces sus planes para retomar los viajes internacionales.

El mercado internacional es el más importante para el sol y playa valenciano, pero no deja de suponer la mitad del total. Donde el fin del cierre perimetral sí supondrá una noticia positiva es en el mercado de segunda residencia, la mayor parte en manos de españoles y, particularmente, madrileños.

Según los datos de 2019 del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la Comunidad Valenciana dispone de 1,2 millones de residencias de uso secundario, la mayor cifra de toda España, por encima incluso de Andalucía.

De hecho, en el último año sin pandemia Alicante lideró la estadística de ventas, con 5.869 viviendas transacciones, seguida de Málaga (5.051) y Valencia (3.781). Los madrileños fueron los compradores en el 41% de las operaciones en la provincia Alicante y en el 52% de las de Valencia.

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