Auditores, financieros y directivos trabajando a toda máquina. Las negociaciones para la fusión entre BBVA y Banco Sabadell empiezan a tomar forma y fuentes consultadas confirman que, aunque el acuerdo aún no está cerrado, ambas entidades convocarán a sus respectivos consejos de administración a mediados de diciembre para aprobar la operación. Según indican, en paralelo se está negociando la fórmula para pagar la operación, con posturas que, de momento, no estarían demasiado alejadas.

El calendario ya estaría establecido para que dentro de un mes los consejos aprueben la fusión e inicien así los trámites para las correspondientes peticiones de autorizaciones y convocatorias de juntas de accionistas, que se celebrarían ya en los primeros compases de 2021. “Las negociaciones no están cerradas, pero todo apunta a que así será pronto”, indican fuentes consultadas.

También lo dejaba entrever ayer el propio Jaume Guardiola, consejero delegado del Sabadell, que pese a no querer entrar en detalles, aseguraba que en las próximas semanas se conocerán novedades del acuerdo.

Sin escollos importantes

Según explican las fuentes consultadas, el proceso de ‘due diligence’ está prácticamente finiquitado, con ambas entidades estudiando ‘las tripas’ de su futuro ‘socio’ sin grandes novedades respecto a lo que ya sabían la una de la otra. “No se esperan grandes escollos que puedan perjudicar el desarrollo de la operación”, añaden, insistiendo en que las dos conocen perfectamente de qué pie cojea cada una y no habrá ‘sustos’ que hagan peligrar la transacción.

Un gestor de fondos nacional con exposición a los dos bancos en cartera indica que "seguramente lo que se esté mirando con más cuidado sea la calidad de los activos y la clasificación de los créditos de Banco Sabadell, en un momento en el que la fuerte exposición a pymes de la entidad preocupa especialmente al mercado, ante la previsión de que muchas de estas empresas no sean capaces de sobrevivir a la crisis, elevando sus ratios de morosidad".

En un reciente informe, anterior al inicio de las conversaciones entre ambos bancos, los analistas de UBS apuntaban directamente al posible repunte de la morosidad derivado de la crisis como riesgo de Sabadell ante una futura operación corporativa, anticipando que una operación con BBVA obligaría al grupo resultante a provisionar 1.000 millones de euros adicionales para mantener a raya la cobertura sobre la cartera de dudosos, aunque es cierto que ambas entidades han elevado esa ratio en los últimos meses de crisis. 

En concreto, la ratio de cobertura de BBVA se sitúa ahora en el 85%, frente a una mora del 3,8%. La misma que ronda Sabadell con una cobertura, eso sí, inferior, del 52,3% sobre el total de activos problemáticos. La cobertura de activos adjudicados alcanza el 35,6% y la cobertura de dudosos llega al 56,5%. Dentro de los dudosos, la ratio de cobertura de 'stage 3' se sitúa en el 40,0%. Pese a ello, la entidad no espera que su pico de morosidad por la crisis supere el 5%.

Preocupa la morosidad de Banco Sabadell por su exposición a pymes.

Un problema común

Los analistas recuerdan que este es un problema que afecta a todo el sector, igual que el de la caída de la rentabilidad. “Son aspectos que ahora se están valorando y que influirán en la ecuación de canje final -de cerrarse así la operación” en la que es evidente que BBVA tiene la sartén por el mango a la hora de negociar”. Otros bancos de inversión estiman que la operación se cerrará en metálico a pagar con el dinero procedente de la venta de su filial en EEUU y evitando emitir acciones para el canje.

En cualquier caso, la operación no podría cerrarse del todo al menos hasta dentro de 6 o 9 meses, si BBVA pretende financiarla con el rédito cosechado con su salida de EEUU. Bajo este escenario, algunos bancos de inversión ya apuntan a que BBVA estaría dispuesto a pagar una prima de entre el 20% y el 30% respecto a la cotización actual de Sabadell, que ayer cerró sobre los 0,447 euros por acción.

Eso sí, el cálculo habría que realizarlo con la cotización previa a los rumores que dispararon al valor, es decir, sobre los precios del pasado viernes cuando el valor cotizaba a 0,33 euros.

Pese al reciente repunte de las últimas semanas, la capitalización de Banco Sabadell apenas supera los 2.500 millones de euros, frente a los 23.270 que ronda la de BBVA. A los precios actuales, el mercado estaría otorgando un peso de apenas el 9% al Sabadell dentro de la entidad fusionada.

¿Por qué un banco 'vulnerable?

Los analistas consultados coinciden en que BBVA tendría capacidad para ser generoso en este sentido y convencer a Sabadell. A la entidad le interesa no perder la operación. Sobre todo porque pese a que Sabadell es considerado desde hace tiempo como el banco más vulnerable del Ibex 35, BBVA mataría dos pájaros de un tiro con su compra.

Primero, consolidar su apuesta por incrementar su negocio en España, dejando a Banco Santander como la tercera entidad del país. Y segundo, porque al aumentar el peso de España y Reino Unido, compensaría el subidón que los países emergentes van a tener en el resultado global del Grupo tras la salida de EEUU. Y también mitigaría la escalada de Turquía, que en los últimos tiempos ha sido fuente de preocupación para la entidad.

“Tras anunciar BBVA la venta de su actividad en EEUU, se queda, desde una perspectiva de conjunto y de forma resumida, con España, Turquía y México y, por tanto, Turquía aumenta inercialmente su peso sobre el conjunto, lo que resulta delicado desde una perspectiva estratégica y de prima de riesgo aplicable”, explican desde el departamento de análisis de Bankinter.

“Teniendo en cuenta las dificultades que enfrentaría para vender Turquía a la vista de la delicada situación de esa economía y del progresivo debilitamiento de la lira, la única forma rápida que tiene BBVA para diluir su peso en el conjunto es aumentar peso en España”, añade.

A cierre del tercer trimestre, Turquía supuso 2.886 millones de euros sobre el margen bruto de BBVA, un 16% sobre el total. EEUU representó un 13%, México un 30%, España un 25%, América del Sur un 14% y el resto de euroasia un 2%.

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