L. Broche
Publicada

Los profesionales del sector sanitario han abogado por la medicina preventiva y digital con el fin de mejorar la calidad de vida y la longevidad. Así lo han destacado durante su intervención en el III Foro Silver Economy organizado por EL ESPAÑOL - Invertia.

Para empezar, la directora de la Unidad de Prevención Personalizada de HM Hospitales, Jessica García, ha señalado que “antes el enfoque estaba más relacionado con hacer chequeos de forma relacionada con la edad cronológica del paciente y ahora estamos intentando personalizarlo y optimizar el perfil de chequeo preventivo de cara al riesgo personal de cada persona”.

García ha afirmado que “lo importante es adaptar tanto la sanidad para que sea accesible para las personas que no tengan la capacidad de ir al hospital y que el producto empresarial tecnológico que innovemos también sea capaz de ser accesible, con lo cual es una población que tiene unas características particulares por edad y está muy bien saber todo lo que podemos hacer con ello, pero que realmente puedan llegar a utilizarlo”.

Mesa redonda. Estrategias de la medicina de longevidad para vivir mejor

Para ejemplificar el reto del uso de las nuevas tecnologías en personas mayores, ha recordado el caso de “un paciente de 78 años al que le han regalado un smartwatch que dice que el reloj le dice que está enfermo, y descubres que la batería lleva en un 2% más de una semana y no registra su frecuencia cardiaca. Con lo cual el paciente cuenta con un dispositivo que es muy útil, pero que no sabe utilizar”.

Por su parte, Vanesa Pytel, neuróloga especializada en cognición, deporte y envejecimiento saludable de Olympia (Grupo Quirónsalud), ha subrayado que “el dato más importante son los años de vida saludable, con lo cual el impacto no es la cantidad de años, sino el buscar esa calidad de vida”. Ha añadido que “las enfermedades crónicas juegan un papel fundamental e ir a una medicina preventiva para potenciar las funciones de salud es clave para alcanzar unos años de vida saludable”.

Cambios de hábitos

Pytel ha apuntado la necesidad de entrenar el cerebro de forma consciente: “Debemos usar el cerebro como una estrategia, es decir, así como entrenamos el cuerpo, tenemos que entrenar el cerebro para lograr envejecer. Hoy en día tenemos herramientas muy fuertes para poder prevenir, con lo cual si tomamos como estrategia el potenciar las funciones cerebrales podemos potenciarlas”.

La especialista ha recordado que “tenemos que cuidar nuestros factores de riesgo vascular, el sobrepeso, no alcohol, la dieta sana y los suplementos nutricionales cuando son necesarios, el ejercicio físico, el entrenamiento cognitivo y, por último, la calidad del sueño”. Según ha explicado, “con pequeños cambios de hábito podemos empezar a potenciar esas funciones que necesitamos”.

Respecto a la transición digital en medicina, Pytel ha destacado que “ya son el presente” y ha puesto como ejemplo que “en hospitales del grupo Quirón ya cuentan con herramientas de voz que detectan la consulta para poder ayudar en el informe”.

No obstante, ha reconocido que “hoy manejamos grupos de datos muy grandes y poder manejarlos individualmente es muy difícil”.

En esta misma línea, Javier Suela, director técnico del Área de Genética de Sanitas, ha destacado que “de cara a una prevención en enfermedades como el Alzheimer tenemos que distinguir entre lo que es una patología accionable de la que no lo es”.

También ha explicado que “podemos predecir ciertos riesgos de patologías neurodegenerativas como la enfermedad de Huntington, que tiene una base genética, pero no tiene solución hoy por hoy, con lo cual la prevención no es viable. En el caso del Alzheimer, estamos a punto de conseguir tratamientos muy precoces y, mientras tanto, sí podemos utilizar la genética para prevenir, pero no lo podemos utilizar para una población general”.

Suela ha mencionado un estudio irlandés según el cual “solamente detectando patologías genéticas severas, como riesgos de cáncer o altos riesgos cardiológicos, se veía que esos pacientes podrían mejorar su esperanza de vida más de ocho años”.

El experto en genética ha precisado que “lo que estamos haciendo hoy es analizar lo que realmente conocemos con unas guías clínicas precisas. Hay 19.000 genes, no conocemos la información ni de 8.000 y realmente accionables en población presintomática hay menos de 1.000. Vamos a trabajar con lo que conocemos hoy, que es mucho más que hace años, y lo podemos aprovechar para alargar la vida de nuestros pacientes”.

Sobre el papel de la inteligencia artificial, Suela ha recordado que “el primer genoma tardó 13 años en secuenciarse y hoy, con la IA, tardamos menos de un mes en hacer un resultado de un genoma completo; no tiene nada que ver con lo que teníamos tecnológicamente antes”. Sin embargo, ha advertido que “el exceso de información hay que digerirlo muy bien”.

Por último, ha destacado “la posibilidad de hacer una consulta visual con el paciente” como ejemplo de los avances en la integración digital dentro de la medicina de longevidad.