Margarita Alfonsel
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El VI Simposio del Observatorio de Sanidad de EL ESPAÑOL e Invertia, celebrado del 29 de septiembre al 2 de octubre, ha cerrado sus puertas con gran éxito.

Han sido cuatro intensas e interesantes jornadas con más de 140 ponentes, en todos los casos intervinientes altamente cualificados: grandes expertos del mundo de la salud, reconocidos profesionales, representantes del gobierno y de las comunidades autónomas, colegios profesionales, instituciones europeas, empresas, fundaciones, patronales, organizaciones de pacientes...

La gran familia de la salud reunida con un objetivo común: poner en valor el sistema sanitario de nuestro país y la necesaria y acuciante predefinición de su modelo.

Ángel Carracedo, director ejecutivo de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica

También identificar las carencias y áreas de mejora con propuestas concretas, señalar las grandes transformaciones que ya se están produciendo debido a la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial que está revolucionando la forma de entender la salud, las nuevas regulaciones que condicionan una nueva forma de trabajo...

Y todo ello en un entorno social cada vez más demandante debido a la realidad demográfica, al incremento de patologías crónicas y a la necesidad de integrar los social y lo sanitario como el gran reto al que se enfrenta el sistema.

Este simposio está consolidado como un espacio de debate y reflexión compartida entre todos los agentes del sistema.

Este año, bajo el lema Una nueva forma de entender la salud, plantean un escenario en el que la innovación biomédica y tecnológica son la punta del iceberg. También ponen sobre la mesa cambios en el modelo de gobernanza, en la financiación y en la accesibilidad y la equidad para el acceso efectivo del paciente a las terapias más innovadoras, en un entorno de colaboración multisectorial apoyado en una infraestructura de datos robusta y segura.

La agenda estructurada en bloques temáticos ha conseguido dar voz a todos los agentes del sistema y abordar los grandes retos ante dos ideas clave. Primera, la necesidad de una visión sistémica de la sanidad, con reformas regulatorias, reorganización profesional y redefinición del papel de los profesionales en un entorno cambiante, sumado a nuevas políticas de acceso.

La segunda idea, la digitalización y el dato como eje vertebrador: inteligencia artificial, interoperabilidad y ciberseguridad. Y todo ello sin olvidar un objetivo transversal expresado de forma contundente en el famoso Informe Draghi, recuperar la competitividad europea, perdida en estas dos últimas décadas frente a los dos gigantes EEUU y China.

Los cambios regulatorios que se vienen son muchos. Varios tienen origen europeo, como el Espacio de datos sanitarios, la evaluación de tecnologías, la inteligencia artificial, los medicamentos críticos, salud digital...

Todos los cambios regulatorios a los que hay que sumar las particularidades españolas, como el Anteproyecto de Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios. Ocupó una parte importante del debate del simposio.

Se ha presentado el citado anteproyecto, se han enunciado las alegaciones que los distintos grupos de interés han realizado y la posición de la Administración de "escucha" ante estas observaciones que llevará a un nuevo texto que mantiene en "alerta" a todo el sector empresarial del ámbito de la salud.

La nueva legislación se percibe como una palanca que puede cambiar las reglas de mercado y de acceso. Pero su éxito dependerá en gran medida del diálogo entre administración reguladora, industria, agentes profesionales y pacientes.

También el nuevo Estatuto Marco tuvo su espacio de análisis y cómo impacta en las organizaciones profesionales. La transformación de la sanidad exige una actualización del capital humano, de la capacidad de atraer y retener el talento, la definición clara de competencias y modelos de trabajo multidisciplinares.

En cuanto a la digitalización, se percibe como el eje transversal, exige de marcos normativos y estrategia de gobernanza del dato que garantice la interoperabilidad y la seguridad como elemento definitivo.

La inteligencia artificial, objeto de mucho debate y análisis se plantea como una herramienta con enorme potencial, pero su incorporación necesita un desarrollo normativo claro y la definición de criterios éticos.

Esta tecnología impacta en procesos asistenciales de diagnóstico y apoyo clínico, en medicina personalizada y genómica, en gestión hospitalaria y en eficiencia, en nuevas investigaciones, en salud digital, en salud pública y en epidemiología. E incluso tendrá un papel relevante en la modernización de la logística farmacéutica, distribución y acceso.

Se reafirmó la importancia de que el paciente sea el centro del diseño de nuevas políticas de gobernanza. Debe participar en los debates sobre acceso, con especial atención a colectivos vulnerables y crónicos.

Salud mental, enfermedades raras, obesidad, salud de la mujer con foco en enfermedades cardiovasculares y en migraña, eczema crónico de manos... Son algunas de las patologías concretas que tuvieron un abordaje específico y sirvieron como ejemplo donde los retos estructurales (acceso, equidad y datos) se entrelazan con la medicina personalizada y de precisión.

Completa este panorama la incidencia del deporte como elemento definitivo con evidencias claras de aporte positivo en la salud, junto a alimentación equilibrada, hábitos de vida saludable, anticipación y prevención.

La colaboración público-privada ha tenido, de nuevo, su espacio de reflexión en el Simposio. Y una vez más se erige como un instrumento necesario para acelerar adopciones tecnológicas y mejorar la capacidad asistencial, siempre con rendición de cuentas y equidad en el acceso.

Su papel no es complementar la sanidad pública, sino liderar modelos innovadores tales como la medicina líquida. El modelo catalán se erige como un ejemplo de colaboración, ya que combina una fuerte red pública con entidades consorciadas y hospitales concertados, en evolución constante y hacia un nuevo camino que dibuja el proyecto Cairos.

Las cuatro jornadas exponen un panorama en el que la innovación biomédica y tecnológica coexisten con retos de gobernanza, financiación, acceso y equidad. Que los avances lleguen a los pacientes dependerá en gran medida de marcos regulatorios clave, colaboración multisectorial y una infraestructura de datos robusta y segura.

Por tanto, y a modo de conclusión, el VI Simposio del Observatorio de la Sanidad ha puesto de relieve que el futuro del sistema pasa por una visión integral de todos los agentes en la que innovación, regulación, profesionales de la salud y pacientes formen parte de un mismo engranaje.

Y que la voz del paciente, junto con la redefinición del papel de los profesionales de la salud, marque el diseño de políticas y la implementación de terapias innovadoras. La digitalización y el uso responsable del dato se consolidan como el eje que permite avanzar hacia una sanidad más eficiente, equitativa y sostenible. Finalmente, la colaboración público-privada será decisiva para que España, dentro de Europa, pueda aspirar a liderar la sanidad del futuro.