En plena evolución de la Sanidad en España, el cooperativismo ofrece soluciones de cara al futuro pese a su tradición secular. Estas son las conclusiones de la Mesa redonda El papel de la economía social sanitaria dentro del sistema sanitario español, celebrada en el VI Observatorio de la Sanidad que organizan EL ESPAÑOL e Invertia, moderado por Marcos Domínguez, redactor de Ciencia y Salud.
Carlos Zarco, director médico de HLA Universitario Moncloa, ha explicado así que las cooperativas son "un término medio entre lo público y lo privado", que lleva "lo social en su ADN". Ha relatado el caso de Asisa, fundada en los años 50 por el doctor Espriú. "Ahora somos más de 80 empresas", destaca, que se encargan de construir sus propios hospitales, hacer investigación y dar sus propios servicios.
Es la demostración, insiste Zarco, de la falsedad del "mantra" de la "ineficiencia" de las cooperativas. Al contrario, los socios se sienten "propietarios" y "todo lo que se gana se reinvierte" en mejorar las prestaciones. "Cuando la gestión se hace con valores, todo es mucho más fácil", celebra, subrayando la capacidad de adaptación y la agilidad a la hora de tomar decisiones.
Un ejemplo de colaboración exitosa con el sistema sanitario a través de las mutualidades públicas del estado se produjo durante la pandemia de Covid-19. "En nuestra aseguradora no estaba cubierto el riesgo por pandemia, pero nadie se planteó no atender a los pacientes", destaca, subrayando el espíritu de cooperación entre sus propios centros durante la crisis sanitaria.
"Cuando todos pertenecen a la misma empresa y la sienten como suya, hay más motivos para hacer bien las cosas", subraya. El reto por delante pasa por convencer a políticos y ciudadanos de que las cooperativas complementan al sistema nacional de salud y mejoran los servicios. "No me digas si la sanidad es pública o privada, dime si es buena o mala", concluye.
Mesa redonda. El papel de la economía social sanitaria dentro del sistema sanitario español
El cooperativismo está implícito en el modelo equitativo español, afirma Luis Menchén Fernández-Pacheco, vicesecretario de Bidafarma, revelando que el 80% de la distribución de medicamentos se hace a través de cooperativas. "Llevamos con esta actitud 100 años", explica, ya que son una fusión de "doce cooperativas centenarias", pero quieren "revitalizarla" para que la equidad persista.
Se trata de evitar que la distribución del medicamento deje de ser universal debido a los intereses económicos que pueden no ver rentabilidad en determinadas distribuciones. En tiempos de extremos, reflexiona Menchén, hay que dotarse de "ideología con fundamentos", y en la cooperativa "cada socio es un voto". Destaca como valores el respeto de la territorialidad, y los beneficios que se revierten directamente a la sociedad.
Así, durante la pandemia se organizaron distribuciones gratuitas de vacunas y de medicamentos como el dolquine, o se encargaron congeladores que se hicieron al final en Andalucía. Esta intercooperación debe servir para "poner el cooperativismo en su lugar en la sociedad". Es rentable y tiene "una carga social importantísima", defiende, y pide que "deje de verse como un hermano pequeño". Como reto a futuro destaca la mejora de la sostenibilidad y la reducción del impacto energético.
España es líder mundial tanto en economía social como en sistema sanitario, manifiesta a su vez José Ariza, director de la Escuela de Economía Social. Y el cooperativismo es un "aliado invisible" en el día a día a través de la relación entre las políticas públicas y las asociaciones de pacientes. Destacan como modelo autogestionados, "profesionales que se unen para defender su oficio", y por su responsabilidad social intrínseca con la comunidad.
"No miran la cuenta de resultados", insiste Ariza. Durante la pandemia, en otros países sin tradición de cooperativismo como las naciones latinoamericanas, las carencias en la atención y la distribución fueron evidentes. Las cooperativas "tienen la capilaridad, reciben constantemente información de sus miles de socios y tomas decisiones para el conjunto de la sociedad".
De este modo, son actores indispensables de cara a los futuros desafíos del sistema como el aumento de la longevidad, la crisis de salud mental.... "La cooperación entre asociaciones puede ser clave", reflexiona. Habrá que "adelantarse" con nuevas formas organizativas y por comunidades siguiendo los ejemplos de Europa, para conveniar todavía más servicios de los que ahora se ofrecen, concluye.
