España se enfrenta a un reto mayúsculo en la gestión de residuos. Y la combinación de innovación tecnológica, digitalización y decisiones políticas valientes es esencial para acelerar la transición hacia un modelo más sostenible y competitivo.
Así lo concluyeron Borja Martín Zorita, director de Negocio Público Norte de PreZero, y Lourdes García Sanz, directora de Ghenova Energy and Water, en la mesa de debate “Waste to Energy” de la segunda jornada del II Observatorio de la Energía, celebrada este miércoles.
Martín Zorita explicó que “cuando ya hemos hecho toda la labor de prevención y reciclaje de residuos, hay un 35% de los residuos con los que tenemos que hacer algo. O los enterramos o los llevamos a una planta de valorización energética”.
Conversación a dos ‘Waste to energy’
Según el director de Negocio Público Norte de PreZero, “la valorización energética es el futuro, porque ocupa un espacio muy inferior al de un vertedero, reduce el riesgo de contaminación de aguas y suelos y, además, desde el punto de vista ambiental es mucho mejor”.
Martín Zorita subrayó el potencial de estas plantas: “En la planta de Valdemingómez somos capaces de generar 190 GWh al año, el mismo consumo de 145.000 habitantes, equivalente a una ciudad como Huelva”. Sin embargo, reconoció que España está “muy lejos de lo deseable”, comparando con Europa: “Allí tienen una incineradora por cada 400.000 habitantes, mientras que nosotros tenemos una por cada cuatro millones”.
Por su parte, Lourdes García Sanz, directora de Ghenova Energy and Water, destacó la importancia de la tecnología: “La gestión de residuos tiene dos aspectos íntimamente relacionados con su naturaleza. Uno de ellos es la variabilidad: es difícil gestionar el tipo de residuo que va a llegar a una planta.
Aquí la inteligencia artificial y las técnicas de digitalización son fundamentales”. Además, abogó por aprender de Europa: “En el norte de Europa están muy orgullosos del uso que hacen de sus residuos. Eso tenemos que aprenderlo”.
Los expertos coincidieron en la necesidad de decisiones políticas valientes y colaboración público-privada. Martín Zorita calculó que “la inversión necesaria para alcanzar los objetivos europeos sería de unos 6.500 millones de euros en los próximos años, destinados a construir diez incineradoras más y veinte plantas para la gestión de residuos orgánicos y fracción resto, además de actualizar las instalaciones actuales”.
En definitiva, la mesa dejó claro que la valorización energética no es solo una alternativa ambiental, sino también una oportunidad económica y tecnológica para España, siempre que se combine innovación, planificación y ambición política.
