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Las claves

"No", ha sido la primera y única palabra que se ha escuchado del fiscal general, Álvaro García Ortiz, en la sesión inaugural del histórico juicio que se celebra contra él en el Tribunal Supremo por un presunto delito de revelación de secretos.

Le acusa, además de varias acciones populares, la pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, el empresario Alberto González Amador, cuya situación procesal tras ser denunciado por fraude tributario quedó públicamente expuesta en marzo de 2024.

"No", ha respondido el fiscal general, ataviado con su toga y sentado en estrados junto a su defensa, cuando, tras la lectura de los escritos de acusación, el presidente de la Sala Penal, Andrés Martínez Arrieta, le ha preguntado si se reconocía autor de los hechos por los que es acusado.

Esos hechos se centran en la presunta filtración a los medios de comunicación de un correo electrónico en el que el abogado Carlos Neira, defensor de González Amador en el expediente por fraude tributario, admitía que "ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda Pública" por parte de su cliente.

Ese mismo correo, y otros que se intercambiaron Neira y el fiscal de delitos económicos Julián Salto en febrero y marzo de 2024 en torno a un posible acuerdo de conformidad, fueron posteriormente reflejados en una nota de prensa con la que García Ortiz quería desmentir informaciones falsas que aseguraban que la propuesta de acuerdo había partido de la Fiscalía con el fin de que el novio de Ayuso admitiera ser un defraudador.

La jefa de la Fiscalía Superior de Madrid, Almudena Lastra, en el juicio que se celebra en el Tribunal Supremo (TS) al fiscal general, Álvaro García Ortiz.

Sobre ese comunicado de prensa y sobre la filtración de los correos se escuchó ayer en la sala el primer testimonio adverso al fiscal general.

La fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, confirmó la posición de testigo de cargo que ha mantenido durante la instrucción de este insólito proceso y manifestó que ella se opuso a la difusión de una nota de prensa que iba a incluir los correos de Neira.

Preguntada por el abogado de González Amador, Gabriel Rodríguez Ramos, acerca de qué tipo de comunicado hubiera bastado para desmentir esas noticias falsas, Lastra fue tajante: "Cualquier información que no supusiese desvelar la estrategia de defensa de un imputado".

"Con señalar que la información era falsa, que se sigue el procedimiento de siempre y que no había instrucciones sobre una propuesta de conformidad bastaba. No había que decir si se habían reconocido o no los hechos. No es nuestro papel desvelar la estrategia de defensa de nadie", añadió.

Lastra explicó que, cuando el 12 de marzo de 2024 eldiario.es publicó la denuncia firmada por Salto contra González Amador por dos delitos fiscales y falsedad documental, ella no quiso hacer una nota de prensa porque "nosotros hacemos nota cuando afecta a la personalidad, no a la familia. González Amador es un señor particular".

La fiscal superior apuntaló, así, la estrategia de la acusación particular, que sostiene que la filtración de la denuncia contra la pareja de Ayuso y de los correos electrónicos de su abogado vulneró su intimidad y dañó su derecho de defensa y a la presunción de inocencia, además de afectar a su familia y a su actividad profesional al ser presentado por el Gobierno y el PSOE como un "defraudador confeso".

La fiscal superior de Madrid recordó que ni una sola de las 300 notas de prensa elaboradas durante su mandato tuvo "jamás" un contenido parecido a la que se difundió sobre la pareja de Ayuso.

Según Lastra, cuando en la mañana del 14 de marzo la llamó el fiscal general para que difundiera la nota sobre González Amador que se había preparado en la Fiscalía General, "no le di ni los buenos días. Le dije '¿has filtrado los correos'? Y me dijo: 'eso ahora no importa'".

El primer testigo de la vista, Julián Salto, confirmó que la fiscal jefa provincial, Pilar Rodríguez, le sacó del partido de fútbol al que asistía en la noche del 13 de marzo de 2024 para que le enviara los correos electrónicos que se había intercambiado con el letrado de González Amador.

Aunque Lastra le había dicho que no había prisa y que hablarían del asunto al día siguiente, Rodríguez le manifestó que "el fiscal general no puede esperar".

El contrapunto al testimonio de Lastra lo proporcionó Pilar Rodríguez. La fiscal jefa de Madrid negó que Lastra la 'regañara' por haber enviado los correos electrónicos de Neira y Salto al fiscal general en la noche del 13 de marzo diciéndole "¿para qué le pasas los correos? Los van a filtrar”.

Rodríguez manifestó que le pareció correcto que la nota de prensa de la Fiscalía difundida el 14 de marzo informara de la textualidad del correo del 2 de febrero. A su parecer, era necesario desmentir las noticias que ponían en cuestión la profesionalidad de la Fiscalía.