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La defensa del exdiputado y exportavoz de Sumar Íñigo Errejón ha pedido este martes a la Audiencia Provincial de Madrid que ordene al juez Adolfo Carretero deducir testimonio contra la actriz Elisa Mouliaá por un presunto delito de obstrucción a la Justicia.

Errejón, que dimitió de todos sus cargos políticos tras ser denunciado por Mouliaá por una presunta agresión sexual que él siempre ha negado, afirma que la actriz "intimidó" y tuvo una "actitud coactiva" con una testigo llamada a declarar por Carretero.

Soraya G. era la propietaria de la vivienda donde se celebró una fiesta durante la que Mouliaá, según ella, fue objeto de la agresión sexual por parte de Errejón.

Esta testigo declaró ante el juez Carretero el pasado 20 de julio y contradijo la versión de Mouliaá.

Aseguró que Mouliaá, nada más llegar a la fiesta, le dijo que "se había besado" con Errejón. Y se lo dijo "contenta".

Indicó que, en un momento dado, perdió de vista a Mouliaá. Cuando apareció ella le contó que había estado en una habitación con Errejón, que "él le había entrado a saco, que la había besado y manoseado. Pero ella le dijo que no quería hacer nada allí, que no era el lugar, y que luego se iban a casa de él". "No la noté nada azorada", manifestó la testigo.

Añadió que con posterioridad Mouliaá no le habló de ninguna agresión, sino de que estaba "decepcionada" porque Errejón había sido "un poco baboso" y ella quería "una relación más profunda, no solo sexual".

Soraya G. aseguró que la denuncia de Mouliaá le sorprendió porque ella "jamás" le habló de una agresión.

Además, aportó los mensajes de WhatsApp y audios de voz en los que se basa la defensa de Errejón para reclamar que se actúe contra la denunciante.

"Eso puede ir en mi contra"

"Lo que a mí me jode, tía, es que cojas y digas que no, que yo estaba súper feliz, que no sé qué. Que me fui con el súper happy. Da igual, tía. ¡¿Tú no te das cuenta que eso puede ir en mi contra?! ¿Tú no puedes decir que no te enteraste de nada y ya está, que no te diste cuenta de nada? Pero no digas movidas que puedan ir en mi contra ¿¿entiendes??", dice Elisa Mouliaá a Soraya G. en uno de esos audios.

Mouliaá escribió a Soraya G. mensajes como "me da miedo que hables en mi contra", "no me puto jodas", "no digas nada que me contradiga", "qué tipo de problema mental tienes para dejar de apoyar a tu amiga en los momentos más importantes de su vida".

La presión llevó a la testigo a escribir a Mouliaá que "te voy a pedir que, por favor, dejes de mandarme este tipo de mensajes, un poco como, ¿sabes?, casi como amenazándome y tal y diciéndome lo que tengo que decir, porque la verdad es que me está poniendo ya muy nerviosa".

El juez instructor, sin embargo, rechazó actuar contra Mouliaá al no apreciar "ninguna amenaza expresa ni intimidación" sino "una confrontación de pareceres, en ocasiones fuerte.

Según Carretero, Mouliaá "no pidió a la testigo que mintiese o dijese su versión, sino que no le perjudicase o que dijese que no vio nada si es que fuese así, ya que los hechos sucedieron en la intimidad y Mouliaá siempre ha mantenido su versión, lo que corrobora la testigo en parte, aunque contradiga en muchos aspectos la versión de Mouliaá".

Para el instructor, "hablar con un testigo amigo antes de la declaración no constituye una amenaza o intimidación, máxime cuando la testigo declaró lo que tuvo por conveniente en su declaración y no aparece que fuera muy influida por Mouliaá, sino más bien lo contrario".

En el recurso que ha interpuesto ante la Audiencia de Madrid, la defensa de Errejón señala que, contrariamente a lo que sostiene el instructor, el delito de obstrucción a la Justicia castiga en su modalidad básica el "intento de influir" en un testigo, "independientemente de que Mouliaá no lo hubiera conseguido, como afortunadamente sucedió, declarando Soraya G. la verdad de lo que vio".

Por ello, el argumento del instructor de que la testigo declaró "lo que tuvo por conveniente" sin que "pareciera muy influida" no descarta la obstrucción a la Justicia, a juicio de la defensa.

Para la defensa, los reiterados mensajes de Mouliaá ponen de manifiesto que persiguió que Soraya G. "secundara su declaración judicial y su denuncia y evitar [la actriz] una eventual imputación judicial".

"A fin de lograr su espurio objetivo y ante el miedo de tener que enfrentarse a un eventual procedimiento por denuncia falsa", dice el recurso, Elisa Mouliaá "acosó, intimidó y presionó durante varios días y horas a la testigo para convencerla de que lo que sucedió la noche del 8 de octubre de 2021 fue lo que la denunciante expuso en sede judicial, a pesar de que la testigo le insistió, firmemente, en que lo que vio, vivió y le narró la propia denunciante ese mismo día y en fechas posteriores fue muy distinto y, desde luego, no era constitutivo de ningún delito".

La testigo "le reiteró en varias ocasiones que ella se limitaría 'a contar la verdad' porque era su obligación legal y su deber como ciudadana íntegra, recalcando la injusticia que supondría hacer ingresar a un inocente en prisión", señala el recurso.