Felipe VI ha participado este lunes en el homenaje que la Asociación Mundial de Juristas (WJA), presidida por el abogado español Javier Cremades, ha rendido a la que fuera jueza del Tribunal Supremo de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg, fallecida el pasado septiembre a los 87 años.

El acto ha tenido lugar en Casa de América de Madrid con motivo del encuentro internacional organizado por la WJA, al que han asistido la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde; el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida; el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, y del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; la presidenta del Consejo de Estado, Teresa Fernández de la Vega, así como representantes de tribunales de justicia y de cortes constitucionales de diversos países.

En febrero de 2019 fue Don Felipe el que recibió el Premio Mundial de la Paz y la Libertad concedido por la WJA, considerado una suerte del Nobel del Derecho que también recibieron en su día figuras como el dirigente británico Winston Churchill o el sudafricano Nelson Mandela.

Al rey le sucedió en el palmarés Ginsburg meses antes de su fallecimiento, como reconocimiento a su compromiso con la defensa del Estado de Derecho.

La magistrada progresista, un símbolo de la justicia social en Estados Unidos, accedió al Tribunal Supremo de ese país por nombramiento de Bill Clinton en 1993, convirtiéndose en la segunda mujer de la historia en ocupar un puesto en la institución después de una carrera dedicada a causas feministas y a los derechos civiles.

Con motivo del homenaje, en el que ha estado presente Jane Ginsburg, hija de la homenajeada, se han entregado las medallas que llevan el nombre de la jueza a ocho mujeres que han tenido un papel destacado en la defensa del Estado de Derecho, entre ellas Lagarde; la vicepresidenta de la Corte Penal Internacional, la peruana Luz del Carmen Ibáñez; la presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico, Maite Oronoz; y la vicepresidenta del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, la española Rosario Silva, entre otras.

Lagarde ha hecho un llamamiento a defender cada día la fortaleza de la ley. "La covid-19 ha amplificado los aspectos positivos y negativos. El Estado de Derecho debe resistir y derrotar a la corrupción, a los nacionalismos exacerbados, a los abusos de la ley y a los populismos", ha sostenido.

La dirigente francesa ha reproducido las palabras que Felipe VI pronunció en 2019 cuando recogió el Premio Mundial de la Paz y la Libertad en el sentido de que "sin el respeto a las leyes no existe ni convivencia ni democracia, sino inseguridad, arbitrariedad".

El presidente de la WJA, Javier Cremades, ha subrayado que el monarca encarna "la eficaz defensa de la convivencia democrática y la libertad", como, a su entender, puso de relieve en su discurso del 3 de octubre de 2017 contra el desafío independentista en Cataluña.

"Nadie por encima de la ley"

"El rey encarnó en horas decisivas el valor de las instituciones para defender el marco de convivencia en una sociedad plural. Su liderazgo y el normal funcionamiento de la administración de Justicia demostraron las sólidas raíces del Estado de Derecho en España", ha asegurado Cremades en alusión a lo que ocurrió en Cataluña.

El máximo responsable de la WJA ha añadido que aquel episodio evidenció que "nadie puede situarse por encima de la ley, auténtica y única garante de la convivencia pacífica".

"Hay dos visiones del Derecho en el mundo que están enfrentadas: una que lo concibe como instrumento de poder para dominar. La otra es mucho más interesante, es la única que merece el nombre de Derecho: la concepción del uso de la libertad que tienen los seres humanos para organizarse en su pluralidad respetando la dignidad de cada uno y sometiendo al poder en esa fórmula maestra que es el Estado de Derecho a unas condiciones y es que sólo puede ejercerse legítimamente si está sometido y debajo de la Constitución", ha manifestado el presidente de la World Jurist Association.

A su juicio, Felipe VI es "un ejemplo admirable de lo que es un rey constitucional. Bajo su reinado España ha preservado su Constitución". 

El rey cerró el acto con una intervención en la que calificó de "ejemplar" a la jueza Ginsburg y consideró que el homenaje que se le ha rendido en Madrid "puede entenderse como un homenaje a todos los jueces" ya que "el Estado de Derecho requiere la existencia de un Poder Judicial independiente" que ella encarnó.

Añadió que Ginsburg "preservó una admirable Constitución bicentenaria, basada en un sistema de equillibrios, frenos y contrapesos que hacen posible el control del poder y la garantía de los derechos de los ciudadanos".