La Fiscalía pedirá a la Sala Penal del Supremo que abra una causa al magistrado del Tribunal Constitucional Fernando Valdés, detenido por la Guardia Civil el pasado 10 de agosto por un presunto delito leve de maltrato en el ámbito familiar tras mantener una fuerte discusión con su esposa en su domicilio.

La Fiscalía considera que, de acuerdo con la doctrina del propio TC, es necesario agotar la investigación para aclarar lo ocurrido. El Constitucional dictó el pasado julio una relevante sentencia en la que se exige a los órganos judiciales una investigación "suficiente y eficaz" de los asuntos de violencia de género, a los que aplica un "canon reforzado del deber de actuación diligente y sin dilaciones".

La sentencia, con ponencia del magistrado Antonio Narváez, lleva también la firma de Fernando Valdés, que insistió especialmente en fijar el criterio relativo al "canon reforzado" de investigación de los casos de violencia de género o de los que se producen en un contexto familiar.

Fuentes de la Fiscalía, que aseguraron que este asunto se ha valorado "como cualquier otro", señalaron que el Ministerio Público considera preciso practicar diligencias para determinar en qué medida la medicación que está tomando el magistrado para una enfermedad que padece desde hace tiempo pudo tener incidencia en la discusión que mantuvo con su esposa.

El incidente trascendió porque unos jóvenes que se encontraban en el parque colindante con la vivienda del magistrado escucharon a la mujer pedir auxilio desde la terraza.

Testigos

La Guardia Civil tomó declaración a estos testigos, que manifestaron que vieron al hombre agarrar a la mujer por el brazo y meterla dentro de la casa. Luego escucharon golpes que retumbaban en el interior de la vivienda, por lo que se asustaron y optaron por llamar a la Policía Local y a la Guardia Civil.

Unidades de ambos cuerpos se desplazaron hasta el lugar. La esposa de Fernando Valdés aseguró que habían tenido una mera discusión y manifestó no iba a denunciar nada. 

Posteriormente volvieron los agentes de la Benemérita para tomarles declaración y en una tercera visita, pasadas las nueve de la noche, procedieron a detener a Valdés. No obstante, no fue conducido al cuartel sino a un hospital, donde pasó la noche, debido a un cuadro de insuficiencia respiratoria.

El 11 de agosto, tras recibir el alta médica, el magistrado, de 75 años, fue puesto a disposición del Juzgado de Majadahonda (Madrid) junto a un atestado en el que la Guardia Civil se refiere a la existencia de un hecho de "violencia física leve".

En sus manifestaciones ante la jueza tanto Valdés como su esposa negaron que se hubiera producido cualquier tipo de violencia. La mujer, muy afectada, señaló que lleva más de 50 años viviendo con su marido y que le quiere. Ratificó que no va a denunciar ni consideró preciso ser reconocida por el médico forense ni solicitó ninguna orden de protección, subrayando que su esposo padece desde hace tiempo una enfermedad grave y está sometido a tratamientos médicos.

Uno de los testigos se ratificó en el Juzgado en que él y sus amigos escucharon a la mujer gritar ‘¡ayuda, ayuda, por favor, necesito ayuda! ¡Socorro!’". Tras avisar a las fuerzas de seguridad, llamaron al telefonillo de la puerta exterior del chalé y hablaron con Valdés, que les aseguró que no había pasado nada. Cuando los jóvenes le dijeron que habían dado aviso a la Policía el magistrado les contestó que no había problema.

La Sala Penal tiene encima de la mesa la exposición razonada que elevó al alto tribunal la magistrada Elena Garde, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 7 de Majadahonda, encargado de los asuntos de violencia de género.

La jueza coincide con la Guardia Civil en apreciar indicios de un presunto delito de maltrato en el ámbito familiar del artículo 153 del Código Penal.

Fuentes del TC aseguran que el tribunal cuenta con que el Supremo abra la causa, aunque también confía en que el caso no tenga recorrido tras la toma de declaraciones a los implicados.

Valdés, que se ha reincorporado al trabajo del tribunal con normalidad aunque afectado por la situación, defiende firmemente su inocencia y no valora dimitir. 

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