El jurado ha declarado este lunes culpables de asesinato con alevosía a los guardias urbanos de Barcelona Rosa Peral y Albert López por matar en mayo de 2017 al novio de ella, el también policía del cuerpo Pedro Rodríguez, en el marco de un triángulo amoroso. La pena será impuesta en sentencia dentro de unos días por el magistrado de la Audiencia de Barcelona que ha presidido el juicio, Enrique Rovira.



Por ocho votos a uno en el caso de Peral y siete a dos en el caso de López, el tribunal popular ha concluido que ambos examantes -que han asistido a la lectura del fallo por videoconferencia por problemas técnicos de conexión con las cárceles- son responsables de haberse confabulado para matar a Rodríguez, al que "drogaron o medicaron" y cuyo cadáver quemaron en el interior de su vehículo, que abandonaron en una pista forestal del pantano de Foix el día después del crimen.

Los nueve miembros del jurado se oponen a que se suspenda la ejecución de la pena o a que se les conceda un indulto.



En su veredicto, el jurado considera probado que los acusados se conocieron debido a su actividad profesional como guardias urbanos de Barcelona e iniciaron una relación sentimental sin convivencia en 2012, relación paralela a la que Rosa mantenía con su marido, Rubén, con el que convivía junto a sus dos hijas menores.

En el verano de 2916 Rosa inició una tercera relación sentimental con Pedro Rodríguez. La agente se separó de su marido en diciembre e intensificó su relación con Pedro, que se fue a vivir con ella y con sus hijas. Ambos llegaron a manifestar en su círculo íntimo su deseo de casarse y de tener un hijo.

Albert descubrió en enero de 2017 la relación de Rosa y Pedro produciéndose entre ellos un "total enfrentamiento". Albert desveló a Pedro que Rosa había iniciado la relación con él mientras estaba con el propio Albert, lo que motivó una "creciente desconfianza" de Pedro en su novia. Entre ambos hubo frecuentes discusiones y constantes dudas sentimentales, celos de él y un "intermitente distanciamiento emocional" entre ambos.

Paralelamente, se generó en Albert "un sentimiento de hostilidad profunda" hacia Pedro y un "firme deseo de revancha".

Entre marzo y abril de 2017, según considera probado el jurado, se produjo un nuevo y paulatino acercamiento entre Rosa y Albert "que desembocó en que finalmente ambos acusados llegaran a la conclusión de que Pedro Rodríguez, por divesas razones, obstaculizaba su relación".

El plan

"Mediando el mes de abril ambos acusados empezaron a trazar un plan con el fin de quitar la vida a Pedro, decidiendo finalmente ponerlo en marcha la noche del 1 al 2 de mayo de 2017".

Previamente al crimen, Rosa, sus hijas y Pedro habían pasado la tarde en la casa familiar de él. El plan consistía en, una vez llegados al domicilio que compartían, esperar a que Pedro estuviera dormido o descansando.

"En hora indeterminada de la madrugada, después de que Albert se desplazara al domicilio de Pedro y Rosa, ambos, conjuntamente, o al menos uno de ellos con la anuencia y colaboración activa del otro, agredieron a Pedro y le privaron de su vida de forma violenta".

Durante la mañana y la tarde del día 2 de mayo fingieron que Pedro desenvolvía su vida con normalidad usando su móvil y moviéndolo de sitio. Entre otros lugares en los que situaron el móvil de Pedro estuvieron las inmediaciones de la urbanización donde vivía el exmarido de Rosa, con el que ella mantenía una relación muy conflictiva, "con el propósito de involucrarle".

"En hora indeterminada entre la noche del 2 de mayo y la madrugada del 3", llevaron el cadáver de Pedro en su coche hasta una pista forestal cerca del pantano de Foix. Una vez allí, "valiéndose de algún tipo de combustible, prendieron fuego al vehículo con el cuerpo de Pedro en su interior, resultando casi enteramente carbonizado".

Ello ha impedido que quedaran signos suficientes de la causa de la muerte, concluye el jurado.

Este fallo es recurrible primero ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y después ante el Tribunal Supremo,.

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