La investigación policial de los amaños de partidos tras los que se encontrarían los futbolistas Carlos Aranda o Raúl Bravo, entre otros, aflora una red criminal dedicada al tráfico de todo tipo de drogas, desde hachís y marihuana a cocaína, cuyos ingresos se habrían blanqueado con las apuestas deportivas. El futbolista malagueño Aranda lideraría la organización que compraba la droga, la ocultaba en el interior de coches y la distribuía con la ayuda de dealers

El titular del Juzgado de primera instancia número 5 de Huesca, Ángel de Pedro Tomás, ha levantado el secreto del sumario por corrupción deportiva que instruye contra distintos futbolistas españoles e internacionales a raíz de las denuncias de la Federación Española de Fútbol ante la Fiscalía.

Los investigados habrían comprado a futbolistas para asegurarse de que el resultado de los partidos sería el mismo que sus apuestas en casas ilegales, donde habrían depositado grandes cantidades de dinero. La investigación comenzó en Huesca precisamente porque un partido entre los equipos Huesca y Nástic de segunda división en 2018 hizo saltar todas las alarmas

Micrófono en su coche

Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía recabaron los principales indicios de la participación de Aranda en la presunta red de narcotráfico gracias a la instalación de un micrófono en su coche.

Así descubrieron conversaciones con uno de sus socios, Lázaro Gómez Granados, 'Lolo', al que indicó incluso cuáles eran los mejores coches para "caletear" y ocultar la droga sin ser descubiertos.

Carlos Aranda y Lázaro Gómez 'Lolo', uno de sus socios en la presunta red de narcotráfico. EL ESPAÑOL

"Carlos Aranda y Lázaro Gómez acaban de salir del taller en el que han instalado una pieza nueva al vehículo Mercedes Benz GLE y nada más subirse, Carlos le comenta a Lázaro que tendría que haber preguntado al mecánico del taller la posibilidad de hacer 'boquetes', es decir, caletear un coche. 

Acto seguido se da cuenta de que el mecánico tiene relación con la Policía y descarta el comentárselo ya que el propósito de 'caletear' el vehículo es única y exclusivamente para la ocultación de la droga para asegurar el transporte. 

En otra conversación relativa al 'caleteo' de un vehículo para el transporte de droga debaten entre cuál es el más apto para que puedan hacerle 'boquetes' a lo que Carlos Aranda parece ser que ha contactado ya con alguien que le ha ofrecido un precio cerrado de 3.000 euros por realizar dicha labor y le ha recomendado además un vehículo que sería perfecto para pasar desapercibido", se puede leer en uno de los informes de la UDEV.

"Caerás preso por tu teléfono"

Precisamente una de las cosas que más preocupaban al futbolista era que sus conversaciones telefónicas sacaran a la luz el negocio que tenía montado con miembros de su familia y su entorno más próximo, al que llaman el clan Aranda.

En una de las conversaciones mantenidas con su socio 'Lolo', le abronca: "El día que tú seas fino trabajando te irán mejor las cosas, tu vas a caer preso por tu teléfono, ya lo verás, acuérdate de lo que te estoy diciendo...", se quejaba el malagueño que precisamente fue detenido con las conversaciones mantenidas en su coche como principal contenido incriminatorio. "Te llamo hoy y 'voy a llevar el coche al aeropuerto, voy a entregar el coche en el aeropuerto, tú te quieres callar la boca que se que vas a entregarlo en el aeropuerto. Si yo ya se que vienes de Madrid para abajo para qué me dices que vienes por Granada. Si yo se que vas a entregar el coche hoy para qué me dices que vas a entregar el coche", abroncó a su socio al que llamaba primo.

Conversación entre Carlos Aranda y Lázaro Gómez 'Lolo', su socio. EL ESPAÑOL

La Policía cifra en hasta 90.000 euros el precio de los paquetes de droga que habría entregado al menos a dos personas, los hermanos Antonio y Felipe Paramio Muñoz-Quirós, a los que Aranda denominaba Los madrileños. Aprovechando que tenía a un familiar hospitalizado en Madrid, les habría telefoneado para exigirles el pago de la deuda, según los informes policiales.