La Fiscalía solicita diez años de prisión para un hombre que trató de asesinar a otro aprovechando la tranquilidad de la misa dominical de la cárcel de Soto del Real (Madrid), donde ambos cumplían penas.

Raikel Rafael Araujo Paredes, dominicano, entró al centro religioso como el resto de presos sin levantar sospecha entre los vigilantes. Se sentó en un banco y, una vez comenzada la eucaristía, se aproximó hacia el preso que tenía delante y le asestó dos cuchilladas en el cuello.

Le provocó, según se recoge en el escrito de acusación, dos heridas, una de 15 centímetros y otra de cinco. Gracias a la rápida intervención de los funcionarios de prisiones, que redujeron rápidamente al agresor, el herido consiguió salvar su vida. 

El Ministerio Público ve Araujo Paredes responsable de un delito de asesinato en grado de tentativa por el que pide para él 10 años de prisión. Además, consideran que no fue un acto impulsivo, sino que pensó cuándo sería el momento más oportuno para quitarle la vida a su enemigo: mientras el cura estuviera leyendo los evangelios.

Fabricó el arma

Los presos no tienen acceso a ningún objeto punzante en las cárceles, pero el acusado fabricó su propia arma. Cogió un cuchillo de plástico del comedor de prisión y le incorporó cuatro cuchillas de afeitar. 

Desde entonces, está en prisión preventiva y la Fiscalía reclama que no pueda aproximarse a menos de un kilómetro al agredido, a su domicilio, a su trabajo o al lugar donde se encuentre.