El comisario jubilado José Manuel Villarejo, en prisión preventiva como principal investigado en el caso Tándem, ha hecho pública una "carta abierta" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que le amenaza con desvelar "de forma inminente" secretos de Estado relacionados con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). "La Verdad que debería permanecer siempre en la penumbra", dice en su misiva. Entre estos documentos, habla de presuntas amenazas por parte de dicho centro a jueces de la Audiencia Nacional para que no le investigaran o por qué el CNI no informó sobre movimientos bancarios de políticos separatistas (en velada referencia a la familia Pujol).

En ésta, el ex agente encubierto del Estado le traslada a Sánchez: "Señor presidente, en mi defensa no tendré más remedio que de forma inminente, y dada mi situación personal y familiar bordeando la desesperación, que explicar por qué se ha permitido que se amenace a determinados jueces de la Audiencia Nacional con datos de su intimidad para que dejen de investigar temas que afecten al CNI. O por qué se ha permitido que el director del CNI trabaje contra los intereses nacionales y a favor de potencias extranjeras como Venezuela. O por qué razón y quiénes han permitido que se filtren datos contra nuestros monarcas. O hasta dónde llega la propia conexión y tutela del director del CNI respecto de la Fiscalía Anticorrupción. O por qué se ha protegido a magnates mediáticos independentistas. O por qué se ha permitido que en Cataluña el CNI dejara de informar sobre cuestiones trascendentales como los movimientos bancarios de determinados políticos separatistas". 

Persecución de Sanz Roldán

En dicha carta, Villarejo defiende que está siendo víctima de una persecución por parte del director del CNI, Félix Sanz Roldán, por no haber culminado su trabajo de recuperar todos los documentos en manos de Corinna Zu Sayn Wittgenstein, amiga íntima del rey emérito. Entre dichos documentos, según Villarejo, se encuentran los "datos más sórdidos y oscuros" de personajes relevantes, incluida la carrera judicial.

El comisario explica que entre esos documentos se encontraba "el archivo Jano o CIC (Control Integral Central), que en su día llegó a contener casi un millón de fichas individuales con datos personales y privados de vicios y virtudes de las personalidades más relevantes de España". "La realidad es que contienen los datos más sórdidos y oscuros de aquellos cuyas decisiones en un momento determinado pueda convenir que se adapten a los intereses de quienes las poseen. Así, por ejemplo, uno de los subarchivos denominados control de Togas afecta como puede suponerse de forma directa al mundo judicial", dice Villarejo en la carta dirigida a Sánchez. 

Relación con los servicios secretos

Villarejo recuerda a Sánchez que sus trabajos para los servicios secretos del Estado comenzaron en 1972, que se infiltró en las finanzas de ETA en América Latina o en el mundo de traficantes de drogas y armas, para lo que se ganó la confianza de Monzer Al Kassar, Khashoggi u Oubiña, según cuenta. 

De ahí que asegure a Sánchez que "conocer por parte de quienes presumen de amistad conmigo en el CNI que su director ha procurado mi destrucción por todos los medios no puede resultar más doloroso para quien ha entregado su vida entera al servicio de España, su seguridad, sus intereses y la libertad de sus ciudadanos. Y lo peor es el daño que la obsesión diría que enfermiza del general Sanz Roldán a mi persona ya ha causado y seguirá causando a las altas instituciones del Estado", se queja Villarejo.

El comisario investigado también le reprocha a Pedro Sánchez que se refiriera a él durante una comparecencia pública como un delincuente que chantajea al Estado después de que salieran a la luz los audios sobre la ministra Dolores Delgado en una comida en el año 2009 con él, el excomisario Enrique García Castaño (el Gordo) y el juez Garzón. Villarejo le dice a Sánchez: "No pretendo mejorar mi imagen ante usted, porque en alguna ocasión se ha pronunciado sobre los hechos que se investigan en mi caso, fijando por anticipado, y tengo que revelarle que para mi de una forma incomprensible y decepcionante, una sentencia condenatoria". 

Junto a las amenazas de desvelar los trapos sucios del CNI, el comisario jubilado dice a Sánchez que si no se le ha dejado declarar en el Congreso de los Diputados, "incluso antes de mi detención para que no pueda contar la realidad de los hechos tan graves que conozco", asegura en su carta.