El juicio contra Pablo Rivadulla Duro, más conocido como Pablo Hasel, acusado de los delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias contra la Corona y el Estado, ha quedado visto para sentencia. 

Durante el juicio celebrado este jueves en la Audiencia Nacional, el rapero ha defendido ante preguntas de la Fiscalía que acusa a la Monarquía "con esos apelativos porque es público y notorio que con dinero público se han financiado juergas y amantes, algo que se ha relatado en multitud de medios, incluso revistas del corazón, algo por lo que a mí se me quiere condenar". Así ha defendido el contenido de su canción Juan Carlos el Bobón, cuyo contenido ha sido objeto de investigación porque en ella afirmaba que Juan Carlos I tenía amantes, que era un capo mafioso o que asesinó a su hermano menor.

En este sentido, Pablo Hasel ha dicho que "medio país piensa lo mismo" y que escritoras "nada sospechosas de ir contra el Estado" lo han relatado en sus libros, como Pilar Urbano o Ana Romero. "A ver si encima voy a ser yo el culpable de que el Rey pida dinero público para irse de caza o pida dinero público para pagar el silencio de sus amantes, como Bárbara Rey. Si hay que pedir prisión para cada medio que haya contado esto, no habría cárceles", ha respondido a la Fiscalía.

Los GRAPO, sus ejemplos de resistencia

En cuanto a los más de 1.900 tweets en manos del Ministerio Público que también se han investigado por constituir un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo, puesto que ensalzaba la labor de terroristas del GRAPO o ETA con condenas firmes, Pablo Hasel ha defendido que "cada uno tiene derecho a elegir a quién le represente y esos son los ejemplos que para mí representan la libertad". Según Hasel, quien se ha definido como "comunista", los miembros del GRAPO a quienes se refería en sus tweets son para él ejemplos de resistencia por las "duras condiciones que aguantaron en prisión".

En este sentido, ha lanzado: "a mí los marines estadounidenses me parecen repugnantes. Pero no voy a perseguir a nadie porque sean su ejemplo. Cada uno elige sus ejemplos y quién le representa en libertad", se ha defendido.

La Fiscalía pide para Hasel dos años y nueve meses de prisión y multas de 40.500 euros por el contenido de sus tweets y canciones en los que entre otras cosas, se afirmaba: "Policías que te matan a un hijo, siguen impunes y encima piden dinero" o indicaba que la muerte de Isabel Aparicio (miembro del GRAPO) fue un exterminio.

La representante del Ministerio Fiscal durante el juicio, Ana Noé, ha expuesto que la libertad de expresión tiene limitaciones no solo en España, sino también en el ámbito de la Unión Europea y que dicha responsabilidad entraña "deberes y responsabilidades" como la protección de la reputación y de los derechos ajenos.

Según la fiscal, "Hasel ha invadido estos límites y por eso entiende que ha cometido delito y ha vulnerado la reputación de la Corona y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".

Considera que sus mensajes son "incitadores a la violencia porque no se ha limitado a una serie de epítetos en sintonía con una ideología, sino que ha llevado a cabo un intento de movilización social" y que "no es bueno manifestar afinidad con movimientos anarcoinsurreccionalistas".

A punto de concluir el juicio, durante el turno de última palabra, Pablo Hasel ha enseñado a los presentes un Tweet de la Policía Nacional del 30 de junio de 2013 en el que se podía leer: "'Ojalá se mueran o (una bomba)...es una mezquindad, una idiotez, pero NO ES DELITO ¿Por qué no les ignoras y bloqueas? Te cabrearás menos".

Después ha hecho una exposición de los motivos por los que piensa que sus tweets y canciones no son delito y se ha quejado de que se le persigue por hechos por los que no se persigue a otra gente: "Esto es otra inquisición en la que no se puede ni siquiera contar hechos verídicos. Si se han vendido armas a Arabia Saudí yo qué tengo qué decir, ¿que son para garantizar una vida a la población? Los límites de la libertad de expresión siempre son para los mismos, los antifascitas. El error es que yo no sea un fascista que desea bombas a homosexuales o catalanes", ha concluido ante el Tribunal.